petricor

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(s.) es el nombre que recibe el olor que produce la lluvia al caer sobre suelos secos.



CAPITULO 17


-¡Mira mamá, hice un dibujo de nuestra familia!- hablaba el pequeño infante con suma alegría mientras daba pequeños brincos y estiraba sus pequeños brazos a su madre con aquel dibujo hecho de crayones quien tenía un tiempo siguiéndola

-Dazai, ahora no. Estoy demasiado ocupada, vete a jugar por ahí- contestó la mujer sin mirarlo mientras seguía revisando su computadora, aún así pese a eso el menor no se había desanimado y solamente fue corriendo a buscar a su padre, después de todo Dazai sabía que sus padres eran superhéroes ¿no? los superhéroes suelen estar ocupados acabando con los malos para proteger al mundo y por eso él debía ser el mejor hijo posible para que sus padres se sintieran orgullosos de él

-¡mira papá, hice un dibujo¡- hablo el pequeño sonriendole, el hombre firmaba algunos documentos sin embargo Dazai fue ignorado debido a que él hablaba por teléfono, Dazai lo entendió y solamente se fue teniendo otra idea en mente por lo cual fue corriendo a la cocina ahí se subió a una silla colocando el dibujo con un imán en la nevera, con la esperanza de que sus padres pudieran verlo más tarde. Dazai no asistía al colegio, mas bien el colegio venía a él, por lo cual nunca salía de casa, su cuarto estaba lleno de juguetes, tenía alberca (que por cierto no podía usar porque no sabía nadar), cancha y un gran jardín para jugar

la cuestión era... ¿con quién? generalmente los padres contratan niñeras pero la suya al menos no era una mujer agradable como en las películas, ella no solía hablar con el casi, solo se fijaba que estuviera con vida pero claramente Dazai aún no lo entendía.

Al día siguiente Dazai encontró su dibujo en el suelo, con algunas marcas de zapatos, seguramente se calló al suelo y nadie se había dado cuenta que estaba ahí ¿verdad?

-¿podemos jugar algo...?- hablo el pequeño a la niñera, era un niño de 7 años, evidentemente el queria jugar, divertirse con sus padres, conocer otros niños, incluso deseaba rasparse las rodillas, pero su niñera ni siquiera le permitía correr tan rápidamente... -Puedes jugar solo Dazai- contestó la mujer revisando su teléfono el pequeño se levantó de aquella silla del jardín,  tomo una pelota, comenzó a botarla hasta que solo sintió sus pulmones picarle, no... era aún más, ardía, se mareaba y su cabeza le presionaba fuertemente

alguien tan pequeño no podría soportar un dolor así... simplemente su conciencia se fue, deseando que algún héroe lo ayudará.

Apareció en un hospital cuando abrió los ojos, finalmente sus padres estaban ahí, la mujer se acercó a él una vez su hijo abrió los ojos -ohh... Dazai, me alegro que estés bien. Te lo dije querido, esa niñera de quinta no era buena para nuestro hijo, debes demandarla, has lo que puedas, incluso intento de homicidio, no es posible que Dazai casi se ahogará- ella le insistió, poco después el hombre hizo un par de llamadas con su abogado

-me alegro que estés bien- el pequeño sonrió al escuchar a su madre -¿de verdad mamá?- ella asintio, Dazai cada vez estaba más convencido de que sus padres eran auténticos superhéroes...

Al menos hasta que llegó Zai.











-¡mamá!- grito el castaño abriendo sus ojos de golpe, su respiración era agitada, sin saberlo las lágrimas habían caído por sus mejillas, sentía un nudo en la garganta, así como una presión en el pecho... ese sentimiento...se negaba a llorar, a sentirse mal y a pensar en personas que realmente no se preocupan por su bienestar.. por un momento pensó en Osamu..

aquello que Fyodor le había dicho, eliminar por completo a Osamu... ¿realmente quería deshacerse de él? más bien.. si lo pensaba con claridad el tuvo que soportar el rechazo de sus padres al enterarse de su TID, el internamiento al hospital, recordó como Osamu se había vuelto completamente loco las primeras semanas, tanto que lo llevaron a la fuerza a una habitación completamente blanca por su conducta autodestructiva... tenía tantas cosas que agradecerle y disculparse, porque él era un total miedoso por lo cual jamás hubiera podido sobrevivir a todo eso... y ahí estaba el pensando en deshacerse de Osamu.

