| Capítulo Final

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— No sabía que manejabas aviones.

— No sabía hasta hace poco. Quiero que esta semana sea sólo nosotros, así que era necesario aprender cuanto antes.

Win y yo habíamos tomado uno de los aviones privados de mi familia después de la fiesta para irnos a nuestra luna de miel. Ahora mismo estábamos atravesando lo que parecía ser según el radar, el océano.

Nosotros no íbamos a París, la ciudad de los enamorados, o a Venecia, o la Antártida. No.
No queríamos que nuestra luna de miel sea tan común cómo las de otras parejas. No es que nos pareciera malo, sino que al hablarlo ambos coincidimos en querer unos días solo para nosotros, y cuando digo solo para nosotros es lo que es, solo nosotros. Por ello, Win y yo decidimos irnos a una isla tan alejada de todo el mundo durante toda nuestra luna de miel. No habría nadie, ni siquiera un piloto, por eso aprendí a pilotar uno yo mismo. Supongo que mi esposo no se lo esperaba, pero yo me había tomado muy en serio el "solo nosotros".

Pasamos el vuelo entre conversaciones sobre absolutamente todo sin excepción. Win podía ser mi confidente en todo y yo el suyo, por eso el ambiente se sentía tan cómodo y cálido entre ambos.

De verdad agradezco aquel 21 de febrero en el que nos conocimos. No sabría qué sería de mí si no tendría a Win a mi lado.

Cuando llegamos lo ayudé con su equipaje y dijo que sería su turno de manejar el auto hasta la casa en dónde nos quedaríamos, argumentó que yo ya había manejado el avión hasta aquí y probablemente me sentía cansado. Si tan solo supiera que lo que menos estaba era cansado. Solo quería llegar y hacerlo mío.

En el camino le pedí que me cante All Of The Girls You Loved Before con la voz de Taylor Swift de fondo. — Your past and mine are parallel lines. Stars all aligned and they intertwined. And taught you the way you call me baby. Treat me like a gentleman... All that I can say is...

— No tienes idea de cuanto amo esa línea pronunciada por tus labios. — Tomé su mano que se mantenía en el control de cambios y la besé. — Quiero que me cantes todas las noches de mi vida, Winnie.

Sobreparó el auto un instante y me besó los labios, cuando se separó besó mi mejilla y la acarició muy delicadamente. — Te cantaré las veces que quieras, bebé.

Mi estómago sintió un revoltijo de maripositas, Win siempre lograba eso en mí ya sea con una mirada o un roce de piel o labios.

Cuando llegamos a la casa no esperé mucho para bajarme del auto y sacar a mi esposo de él.

— ¡Bright! ¡Bright, ¿qué haces?! — Gritó y me dio una mirada seria. — Bájame ya.

— ¿No haz visto las películas, bebé? Debo llevarte a la casa en brazos.

No dijo nada más porque sabía que perdería así que enredó sus brazos en mi cuello y lo besó. — Solo hoy dejaré que hagas lo que quieras conmigo. Adelante.

Sentí una corriente eléctrica atravesar todo mi cuerpo, así que me apresuré a subir las escaleras y llegar a la habitación principal.

— Que apurado se ve, señor Chiva-aree, creo que puedo colaborar en algo... — Cuando dejé delicadamente el cuerpo de Win sobre el suave colchón, él se arrodilló en la cama para estar a mi altura, y tomó mi corbata solamente incitando. — Esto se ve un poco ajustado, señor Chiva-aree, permitame ayudarlo.

Con sus manos primero sacó el abrigo del traje, pasando muy lentamente sus manos por sobre mis hombros y enredando sus dedos con la tela de la camisa. La mirada de mi esposo fue directamente a mis ojos, y mirándome así, con fuego en los ojos desabrochó cada uno de los botones.
Cuando la camisa estuvo abierta Win pasó sus suaves manos por mi abdomen.

Libre hasta que tú apareciste en mi vida | BrightWin | Adaptación ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora