metanoia

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griego. (s) el proceso de transformación que cambia la forma de pensar, sentir, de ser o de vivir de alguien.


CAPITULO 9


-¡¿qué? ¿enamorado de su psiquiatra?!- hablo algo alertado, cosa que a Dazai le había parecido verdaderamente divertido, asintio con la cabeza sonriendole

-si, ellos dos tenían una relación. Lo sé porqué una vez desperté en sus brazos, sobre su cama, aunque bueno, solo lo confirme ya lo sospechaba desde antes - comentó con toda naturalidad, en eso Dazai se levantó mirándolo con una sonrisa -dime Kunikida, ¿vas a pintar Purple rose?, así como te lo dije en la galería... deseó tener ese cuadro terminado- al rubio le parecía demasiado adictiva toda esa atención que estaba recibiendo de él... Era más que evidente tus conductas histriónicas, lo más probable era que Dazai se estuviera aprovechando de eso mismo.

-¿realmente quieres ver esa pintura?- le cuestionó al castaño quien se acercó a él asintiendo con la cabeza -así es, realmente esa pintura tiene algo muy especial, estoy seguro... la idea de que la hagas aquí me emociona aún más- ambos estaban demasiado cerca.. pero entonces Dazai se alejó un poco.

-ve al estudio, yo prepararé la comida ¿si? no importa cuánto tardes pintando, lo único que sé es que será una verdadera obra maestra- hablo yéndose sin más.

Kunikida a estás alturas, simplemente no podía dejar de pensar en toda esa atención, en como Dazai a cada momento le demostraba que él era el centro de todo su mundo, comenzaba a enfermarse igual que él... sí bien estaba acostumbrado a la atención ese chico era claramente su tipo y encima lo reconocía desde el principio, desde el inicio de su carrera, estaba cegado tanto que ahora ni siquiera recordaba el vago recuerdo de su vida anterior y mucho menos de Chuuya.

quizás, era otro el antagonista de la historia.

llegó hasta el estudio y con ello tomo un gran lienzo comenzando a trazar con una fuente de inspiración inmensa, como si acaso toda la creatividad del mundo estuviera sobre sus manos en ese momento, el lugar, ese estudio... tenía un ambiente peculiar, cálido y acogedor, sin considerar la perfecta iluminación y los excelentes materiales listos para su disposición... y lo más importante, el tiempo inmenso que tenía, porque prácticamente Dazai hacía todo por él

pensó que eso no podría cambiarlo nunca.










Fyodor notó un pequeño gran detalle ese día, las cámaras de vigilancia en el hospital son de gran utilidad, básicamente su existencia es indispensable...

una sonrisa se posó en sus labios cuando observó cierta cabellera rojiza, ¿con quién creía que estaba tratando? si él era básicamente todo un maestro en la confusa ciencia de la mente humana y todo lo relacionado con ella, por alguna razón ya presentía que él iría... y no se equivocó

-Chuuya Nakahara... interesante, pero supongo que sería un inconveniente que él se enterase de demasiada información, si está en este lugar no debería de subestimarlo- comentó mientras que miraba por aquella pantalla con diversión notando cómo hablaba con la enfermera rubia mostrándole una fotografía. Entrecerró los ojos tomando su teléfono fijo haciendo una llamada a la dirección de enfermería -Lucy, necesito que al paciente del pasillo 8 Akutagawa lo traigas a mi consultorio. Tengo noticias para él, sobre Dazai- comentó y después de recibir confirmación suspiro

-debo de evitar que hable al menos con los más apegados a él, pero lo más viable es deshacerme de él cuidadosamente-












-dime Dazai.. hablame de tus amigos- hablo el rubio, después de que Dazai le dijera que la comida estaba lista, por lo cual interrumpió su pintura, al hacerlo se percató que aunque ya sabía algunas cosas sobre Dazai no lo conocía del todo

𝒔𝒐𝒇𝒕𝒄𝒐𝒓𝒆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora