La noche acuno al apacible Yermo, el suave tintinar de insectos lo volvía agradable, ante esto Mirra finalmente suspiro alejando toda la adrenalina en su cuerpo, comenzaba a relajarse
El problema fue el regreso del dolor, su brazo aún qué recuperado seguía entumido
—Esa fue una buena cacería—
A su lado, el Rathalos dormitaba, igualmente estaba cansado pero notablemente de buen humor, Mirra había pasado minutos antes en curarle sus heridas, por fortuna eran leves, actualmente se recuperaban en la zona 12 donde no serian atacados
—Creí que habías migrado—
No recibió respuesta, en cambio la acuno más contra su cuello, ella sabía que no estaba dormido pero no sé quejaría
"Tan agradable"
Nada se comparaba con esto, la calidez era demasiado reconfortante para ignorarla, desde que aquella vez, extrañaba volver a dormir así
—Te extrañe—
El olor a tierra junto con la suave brisa hizo que Mirra se acostara mirando el cielo azul, era un agradable momento, tomo un instante para cerrar los ojos y disfrutar
Pronto una sombra bloqueo la luz, para luego sentir pequeños golpecitos en su frente, al mirar le vio, un cazador le ofrecía una ración
—¿Ya es hora?—
Su compañero asintió mientras miraba el mapa, Mirra por su parte afilaba su gran espada, una vez lista ambos se caminaron por el bosque
La misión actual era controlar la población de velociprey, eran demasiados y empezaban a atacar personas. El cazador encontró el primer grupo, a la vez le dio una señal para que se cubriera los ojos, en un instante una bomba luz fue lanzada
Gritos confusos se oyeron a pares, Mirra no desperdicio ni un segundo, su arma asestaba golpe tras golpe, asegurando el terminar el trabajo de forma rápida
Cuando el último velociprey cayó, un sonido constante se escucho a su lado, se trataba del cazador quien le aplaudía para después señalar el siguiente camino.
Poco tardaron para encontrar los demás, entre dos cazadores aquel trabajo prometía ser rápido, sin embargo notaba que su compañero solo le bastaba un golpe para terminarlos así como su técnica era más precisa
—Con esto solo nos faltan cinco—
exclamo Mirra mientras limpiaba la sangre de su mejilla, no es que fuera suya, pero después de matar veinte velociprey parte de su armadura se encontraba pintada de color escarlata, podría dar la impresión de imagen estilo gore
—¿Qué sucede?—
Su compañero solo le limito a murmurar algo que le hizo desviar la mirada, antes que Mirra insistiera un fuerte sonido los tomo a ambos por sorpresa. Se trataba de la llamada de un Velocidrome
La bestia salto entre las rocas para caer sobre el cazador, las garras trataron de abrirse paso a través de la armadura, fue cuando el golpe de la gran espada lo empujo lejos de su presa, Mirra estaba tratando de poner distancia entre el Velocidrome y su compañero
—Lo distraeré, recupérate mientras tanto—
Ni siquiera espero su afirmación, con decisión fue directamente a enfrentarse a la bestia, quién ganaba en velocidad pero no en fuerza, Mirra procuraba acorralarlo contra el acantilado evitando que escapara, sin embargo
Un golpe finalmente hizo caer al Velociprey al vacío, dejando a una perpleja cazadora ahora mirando la nada, no se esperaba este resultado, aun traba de procesar lo sucedido cuando una risa llegó a sus oídos, se traba de su compañero tratando de aguantar la carcajada
—Ja... jaja.. jajajajaja— Mirra finalmente se unió a las risas, aquello fue muy sub-realista e inesperado —Parece que se me paso la mano—
— %̷#̷=̷/̷#̷ ̷ ̷&̷#̷$̷=̷?̷'̷#̷—
—¿Eh, dijiste algo...?—
Mirra miro a su compañero intrigada ¿Por que no podía escucharlo? Sin embargo ya no estaba, y aquellas vibrantes colinas junto con el cielo azul se tornaron en tierra árida azotada por las llamas del infierno, fue entonces que vio la luz al horizonte, tan pulcra, tan antigua, tan temible.
Mirra abrió los ojos, observando el cielo estrellado que entraba por la cueva, lentamente se incorporo mirando a su alrededor, aun se encontraba en el Yermo de agujas con el Rathalos dormido a su lado
"¿Que demonios fue eso?"
El sentimiento fue familiar, tan natural, trato de recordar el rostro de su compañero pero este se mantenía cubierto por el casco. Aquellas armas y los monstruos claramente eran del viejo mundo pero no recordaba una zona como esa
—Se sentía como un... recuerdo—
No, era imposible, no podía recordar cosas que jamás había conocido, con eso en mente volvió acomodarse bajo la cálida protección de su compañero para finalmente quedarse dormida.
A la mañana del nuevo día, lo primero que sintió fue frio, tal parecía que el Rathalos le había dejado sola mientras aun dormía, no podía culparlo ya que seguía siendo un wyvern, Mirra por su parte comenzó con su estiramiento matutino,
antes de cazar siempre venia bien calentar primero, tenia tanta hambre que seria capaz de comerse un Aptonoth entero, o eso creía, después de ello tendría que lavar su armadura, después de todo la sangre seca podría oxidarla
De pronto el característico sonido de aleteo llego a sus oídos, se trataba del Rathalos que traía entre sus garras el cadáver de un kestodon macho recién cazado, tan pronto descendió gruño a su dirección
—¿Me estas presumiendo tu caza?—
El wyvern produjo un débil gorgoreo en respuesta, Mirra sabia que era su forma de reírse por lo cual de hecho, si estaba presumiendo su captura
—Jajaja ¿enserio?—
De algún modo, aquello le recordaba a los jóvenes cazadores cuando presumían haber cazado a su primer Gran Jagras, ante esto no puedo evitar reírse un poco. Mientras trataba de aguantar su propia risa, se sobresalto al escuchar un golpe húmedo a su lado, al observar vio un pedazo de carne fresca aun sangrante
El Rathalos había despezado una de las piernas del kestodon para dársela, un regalo algo tétrico pero el mensaje era obvio: come
"¿Cazaste para que comiera?"
La cazadora tomo la carne que era una buena porción, su resistencia estaría al tope con esto, con ello en mente bromeo
—Hey, la próxima presa va de mi parte—
En respuesta recibió un suave gruñido, mientras Mirra preparaba el pedazo de carne. Curiosamente el wyvern no empezó a comer hasta que el filete de ella estuvo preparado, no le dio importancia hasta que cayo en cuenta de su primer encuentro
"Es verdad, solíamos comer juntos"
El simple hecho que aun la esperara, hizo que una tímida sonrisa se formara en su rostro.
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Una reina para el rey de los cielos (Monster Hunter)
RomanceEntre los primer wyverianos se susurra una leyenda, una terrible maldición que fue impuesta a un cazador quien cegado por su ambición atacó sin reparo a un dragón anciano. Mirra, una joven cazadora, quien a pulso se ha ganado el reconocimiento del c...