| Capítulo 20

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Apagué la luz y salí del cuarto, tiré el condón en el bote de basura, recogí el pañuelo del suelo, subí a mi habitación y lo guardé en mi maleta. Entré al baño y después de lavarme las manos, pegué la oreja en la puerta que daba hacia la habitación de ellos tratando de escuchar algo, que conveniente me había resultado que eligieran esa recámara precisamente, que conectaba con la mía a través del baño. No escuché absolutamente nada, reinaba el silencio así que me fui a acostar, pero no podía dormir, me atormentaba la idea de tenerlo tan cerca y que estuviera durmiendo con ese infeliz en lugar de hacerlo conmigo.

[...]

Me desperté muy temprano, había dormido pocas horas, vi un rato la televisión y después me levanté por un jugo, en la sala me topé con Nani.

— Buenos días, Bright.

— Buenos días, ¿vas a salir?

— Sí, voy a correr, lo hago todas las mañanas, ¿no quieres acompañarme?

— No gracias, no dormí bien y estoy cansado.

— Bueno, nos vemos más tarde.

Entré a la cocina, saqué el zumo del frigorífico, lo serví en un vaso y me lo tomé. Debía reconocer que a veces le daba a Nani las gracias por dejar solo a Win, si no fuera así no lo hubiera conocido, así que decidí ir a darle los buenos días

Abrí lentamente la puerta de su habitación y lo vi dormido boca abajo, con las sábanas cubriéndole medio cuerpo, cerré cuidadosamente y me acosté a su lado, empecé a acariciarlo y me di cuenta como iba despertando poco a poco, así que bajé mi mano por debajo de su cintura y él volteó, se levantó asustado de la cama cuando se dio cuenta que era yo, me cuestionó lo que hacía ahí, le aterraba la idea de que Nani nos descubriera, así que le dije que no estaba y le reproché el hecho de que no me hubiera detenido mientras lo tumbaba en la cama y me subía en él que me aclaró que sabía bien que era yo, que su cuerpo me reconocía, yo le sonreí feliz y después de quitarle un mechón de la cara lo besé.

— Buenos días, bebé. — Exclamé rozando su nariz con la mía.

— En serio estás loco, ¿te caíste de niño y te golpeaste la cabeza?

— No, me la golpeó un hermoso desconocido la noche de un martes y él fue el que me hizo enloquecer. — Le aclaré metafóricamente en tanto besaba su cuello.

— ¿Así que estás loco por un desconocido?

— Sí, no sé que me ha hecho, creo que me embrujó. — Respondí jugando.

— Deberías hacerte una limpieza para librarte del hechizo. — Sugirió graciosamente.

— No se me había ocurrido, gracias por el consejo. — Le dije, pero yo no quería librarme de su hechizo.

Volví a besar sus labios mientras nuestros sexos se rozaban, me fascinaba tenerlo así y más que él respondiera a mis juegos y a mis caricias, pues se movía suavemente provocando un delicioso roce, sabía bien que no podríamos culminar el acto en ese momento, pero mientras me conformaría con esas caricias y besos furtivos.

Me pidió que me detuviera y volvió a recordarme a su noviecito, así que un tanto enfadado me levanté de la cama y él también para dirigirse al baño, no pude controlar el impulso y lo besé una vez más, no tenía idea en que momento podríamos estar a solas de nuevo y necesitaba un poco más de su elixir para poder sobrellevar el día alejado de él. Me detuvo de nuevo y no me quedó más remedio que hacerle caso, así que me fui luego de darle un pequeño beso en sus labios.

Entré a mi habitación y me acerqué a la puerta del baño, escuché el agua correr y sentí el impulso de entrar y bañarme con él, pero, tuve un instante de cordura y me arrepentí, no quería ponerlo en más predicamentos, Hirunkit podría llegar en cualquier momento, así que tomé mi ropa para bañarme en el baño de la habitación de enfrente que conectaba con la de Tu, así que primero entré ahí y me di cuenta que ella no estaba y también escuché el agua, entonces esperé a que saliera.

— Bright, ¿qué haces aquí? — Preguntó al salir.

— Esperándote para bañarme, el otro baño está ocupado.

