| Capítulo 6

445 80 2
                                    

Cuando desperté, Tu ya se había ido a trabajar, me dejó una nota en la mesa de noche diciéndome que me sintiera en casa y desayunara lo que quisiera, me levanté y me dirigí a la cocina, abrí el refrigerador y saqué un bote de leche, me serví en un vaso y después tomé las galletas del anaquel de arriba, me senté frente a la mesa y al terminar le marqué a Dave, lo cité a las seis en el restaurante del Rose Imperial.

Después fui a mi departamento, me bañé, me arreglé y luego fui a la oficina a ver qué pendientes tenía. A las dos almorcé con Tu, me dio gusto verla más tranquila, eso siempre se lo había admirado, no se clavaba mucho tiempo en las emociones, las vivía al máximo y en poco tiempo las hacía a un lado.

Más tarde me dirigí al Rose Imperial, pasé a saludar a Moon y me quedé poco más de una hora platicando con ella y su mamá, estaban tan felices y agradecidas las dos, me alegraba poder contribuir con esos momentos. Iba saliendo de su habitación cuando el móvil sonó, era un poco temprano para esas llamadas, sin embargo, lo saqué y miré sorprendido el número, una sonrisa se dibujó en mis labios al ver de quien se trataba.

— Hola.

— ¿Estás libre esta noche?— Me sorprendió escuchar su tono sensual y me gustó.

— Sí, te veo en el mismo lugar a las ocho, ¿te parece?

— ¿No podría ser más temprano? ¿A las 6:30?— ¿Por qué querría verme más temprano? ¿Tendría algo que hacer más tarde?

— Lo siento, me es imposible a esa hora. — Otra razón más para querer golpear al novio de Tu.

— Bueno, entonces a las ocho. — Respondió un tanto desilusionado.

— A las ocho, en el lobby, cerca de los ascensores.

Colgué porque se habían abierto las puertas del ascensor y entré, presioné el botón de planta baja y sonreí ante la expectativa del encuentro nocturno, no estaba muy seguro si volvería a buscarme y no imaginé que llamara tan temprano, de haberlo sabido hubiera citado a Dave a la hora del almuerzo, pero pensaba llamarlo yo después de terminar de arreglar ese asunto, quería volver a verlo antes de ir a pasar el fin de semana a casa de mis padres.

Puntualmente llegó Dave, me saludó como siempre con su típica sonrisa y un abrazo. Pedimos de cenar y un par de cervezas.

— Que sorpresa viejo, ¿Cuánto tiempo sin verte cómo supiste que estaba en Nueva Jersey?

— Todo en esta vida se sabe Dave, tarde o temprano, no hay nada oculto bajo el sol, por más que uno trate de esconderse. — Respondí serio y frío.

— ¿Y cómo van los negocios? — respondió mirándome extrañado.

— Muy bien, ¿y los tuyos?

— Bien, gracias.

Nos llevaron la cena y estuvimos platicando de cosas triviales, le coqueteó descaradamente a la mesera que se sonrojó, yo moví la cabeza reprobatoriamente. Cuando terminamos de cenar abrí el sobre que traía y saqué las fotos, las fui poniendo una a una sobre la mesa. La expresión de su rostro fue cambiando conforme las veía de sorpresa, a nervios, de eso a vergüenza, a coraje, simplemente no tenía precio verlo así.

— No sabía que habías cambiado a las mujeres, ¿Te hartaste después de todas las que tuviste en la universidad?

— No, no las he cambiado. — Respondió nervioso juntando las fotos, pero lo detuve.

— A mí me importa muy poco con quien te revuelques, sea mujer u hombre, pero este tipejo abusó y utilizó vilmente a alguien sumamente preciado por mí y eso no se puede quedar así y tú vas a ayudarme si no quieres que estas fotografías sean distribuidas entre las chicas de la sociedad a la que pertenecemos o peor aún, que lleguen a la editorial de una importante revista de sociales.

— Bright, no es lo que piensas, no he dejado a las mujeres, me encantan, tú lo sabes, pero en una fiesta ya con muchos tragos encima un tipo se me acercó y probé, entonces...

— Ya te dije que eso a mí no me interesa, lo que quiero es que este individuo pague por la canallada que hizo.

— Está bien, ¿qué debo hacer? — preguntó sintiéndose acorralado.

— Hundirlo, quiero verlo en la cárcel, aprovecha tus encantos y dale confianza, deja que te estafe, porque si no lo sabes, a eso se dedica en la vida, hasta te estoy haciendo un favor. — Moví la cabeza. — Después refúndelo en prisión.

— ¿Y por qué no lo hace la persona que mencionas? Yo buscaré las pruebas necesarias.

— Porque no pienso permitir que pase por ese proceso, ya suficiente daño le hizo.

— ¿Se trata de Earn?

— No, y no es de tu incumbencia quien sea. Tienes tres meses, o esto saldrá a la luz pública. — dije determinado en tanto recogía las fotos y las guardaba de nuevo en el sobre.

— De acuerdo, muy pronto estará en prisión.

— Eso espero, buenas noches.

Nota de adapta-autora:

¡Hola, bamboos!

Este también es muy corto, lo sé. Por ello, actualizaré uno más. Espero les guste.

— lilybws.

Libre hasta que tú apareciste en mi vida | BrightWin | Adaptación ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora