serendipia

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(s.) Hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando una cosa distinta.


EPÍLOGO



aún podía recordar a lo que se había enfrentado en aquellos días, los sentimientos que en su momento llego a sentir en su máximo esplendor.

de eso había pasado ya un año

aunque francamente había estado deambulando por el hospital en busca de algún indicio de Dazai o sus variantes no lo encontró, Kunikida le había ofrecido volver a trabajar para él, pero Chuuya negó semejante puesto, descubrió que quizás su vida realmente debió de haber permanecido del lado de la medicina y la salud, así que por ello volvió al departamento de urgencias de un hospital de gobierno.

no obstante, eso no significaba que Kunikida no había estado en su mente, después de todo asistió nuevamente a su galería más reciente la cual podía observar un estilo distinto en cuestión al estilo de pintura en el rubio, puesto que ahora en casa pincelada se notaba cierta rudeza pero no por esto la belleza había desaparecido.

una pintura le llamo la atención en particular, está era una silueta, con múltiples máscaras a su alrededor, algo que debía admitir era que la forma en la que Kunikida mostraba cada más pequeño detalle era magnífica, los colores eran estupendos. Supo perfectamente en quien se había inspirado al hacer aquella pintura, con solo verlo a simple vista, aquello era más que notable -pense que no vendrías- escucho a sus espaldas, Kunikida hablo con suavidad -me invitaste ¿no es así? por eso estoy aquí- dió por respuesta a lo cual el pintor solo sonrió suavemente

-¿has sabido algo de él?- el rubio hablo de nueva cuenta, el pelirrojo lo miro de reojo -no es como si hubieras mostrado interés por el en este tiempo, Osamu lo dijo, es estocolmo- respondió, hubo un pequeño silencio, después el pelirrojo volvió a hablar -esta pintura.. es muy buena- murmuró, el pintor la observó y soltó un pequeño suspiro

-lo es... no puedo olvidarme de él, probablemente jamás podré hacerlo- sonrió en un aire de melancolía -Todo lo que pasó con Dazai será imposible de olvidar, deberías de saberlo- comentó y suspiro mirando por un breve momento al suelo, agregando después -lo que más me frustra es que Fyodor no ha pagado por lo que ha hecho- el rubio lo observó de reojo, después murmuró -asi que de verdad creés que fue un verdadero culpable...- el pelirrojo de inmediato asintio -por supuesto, pero.. hay cosas en este mundo que no tienen consecuencias para algunos, supongo...- entonces, justo cuando el rubio estaba por contestarle al más bajo una tercera presencia se acercó, vestía con tonalidades oscuras, este aunque no se acercó demasiado a ellos estaba a una distancia considerable, observando bastante interesado la pintura

-D-da...Dazai...- murmuró el rubio, Nakahara estaba sin palabras, sus gargantas completamente secas, incapaces de poder articular palabras

-¿disculpa? ¿nos conocemos?- habló el castaño algo confundido, los dos chicos se miraron por un momento -¿no me reconoces?- cuestionó el rubio, despues Nakahara se unió a la conversación -¿somos nosotros, el Kunikida y yo Chuuya, ¿no sé supone que por eso estás aquí?-

el castaño parpadeó un de veces -bueno.. a Kunikida lo conozco, es pintor, hace tiempo mire una de sus pinturas y realmente me ha gustado. Pero... tu... ¿dijiste que tú nombre es Chuuya?- el mencionado asintio con la cabeza, tal parecía se forma muy evidente que no recordaba absolutamente nada, sin embargo parecía que no se trataba de Dazai o Osamu, mucho menos Zai, era alguien diferente.... -si.. ese es mi nombre- asintio

-es que... fuí dado de alta en un hospital y.. desde entonces tengo un paquete no sé quién lo envía pero.. es para ti.. tenía una dirección pero me dijeron que nadie vive ahí ahora.. ¿tu apellido.. es Nakahara?- este asintio, el castaño sonrió suavemente

𝒔𝒐𝒇𝒕𝒄𝒐𝒓𝒆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora