nefelibata

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(s. portugués) Soñador que no obedece o vive según las convenciones sociales.




CAPITULO 3





-¡Maldita sea! ¡necesito respuestas! ¿si comprenden? r-e-s-p-u-e-s-t-a-s Kunikida no ha aparecido, le he enviado miles de mensajes y lo he llamado. ¡se suponía que ustedes iban a transportarlo! el Kunikida que conozco jamás hubiera faltado a una entrevista tan importante!-

era más que evidente el enojo del pelirrojo, todos lo conocían por su fuerte carácter pero esa vez había sorprendido a todos con su molestia, incluso llegaba a intimidar a cualquiera que lo mirase -b-bueno es que.. nosotros... cuando llegamos a él edificio el no salió...- hablo el chófer, junto con los elementos de seguridad que se suponía lo acompañarían hasta el lugar donde se realizaría la entrevista, había pasado un día y se decidió que por el momento la prensa no se enterará de todo lo que estaba sucediendo para evitar algún caos

Chuuya estaba incontrolable, pero estaba conciente que debía empezar a moverse se forma fría, suspiro profundamente alejando todo aquel enojo que estaba por consumirlo por completo, para volverlo una completa corrupción.

-bien.. ha pasado casi un día, creo que deberíamos hacer una denuncia, tal vez sea algún tipo de extorsión- murmuró poco después, tomando su teléfono para llamar a su abogada Higuchi, esta contestó poco después, los demás miraban al pelirojo ensamblar una conversación con ella sin embargo dieron un brinco al escucharlo gritar -¡¿cómo que 72 horas?! ¡que se metan esas 72 horas por el culo!- definitivamente era el día que Chuuya había dicho más groserías de lo que usualmente decía.

genial, no tenían nada.

colgó la llamada dando un chasquido, ella había dicho que hablaría con sus conocidos para ver qué podría hacerse al respecto, pero le aclaro que para hacer una investigación por desaparición era necesario esperar para que el caso fuera aceptado.

-bien, en ese caso tendré que buscar las pistas yo mismo. Díganle a Kouyou que necesito hablar con ella- murmuró mientras que entraba al departamento de Kunikida.











-¿que? ¿6 años...?- cuestionó, entonces el castaño asintio con cierto pesar más después embozo una sonrisa

-sabes... he querido hacer tantas cosas contigo, pero... no te obligare a nada que no desees al menos no yo..- comentó Dazai teniendo un ligero rubor en sus mejillas hablando avergonzado de aquello que decía, sin embargo Kunikida no pudo evitar no ponerse inquieto al escuchar "no yo"

-¿Ouh? ¿a qué te refieres exactamente con "no yo"?- le cuestionó, entonces Dazai borro su característica sonrisa del rostro, ciertamente el castaño no deseaba hablar sobre eso, pero creía que era mejor decirle en ese momento la situación -hay alguien más... su nombre es Osamu.. él es demasiado... uhg... tranquilo, no hay muchas probabilidades de que él salga, solo dejo salir a Zai porqué es un niño ¿sabes? quizá después puedas hablar más con él, pero si por alguna razón... Osamu llega a salir, te recomiendo que no le prestes demasiada atención y lo más importante, nunca, jamás vayas a obedecer algo de lo que dice-

el rubio había quedado inquieto con esas palabras, hablaba como si acaso Osamu fuera un completo criminal. Dazai se había ido y poco después volvió con comida tibia, le acercó está mirandole con una sonrisa el pintor comenzó a comer, satisfecho con aquel sabor tan peculiar de su comida -uhm.. sabe bien- murmuró

los ojos de Dazai brillaron cómo estrellas al escuchar su voz -¡me alegra que te guste! obtuve la receta de tu restaurante favorito y he practicado mucho- Kunikida tragó saliva ante aquella declaración, se arrepintió de haber alabado la comida de su secuestrador de inmediato, lo que decía era aterrador, se preguntó si su comportamiento extraño se debía a su trastorno o realmente aún sin él era así de imprudente y aterrador, seguramente.. era lo segundo

𝒔𝒐𝒇𝒕𝒄𝒐𝒓𝒆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora