(s.) Cosa, persona o situación perfecta e ideal que solo existe en la imaginación.
CAPITULO 1
Aquel lugar era algo deprimente, el frío era la característica más importante y lo que podía describir el lugar con bastante facilidad, era una sensación con la cual todos podían sentirse unidos
Había llegado ahí, caminaba por los pasillos con una sonrisa en su rostro, él era amado por todos, básicamente era un ángel para ellos, en ese lugar, un hospital psiquiátrico, fue hasta cierto consultorio y ahí lo encontró, Fyodor Dostoevsky, un médico psiquiatra y convenientemente era el director del hospital; el ruso observó al castaño entrante un par de segundos, poco después sus labios se torcieron mostrándole al más joven una sonrisa, extendió sus brazos mientras que él castaño básicamente corría hacia él abrazándolo con fuerza -Hola, Osamu~- hablo de forma melosa el ruso acariciándo los cabellos del menor frente a él
-¡Estoy aquí! finalmente- hablo con alegría, Dostoevsky asintio -¿cómo te fue con Dazai?- le preguntó y solo recibió un suspiro desanimado, como si acaso hubiera arruinado por completo su gran alegría
-ah... apenas puedo verte ¿y preguntas por Dazai? sabés que él está buscando a Kunikida- habló mirandole de mala gana, Fyodor río ligeramente por aquella actitud y dejo un beso sobre los labios del chico intentando calmar aquel enojo repentino que tenía -ya, lindo, sabés perfectamente porque lo pregunto ¿no? los chicos han estado preguntando por ustedes todo el día, Astushi quiere jugar con el pequeño Zai deberías dejarlo jugar- hablo con suavidad volviendo a su papeleo rutinario, mientras que Osamu lo observaba con los ojos entrecerrados -quieres hablar con Dazai... ¿no es así?- le cuestionó, solo entonces el médico lo miro de reojo y asintio
-Uhm.. pero después ¿volveremos a hablar?- pregunto de nueva cuenta, entonces Dostoevsky sonrió -Por supuesto- prometió
entonces el médico miro con suma atención aquel cuerpo, Osamu cerro sus ojos de mala gana y por un momento su cuerpo tembló con ligereza, pudo notar como sus ojos se movían por su párpado, entonces después aquellos ojos cafés se abrieron
-uhm... ¿Fyodor?- hablo Dazai mirando así al médico, la voz de Dazai era más expresiva y por lo general con un toque alegre o bromista, en cambio la voz de Osamu era fría, completamente cero expresiva... quizá hasta parecía humillar a cualquiera por ese tono de voz antipático
-fuiste a ver a Kunikida ¿no? supongo que como siempre compraste uno de sus cuadros- le pregunto acercándose a él, Dazai lo observó y asintio con la cabeza -Fyodor... por favor, necesito que me ayudes- el ruso lo observó intentando entender a qué se refería el castaño con sus palabras -¿a qué exactamente?- cuestionó, entonces Dazai jugó un poco con sus manos como si acaso lo que fuera a decir le avergonzará
-ayudame a tener a Kunikida solo para mí-
-Uh, suertudo, está galería fue un completo éxito vinieron muchas personas y las ventas fueron muy buenas- lo alabo dándole un par de golpes en su hombro con una suave sonrisa, Chuuya había estado junto a él desde el principio de su carrera, desde lo más bajo, cuando vendía sus pinturas en las calles
Todas esas veces que había querido renunciar él lo había alentado a seguir y ahora todo ese esfuerzo habían dado frutos
-¿tu crees? ah... por alguna razón estaba algo nervioso, esta vez la temática de la galería fue algo más.. ¿controversial?- hablaba mientras estaban en el departamento del rubio, bebiendo un poco, Chuuya al oírlo soltó una leve risa mirandole -¿tu crees? pues fue un éxito, seguro los titulares de mañana dirán solo cosas buenas como se costumbre- dijo y se acercó un poco al otro sentandose así a su lado sonriendole -note que hablabas con un chico.. ¿lo conocés?- cuestionó de forma pícara, el rubio al oírlo negó rápidamente mientras su rostro se volvía ligeramente tibio -¿que dices? ah, Chuuya estás demente, solo era un chico que miraba Purple rose- negó una y otra vez aquella acusación
-uhm, ya veo- volvió a sonreír, entonces acercó una de sus manos a la pierna del otro de forma suave, Kunikida miro aquellos ojos azules mirarlo, por un momento se perdió en ellos
-¿Chuuya..?- preguntó por sus acciones inusuales, él jamás se había comportado de aquella forma antes, el mencionando se alejó de él algo avergonzado de lo que anteriormente había hecho, sin embargo era más que evidente que Kunikida esperaría alguna explicación siempre era así, nunca se quedaba con las dudas -la verdad es que... desde hace un tiempo me gustas pero eso tú ya lo sabías ¿no es así?- ambos callaron, pretendieron ignorar la situación porque sabían que Kunikida no podría corresponderle, muy en el fondo ambos lo sabían
-bueno, mañana tienes una entrevista importante ¿lo recuerdas? no vayas a olvidarlo, pasará un auto por tí- comentó Nakahara levantándose con una pequeña sonrisa sacudiendo su mano un par de veces en forma de despedida -nos vemos mañana, Kunikida-
Y la mañana había llegado, de vistió de alguna forma elegante para la ocasión, había estado pensando en lo que Chuuya le había dicho la noche anterior antes de irse, ciertamente él tenía razón, el era conciente de los sentimientos del pelirrojo hacía él... pero solo los había ignorado
tenía en su cabeza aquellas palabras que le había dicho repitiéndose constantemente. Al final estaba completamente vestido, soltó un suspiro y escuchó como tenía previsto la bocina de un auto, la cual sonó fuera de su casa, soltó un pequeño suspiro y salió encontrándose con un elegante auto, casi se le caía la mandíbula ¿en qué demonios había pensado Chuuya? ¿estaba conciente que aún rentado ese auto costaba una fortuna? tragó saliva y subió al auto, muy para su sorpresa el chófer habitual no se encontraba
-Ouh ¿está vez el señor Yoi no pudo venir?- preguntó, pero no recibió alguna respuesta lo cual le inquietó un poco -¿disculpe?- insistió, entonces algo proveniente de la ventilación del auto empezó a salir lentamente, tanto que Kunikida no pudo notarlo hasta que poco después miro como el conductor lo volteaba a ver con una máscara antigases, mientras que su vista se nublo por completo hasta que perdió todo conocimiento.
Abrió sus ojos lentamente, por un momento había creído que todo había sido un extraño sueño pero cuando su vista se aclaró notó qué se encontraba en una habitación y no una cualquiera... se veía realmente lujosa, las cosas que había ahí parecían costar un ojo de la cara
intento mover sus manos pero entonces notó que estás estaban atadas a la cama, por lo cual empezó a sentirse verdaderamente inquieto, podía escuchar sonidos provenir de él exterior de la habitación, diablos... estaba secuestrado, había perdido completamente el conocimiento al subir al auto, lo último que recordaba era aquella persona con esa máscara y todo volverse completamente negro... entonces poco después miro como la puerta de la habitación se abría, espero ver a cualquier tipo de persona, menos alguien así... tan... atractivo...
-¡Hola Kunikida-kun!- habló con suma alegría mientras entre sus manos tenía una bandeja, Kunikida abrió grandemente sus ojos, ahora lo reconocía, era el chico de la galería -¡t-tu eres el chico de la galería!- el castaño sonrió mientras asentía, acercándose a él para así soltar un poco sus cadenas, ahora al menos tenía más movilidad -si, llámame Dazai-
-¡no comprendo! ¿porque estás haciendo todo esto? ¡déjame ir!- pero el castaño básicamente lo ignoró por completo -no estás entendiendo nada Kunikida, yo... he estado enamorado de tí desde hace mucho tiempo-
ser secuestrado por un tipo como él... alguien que a simple vista era evidente que había estado detrás de él, acechandolo como un completo acosador... ¿que podría ser peor? quizá un pequeño detalle que aún no sabía, Dazai tenía una enfermedad... aún más allá de su evidente deterioro psicológico
transtorno de la personalidad múltiple.
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𝒔𝒐𝒇𝒕𝒄𝒐𝒓𝒆
FanfictionEstás hundiendo todos tus pensamientos en mi mente con la punta de tus dedos... Aún cuando fuí tu musa desde el principio, accidentalmente te mantuve en el lado oscuro del camino... y te deje arrastrarme también.. • Historia larga (? • Dazai x Kuni...