— Ah bueno, por cierto, anoche sin querer pude comprobar si Win se ponía celoso de Nani.

— ¿Qué hiciste? — Pregunté sorprendido.

— Nada, fui por mi antifaz para dormir a la habitación de ellos, no había nadie y al salir me topé con Win que según me dijo había bajado a tomarse una pastilla, pero, en realidad estaba contigo, ¿verdad?

— Sí, estuvimos hablando.

— Claro, ahora así se le dice.

— Bueno, ya dime que te dijo cuando te vio salir de la habitación.

— Me preguntó que hacía ahí y yo le expliqué, buenas noticias para ti amigo, no lo vi nada celoso, sólo desconcertado, pero quedó bastante satisfecho con mi respuesta, nada que ver con la mirada de odio que me dio en la tarde en la cocina.

— Gracias amiga, de verdad, sin embargo, me gustaría que siguieras con tu actitud cariñosa conmigo, por favor.

— Esto sí voy a cobrártelo, ¿por qué no hablas con Win de una vez por todas y le dices lo que sientes?

— Lo haré en algún momento, ahora me voy a bañar.

Después que me vestí bajé a la cocina y vi que estaban los dos, Tu me saludó demasiado amable y Win me miró con enfado y cuando se volteó sonreí, era grandioso verlo celoso, aunque el gusto me duró poco ya que Nani entró y luego de saludarnos le dio a él un beso en los labios, entonces decidí que mejor saliéramos a desayunar, al menos en público no se estarían demostrando su supuesto amor.

Como el restaurante quedaba cerca nos fuimos caminando, Tu siguió con su teatro y me tomó de un brazo mientas Win y Nani iban tomados de la mano, que rabia sentía, así que opté por cargar a Tu, no iba a ser el único incómodo de los cuatro.

Al llegar nos sentamos y casualmente yo quedé frente a Win, una vez que nos llevaron lo que habíamos pedido, Nani empezó a platicarle a Tu lo raro que es Win para comer, al verlo llevarse un pedazo de piña a la boca, recordé la vez que comimos en el hotel y entonces me quité el zapato y puse mi pie sobre su pierna, él me miró frunciendo el ceño y no pude evitar sonreír, debía reconocer que me encantaba ponerlo nervioso, así que, a pesar de que retiró su pie yo seguí con mi juego acariciando su pierna aunque la moviera, hasta que se levantó al baño.

Cuando salimos de ahí, a Tu se le ocurrió que fuéramos a un hotel a apostar, entonces regresamos a la casa por el auto, de nuevo ellos iban tomados de la mano y yo hice lo mismo con Tu que me dedicó una mirada de desacuerdo. En cuanto subimos al carro, Nani abrazó a Win, no pude evitar mirarlos por el espejo retrovisor y enfadarme, como odiaba que ese tipo lo tocara, así que en respuesta yo jugaba con Tu en los alto y a través del espejo me daba cuenta de la expresión que tenía Win en el rostro, estábamos iguales, ambos nos moríamos de los celos, claro que él sin fundamento, a diferencia de mí.

Al llegar al hotel, Nani y yo nos dirigimos a las mesas de póker y, Tu y Win se fueron a las maquinitas de dinero rápido, me sorprendió ver lo hábil que era Nani con las cartas, yo logré ganar mil dólares en una partida y en la siguiente él ganó el doble. Como ya era la hora de la comida dejamos de jugar y al encontrarnos con ellos, Nani cargó a Win dándole la noticia del dinero que había ganado, volví a sentir rabia al presenciar esa escena, es que al verlos así me daban ganas de golpearlo y decirle que Win era mío, que quitara sus sucias manos de encima, gritarle que yo no tenía ojos para nadie más, como él sí los tenía para esa tipa con la que se revolcaba y más rabia me dio cuando vi que Win lo tomaba amorosamente de la mano y se alejaban.

Nota de adapta-autora:

¡Hola, bamboos!

Después de no sé cuanto nos leemos aquí, pero ya regresó esta historia. Espero les haya gustado este capítulo y también los invito a leer Ride, una adaptación que estoy haciendo desde hace ya un tiempo.

— lilybws.

Libre hasta que tú apareciste en mi vida | BrightWin | Adaptación ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora