Entre los primer wyverianos se susurra una leyenda, una terrible maldición que fue impuesta a un cazador quien cegado por su ambición atacó sin reparo a un dragón anciano.
Mirra, una joven cazadora, quien a pulso se ha ganado el reconocimiento del c...
La sala de reunión se encontraba concurrida, las bebidas eran llenadas y vacías a la par de las risas de los cazadores, nada mejor que un merecido descanso con buena comida después de una extenuante cacería, entre ellos se encontraba Ame
Sus coletas se movían traviesas a la vez que tomaba un tarro completo de cerveza, aun que el comentario gracioso de un compañero la hizo tirarla
—ay, perdí~—
—Un trato es un trato, Ame—
—Si, si ¡La siguiente va de mi parte chicos!—
Las voces se animaron más de golpe, mientras la rubia seguía tomando esta vez sin apresurarse, siempre era un buen día para celebrar en especial hoy ya que subía de rango aun que tuvo una pequeña ayudita
—¿Ame?—
—¿eh? ¿Te conozco~?—
—Soy Mirra, el capitán dijo que serias mi compañera de caza—
—A si que fui emparejada contigo, es bueno tener alguien fuerte, esta misión me da algo de miedo pero contigo aquí puedo relajarme~—
Su tono era igual al de una niña pequeña tratando de ser adorable, Mirra había conocido a diversos cazadores cada uno extravagante a su manera por lo que esta actitud no la sorprendió
"Mas valen tus acciones que tus palabras"
—Partiremos en la mañana, cuento contigo—
—Si~—
Mientras la cazadora se alejaba observaba como su compañera continuaba con su pequeña celebración, aquello le recordaba sus inicios cazando a los genprey con un arma de hueso cuyo filo era tan pobre que tomo la costumbre de tener siempre piedras de afilar aun cuando mejoro su arma, su mente se dirigió a las celebraciones con sus camaradas llenas de carcajadas y chistes malos, inconscientemente su mano toco su pecho, una sensación de vacío se cernía en su corazón ante los recuerdos mientras sus labios daban una sonrisa amarga.
En la mañana Mirra preparo su gran espada junto con megapociones y antídotos, las tierras del nuevo mundo eran más prosperas que las del antiguo por lo que los recursos no solían ser un problema aun así solo un idiota se confiaba, tenían una vida después de todo
Una vez preparado todo se dirigió a la cantina donde espero a su compañera, espero y espero hasta que el color anaranjado tiño el cielo como señal de la tarde, finalmente la vio llegando mientras tomaba un antídoto
—Perdón~ mi cabeza me estaba matando—
—Espero tengas visión nocturna ya que a este paso la cacería será de noche—
—No seas dramática, vamos~—
Mirra suspiro con cansancio, mientras caminaban recordaba las palabras de Argos sobre su compañera, se decía que se unía a grupos de cazadores para dejar que estos cazaran mientras ella subía de rango con ellos, gracias a que era carismática a los novatos no les importaba y algunas veces ellos personalmente la invitaban; dejarse llevar por los rumores seria un error sobre todo con un RC tan alto, solo juzgaría cuando la viera cazar
Al llegar al yermo de agujas el sol empezaba a ocultarse, tendrían que aprovechar todo rastro de sol y enfocarse en terminar rápidamente antes de la noche, Mirra afilo su arma a la vez que Ame cargaba su ballesta pesada, una vez listo ambas se dirigieron a la caza
La zona era particularmente calurosa, aun así debían buscar cualquier pista para encontrar su objetivo
—Wuaaa, no traje suficientes pociones, hermana ¿Tienes algunas? ¿No te molesta que te llame hermana, verdad?—
—Ten—
—Ehh~ ¿Solo tres? hermana, eres malvada—
Mirra trato de ignorar el comentario mientras observaba el suelo, seria muy malo si su compañera estuviera en aprietos sin tener pociones, pero ella también las necesitaba, pronto su vista quedo en una marca en la tierra
—Por aquí hay una huella—
—¡Encontré marcas!—
Los rastros las guiaban a la zona dos la cual era de las pocas zonas con vegetación exuberante, caminaron a hurtadillas ya que los lazarillos se volvían más luminosos conforme encontraban más huellas, Mirra dio la señal y ambas se cubrieron con el manto de camuflaje
Una vez llegaron lo vieron, sus escamas rojas como las llamas del infierno, sus alas con extrañas marcas negras, sus afilados colmillos que eran capaces de despedazar la carne y el hueso, el Rathalos en todo su poder, Mirra trago saliva ante la anticipación, tenia que pensar en la mejor técnica de ataque
El poderoso rugido provoco que se tapara los oídos, sentía que sus tímpanos sangrarían, al mirar notaba claramente la mirada del wyvern sobre ella
"¿Nos descubrió?"
No entendía como era posible, no habían hecho ningún ataque o recibido alguno, sin tiempo para pensarlo desenvaino su arma para bloquear la bola de fuego, podía sentir el calor enrojeciendo el metal
—¡Ame!—
La rubia tomo la ballesta apuntando a la cabeza del Rathalos, sin embargo el disparo solo rozo esta pero fue suficiente para enojarlo, ya que volvió a rugir esta vez alzando el vuelo
Esta vez Mirra fue más rápida disparando una bomba luz justo enfrente del wyvern provocando que este callera al suelo en un sonido sordo, vulnerable ambas cazadoras se lanzaron contra su presa
Las duras escamas bloqueaban parte de los cortes y las balas, en cambio otras se fracturaban dejando la sangre fluir salpicando todo a su alrededor, Mirra notaba que el Rathalos se recuperaba así que cargo el arma, sus brazos se tensaron por la presión y el calor propia de la gran espada hasta que libero su poder en un devastador corte directo en la cabeza
La bestia rugió ante el ataque mientras daba un coletazo en un intento de alejar a su atacante, esta vez seria él el cazador.
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