Minutos más tarde nos dirigimos a su departamento, accedió a que me quedara a dormir con él, así que estacioné el auto y subimos.
Ambos nos pusimos la pijama. Tanto en su departamento como en el mío había ropa de los dos. Luego, nos acostamos, era la primera vez que dormiríamos juntos después de las nuevas reglas y sería un reto grande el no tocarlo, así que le di la espalda y abracé la almohada.
No sé cuánto tiempo pasó, no podía dormir teniéndolo al lado y sabiendo que no podía hacerlo mío, claro que había sido mi idea quedarme a dormir con él.
De pronto sentí su mano acariciar mi abdomen y apreté la almohada, comenzó a besarme el cuello, ¿estaba dispuesto a romper su propia regla? Mi miembro empezó a reaccionar a sus caricias y sus besos, ¿me estaba tentando a propósito? Me volteé y se me quedó viendo, analizándome, acaricié su cabeza y se inclinó para besarme apasionadamente, le correspondí unos instantes y luego subió en mí, definitivamente me estaba torturando, pero no estaba dispuesto a caer en su juego, él había sido el que había pedido que no hiciéramos el amor y ahora se tenía que apegar a su dichosa regla. Tuve que recurrir a recuerdos desagradables de mi vida con tal de reunir todo mi autocontrol y rechazarlo.
— Winnie, detente. — Dije con un hilo de voz tomándolo de los hombros y separándolo.
— ¿Por qué? No me digas que no fue esta la razón para quedarte hoy aquí.
— No, fue para llevarte temprano a tu trabajo. Amor, tú fuiste el que implantó las nuevas reglas, no puedo creer que tú mismo quieras romperlas.
— Pensé que sería más sencillo. — Aclaró acariciándome el pecho con sus dedos.
— Recuerda que dijiste que si rompíamos la tercera regla todo se terminaría.
— Ya me arrepentí, mejor olvidémoslas. — Exclamó tratando de besarme.
— De ninguna manera, me iré a dormir al sillón. — Dije sentándome en la cama.
— No, quédate... Pasaste la prueba. — Susurró en mi oído.
— Lo sabía. Eres increíble, te gusta verme sufrir.
— Por supuesto que no... Perdona mis inseguridades.
— ¿Y por qué no? Si tú perdonaste mis actitudes psicópatas. Somos tal para cual. — Aseguré acariciándole la nariz con un dedo.
— Eso parece. — Señaló sonriendo. — Hasta mañana.
— Hasta mañana.
Me acosté y lo abracé. Mi novio puso su cabeza en mi hombro para finalmente quedarmos dormidos minutos después.
Muy temprano lo llevé a su trabajo y aproveché para atender algunos negocios. Regresamos por la noche y le conté otra parte de la historia. Se sorprendió al escucharla, jamás se imaginó que mi cuerpo no reaccionara ante una mujer, a decir verdad, ante cualquier persona y sonrió satisfecho cuando le aseguré que había sido por él.
Lo dejé en su departamento y después yo me fui al mío, necesitaba desahogarme luego de su pequeña prueba de la noche anterior, así que en cuanto estuve en mi cama, recurrí, tal cual típico adolescente, a acariciarme yo mismo.
[...]
Pasó otra semana en la que no nos vimos por la intensa carga de trabajo que tenía mi bebé, al menos hablábamos por teléfono y nos mandamos mails. El sábado lo invité al cine para que se olvidara de tantas obligaciones laborales.
Estábamos formados para comprar los boletos cuando se me ocurrió voltear y vi casi al final de la fila a Tu platicando muy animadamente con Nani.
— No puede ser. — Exclamé muy sorprendido provocando que Win también volteara.
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Libre hasta que tú apareciste en mi vida | BrightWin | Adaptación ✔️
FanficSegunda parte de: ¿Estás libre esta noche? Bright y Win se conocieron de una forma poco común, una desconocida le dio a Metawin el número de celular de un completo desconocido. La noche de su cumpleaños llamó debido a su soledad. Él le impuso tres...