-¿cariño estás bien?- le preguntó Kunikida, quien estaba conduciendo el auto en camino a la galería, se había estacionado cuando lo escucho gritar y francamente se había asustado un poco

-Kunikida.... ¿crees que soy una buena persona?- le pregunto, el rubio instantáneamente asintio con la cabeza -lo eres Dazai, me has estado ayudando demasiado, realmente me siento tan feliz de que ahora estés a mi lado, jamás podría volver a vivir sin tí- se acercó a él besando sus labios, siendo correspondido -¿tu... me aceptas realmente aún con mi enfermedad?- le cuestionó de vuelta, lo cual al rubio se le empezaban a hacer algo un poco confuso -claro que si, te amo a pesar de todo y no cambiaría nada de tí-  el castaño sonrió suavemente

-Te amo tanto, prefiero morir si no estás conmigo a mi lado. andando, la galería nos espera- ambos bajaron del auto, sin embargo Dazai dejo un mensaje en el correo de Fyodor antes

"No deseo eliminar a Osamu, nosotros tres tenemos vidas, cada uno tiene derecho de hacer la suya"

Dazai quizá debía aprender a ser más valiente a las situaciones y mucho menos egoísta. Mientras miraba su teléfono notó un buzón de voz, lo escucho y reconoció aquella voz, era Chuuya... estaba invitando a salir a Osamu, Dazai por un momento pensó en el hecho de que eso fuera algo bueno o malo.. ¿podría tener algún problema? no parecía, si ellos se llevaban bien ¿que podría pasar?

decidió enviarle un mensaje al chico, confirmando su asistencia y con ello se olvidó del teléfono, ahora solo debía concentrarse en una sola cosa. Softcore, la galería de sus sueños, esa dónde Kunikida y él pudieran hacer juntos, estar juntos, todo lo que siempre soñó... ahora estaba hecho realidad, los sueños se cumplen, le encantaba ver el rostro de su pareja sonriente mientras la gente observaba las pinturas, todas menos una, Purple rose, aquella que sería revelada en 30 minutos una que ni siquiera Dazai había observando antes, Kunikida le advirtió que era una pintura sensible, una dónde debías tener estómago suficiente para poder apreciar, así como la edición anterior...

amor a la muerte y repudio a la vida, finalmente... una pintura solo para él, solo para Dazai, definitivamente no se arrepentía de nada.. y probablemente jamás lo haría.










-¿quieres hablar con Dazai? ¿porque?- le preguntó el enfermero, la médico sonrió suavemente algo apenada por lo que diría a continuación

-la verdad es que esa enfermedad... TID me parece todo un misterio, un reto. He hablado con el doctor Fyodor sobre el tratamiento tan exitoso pero no tengo suficiente información todavía, por eso, me gustaría hablar con él- ella le explicó, Chuuya escuchaba atentamente, mientras la observaba con atención, parecía ser una mujer curiosa simplemente no creía que tuviera alguna segunda mala intención al respecto de eso, quizás.. ella podría ayudarlos.

-Puedes hablar con uno de ellos, Osamu, él te dirá la verdad.. y solo la verdad- hablo, Yosano al escucharlo de aquella manera quedó algo... confusa e inquieta, parecía que lo decía como si fuera algo secreto que nadie más podría decir o saber

-¿cuando... podría verlo?- ella le preguntó, entonces Chuuya pensó un poco, decir el día era demasiado complicado... no había pensado en eso y seguramente Dazai iba a impedirlo, pero aún así, si el intentaba hablar con Osamu quizás podría -esta noche- se atrevió a decir, ella le miro -¿uhm? ¿porque no mañana en la fiesta? estoy segura que él se sentirá más en confianza aquí- propuso, entonces el pelirrojo nego tomándola del brazo y llevándola a un lugar más apartado, en un pequeño pasillo solitario

-no, Osamu no se sentirá nada cómodo. Escucha... esto, es mucho más grande de lo que tú crees. No debes decirle nada a Fyodor ¿si? nada, porque esto es privado.. si de verdad quieres saber la verdad no dirás nada, al menos no hasta que sepas la versión de Dazai- le explicó con una voz suave, lo más que podía para no asustarla con sus palabras cosa que funcionó perfectamente, ella asintio con la cabeza convencida de las palabras del chico

-Osamu, él, es un buen chico... si lo escuchas  vas a entenderlo todo.- Yosano estaba verdaderamente sorprendida, realmente no esperaba que el asunto fuera así... aún no comprendía porque la insistencia de tanta confidencialidad en el asunto sobre todo a Fyodor, ¿acaso había algo malo? ¿un método poco ortodoxo? ella no tenía ni la menor idea, pero su deseo al conocimiento no iba a estropear está increíble oportunidad. El conocimiento... una afición más fuerte que su enamoramiento prematuro por el médico.

𝒔𝒐𝒇𝒕𝒄𝒐𝒓𝒆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora