la nouvelle

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El sueño ya se me hacía pesado desde hacía ya un rato por lo que decidí levantarme de la cama y hacer algo practico como leer o escribir, sin hacer ruido deje un beso en la mejilla de mis tres niños y salí de la habitación para dirigirme al sofá junto con mi libreta y un lápiz. Al llegar al sofá conecte mis auriculares a mi móvil y me comí una de las galletas que anteriormente habíamos hecho y cabe decir que están deliciosas, la canción "Mía" de Belén Aguilera sonaba a través de mis oídos y el retrato de Charles empezaba adornar la hoja en blanco de mi cuaderno.

El dibujo ya estaba terminado cuando una Rose frotándose los ojos apareció desde el pasillo, al verme se subió encima mío y volvió a cerrar los ojos para volver a cerrar los ojos.

-Tita-Me llamó la atención la niña- ¿Me puedes prometer una cosa?

-Claro que si mi pequeña-Sonreí tiernamente ya que la niña aún no había abierto sus ojos.

-Necesito que la cumplas, es muy importante para mi.

-Dime la promesa seguro que la podré cumplir.

-Me prometes que vas a querer a mi tito pase lo que pase, como novios o como amigos. Solo prométeme que me vas a seguir cuidándolo y protegiéndolo tal y como lo estás haciendo ahora.-Dijo la niña a lo que hizo que me quedara en Shock, como una niña tan pequeña podría ser así de lista.

-Claro, que nunca dejare de querer y de proteger a tu tito, supongo que cuando estás muy enamorada y amas a un persona con tu vida la proteges hasta tu último aliento-Dije mordiéndome la mejilla para que las lágrimas no amenazasen con salir-Pero,¿Por qué me dices esto pequeña?

-Por que Charlotte le hizo mucho daño, le prometió amarlo y cuidarlo siempre y no cumplió con su promesa por que ella no lo quería como lo quieres tú-Dijo la niña empezando abrir sus ojos-¿Te puedo decir una cosa?

-Sabes que yo no podría hacer nunca daño a tu tito-Dije acariciando sus mejillas- ¿Y que es lo que tienes que decirme?

-El primer día que el tito Charles te conoció llegó a casa de la yaya con un brillo en sus ojos que nunca había visto en él, empezó hablar sobre ti y sobre lo bonita y perfecta que eras, parecía una princesa de Disney-Dijo la pequeña para que las dos empezamos a reírnos- Y hace unos días llego a casa con una sonrisa muy grande y empezó a decir lo mucho que te amaba y lo feliz que era a tu lado, entonces fue cuando asimilé que si algún día te pasa algo o no quieres estar más con él mi tito se podría morir por que como él dijo te habías vuelto su medicina de cada día y no podría vivir sin ti.

-¿Enserio dijo eso?-Pregunte con los ojos llenos de lagrimas a lo que la niña asintió- Yo también lo amo muchísimo pequeña, yo tampoco podría vivir si él, no podría imaginarme vivir sin su cariño y sin sus tonterías. Para mí se ha vuelto una persona tan importante como respirar y si él se va o me deja no podría soportarlo aunque pasasen años o incluso décadas.

-¿De que habláis chicas?-Apareció un Charles adormilado con una sonrisa tierna y con su sobrino en brazos el cual jugaba con la poca barba que crecía en la mandíbula de su tito.

-Nada, sobre lo mucho que me amas y de que no puedes vivir sin mi-Dije con una sonrisita subiendo y bajando los hombros dándole la menor importancia de la que tenía.

-¿Se lo has contado?-Pregunto su tío indignado mirando a su sobrina mal, a lo que su sobrina asintió sacándole la lengua- Chivata, ahora sabe que es la mujer de mi vida y que no soy nada sin ella.

Después de decir eso Charles se acercó a darme un beso en los labios cosa que hizo que a la pequeña Rose mostrara una mueca de asco mientras que él pequeño Leo solo sonreía, al poco tiempo el timbre sonó y pensando que sería mi madre y esa tal persona especial fui yo peor al abrir la puerta me encontré a mi cuñada Leonor a la cual recibí con dos besos y dejé pasar al interior de la casa.

Embarazada por contrato/ Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora