| Capítulo 11

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Al día siguiente tuvimos un curso en la oficina, se trataba sobre tomar riesgos, claro enfocado al ambiente empresarial, pero muchas cosas me llegaron de forma personal, así que al salir decidí mandar por un tubo las reglas, finalmente no las había creado yo, no había un contrato de por medio y tenía la plena libertad de decidir si quería seguir perteneciendo a esa sociedad o no. En cuanto estuve en mi oficina tomé el teléfono y llamé a un amigo que trabajaba en una compañía telefónica.

— Hola Bright, ¿cómo estás? — Exclamó amablemente.

— Bien Shawn, ¿y tú?

— También, gracias. ¿En qué puedo ayudarte?

— Necesito que me investigues el nombre de una persona, por favor, tengo su número de teléfono.

— Por supuesto, mándamelo por email y en una hora te tengo el dato.

— Gracias, ¿crees que puedas hacer una investigación más profunda?

— ¿Qué más necesitas saber?

— Todo lo que se pueda, dirección, edad, ocupación, con quién vive, la mayor cantidad de información posible.

— Eso no lo puedo hacer yo, pero conozco a alguien que sí, sólo que llevará unos días, déjame le pregunto y te aviso, ¿sí?

— Está bien, mientras tanto envíame el nombre, por favor.

— En una hora lo tendrás y también la respuesta de cuándo podré hacerte llegar el resto de la información.

— Gracias, amigo.

— De nada, cuando quieras.

Saqué el movil del bolsillo de mi pantalón, busqué el número de él y se lo envié por email, en tanto esperaba su respuesta seguí trabajando. Poco más de una hora después recibí su correo y lo leí de inmediato, además de su nombre había podido averiguar su dirección y me informó que el resto de los datos los tendría en una semana.

Win Metawin Opas-iamkajorndije en voz alta leyendo su nombre. La primera regla estaba rota totalmente, la segunda en proceso, aunque no sería él precisamente el que respondiera las preguntas y la tercera... Bueno, definitivamente era la primera que había roto, si no fuera así no estaría ahora investigándolo. Pero, a pesar de estar haciendo eso no me atrevía a romper las reglas frente a él, no sabía cómo actuar o qué decirle, hacía tantos años que no tenía una cita convencional con un chico que me había olvidado del procedimiento. Sí, me gustaba y demasiado, de eso no había dudas, pero, ¿Para él sería suficiente? Seguramente había una buena razón para que me buscara, pero no creía que fuera por un sentimiento, ni yo mismo estaba seguro de tener alguno por él.

Me llevé una mano a la cabeza, me seguía persiguiendo el fantasma del pasado, me asustaba la idea de que la historia con Giggie se repitiera, sabía perfectamente que era absurdo, no creía que alguien tuviera tan mala suerte como para vivir dos veces la misma tragedia, pero no quería averiguarlo.

Al día siguiente, Pear llegó de sorpresa a visitarme, me dijo que estaba muy emocionada por ser la modelo del nuevo perfume, también me comentó que le había caído bien uno de los chicos de la agencia de publicidad pero no me dio ningún nombre, así que no me imaginé de quien estaba hablando.

Ella andaba buscando un lugar para hacer la presentación del perfume que lanzaría en poco tiempo y le propuse que la hiciera en uno de los salones del Rose Imperial y le encantó la idea, así que me sacó a rastras de la oficina para ir al hotel y elegir uno de los tres, como siempre hiperactiva.

Me despedí de Pear y luego me crucé a Earn, con quién aprovechamos para almorzar ahí mismo, me platicó que estaba vuelta loca organizando su boda, aunque había contratado a gente especializada.

Terminamos y salí rumbo a la oficina. Era jueves y había tenido otra junta con los socios sobre el hotel de Londres, les pedí ir en noviembre para regresar a tiempo a la boda de Earn, no hubo ningún inconveniente. Al salir estaba nuevamente ella esperándome y fuimos al Rose Imperial otra vez, se quedó de ver con una chica de la agencia y me la presentó. Jenna, quien por cierto, me comió con la mirada y, extrañamente, me incomodó.

Ya era de noche cuando salimos de ahí, me despedí de Earn y subí a mi coche. Era el tercer día que Win no me buscaba y me inquietaba, saqué el movil para llamarlo yo, pero de último momento decidí que era mejor ir a su departamento, propiciaría un encuentro casual para terminar de mandar al demonio las dichosas reglas.

Llegué y me estacioné en la acera de en frente, era un edificio de diez pisos y él vivía en el quinto. De la guantera saqué mi loción y me rocié un poco, la guardé, estaba por bajar del coche cuando volteé y justo en ese momento lo vi salir de la mano de un tipo alto, de cabello oscuro y un poco fornido. Me quedé inmóvil mirándolos, al darme cuenta de quién era su novio. Se dirigieron hacia su auto y antes de que él subiera le dio un beso en los labios, entonces una sensación desconocida recorrió mi cuerpo al presenciar esa escena.

Ahora comprendía porque no me había buscado, ya tenía a alguien más en su vida, que idiota fui al pensar que era diferente a los demás, no sabría de la sociedad, pero la razón por la que acudía a mí era la misma que la de todos, cumplir sus fantasías y yo de estúpido mandándolo a investigar.

Moví la cabeza y me llevé ahí mis manos, tenía ganas de salir del auto y golpear al individuo ese, pero no podía, yo no era nadie en su vida, sólo le calentaba la cama y ni sabía mi nombre. Esperé a que se marcharan y arranqué a toda velocidad rumbo a mi departamento, decidido a olvidarme de él, no merecía ninguno de mis pensamientos, ni de desprecio siquiera.

Nota de adapta-autora:

¡Hola, bamboos!

¡Sorprise!

Nos leemos en el capítulo 12.

— lilybws.

Libre hasta que tú apareciste en mi vida | BrightWin | Adaptación ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora