Cap. 4_ Convivencia forzada

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Sus ojos se abrieron con dificultad aun que lo único que vio fue oscuridad, trato de moverse pero todo su cuerpo le dolía, a pesar de todo se alegro que la caída no fuera letal, parecía haber caído en algo mínimamente suave, estaba segura que no era arena, paso su mano tratando de saber que era, sintió algo suave con una calidez agradable, de hecho tenia un movimiento rítmico

"¡Oh, demonios!"

La textura era peligrosamente familiar, sus músculos se tensaron al darse cuenta que se encontraba encima del wyvern y al parecer, no era la única que había despertado. Elrepentino temblor la hizo caer, el Rathalos trataba de levantarse por lo vistotambién había perdido la conciencia al caer

Mirra salto a la arena para alejarse de la bestia pero el lugar era demasiado oscuro como para atacar o esquivar, su mejor opción era quedarse quieta ocultándose entre las sombras. Su pecho se movía frenético a la par de sus latidos, recordaba caer junto con su arma pero no la podía encontrarla 

El Rathalos era débilmente iluminado por el cielo nocturno que se filtraba por el agujero, aun con esto solo era posible verse su figura, repentinamente disparo varias bolas de fuego iluminando el lugar

Mirra finalmente observo mejor su entorno, estaban en lo que parecía una caverna que no figuraba en su mapa, con esta zona al descubierto tendría que notificarlo a la comisión de investigación. El sonido de un gorgoreo llamo su atención, se había distraído mirando a su alrededor que no noto que el fuego revelo su posición, él la estaba mirando

La bestia la miraba con curiosidad, sus ojos azules parecían observar cada movimiento que ella hacía, Mirra sabía que no podría correr lo suficiente rápido para evitar las llamas si atacara, así que opto por retroceder lentamente hasta donde había visto una grieta en la pared, entre más se acercaba a donde quería, la bestia parecía más dispuesta a atacar, un profundo gruñido fue la señal para que corriera mientras apuntaba su eslinga a la pared superior, justo a tiempo se elevo esquivando la bola de fuego

Sin perder más tiempo se introdujo en la grieta escuchando el grito ensordecedor del Rathalos, ahora solo tenia que esperar hasta que se fuera de la zona y a si poder convocar un mermo que la llevaría al campamento, por que se acomodo tomando su ultima poción

Los minutos pasaban hasta volverse horas pero aun era capaz de escucharlo

"¿Cuando es que te iras?"

¿Acaso estaba esperando a que saliera? ante ese pensamiento negó con la cabeza, un animal no conocía el concepto de venganza, a si que para ver que estaba sucediendo se asomo por la grieta lo suficiente para verlo tratar de salir pero apenas movió su ala cayo al suelo con un sonido sordo, mientras se incorpora hacia un sonido lastimero, Mirra inmediatamente recordó lo sucedido antes de caer

"Te dañaste el ala"

El daño evitaba que pudiera volar, para una bestia que se mantenía siempre volando perder aquella capacidad era una sentencia de muerte, él debía saberlo y aun si la protegió de una muerte segura ¿Por qué? no tenia una respuesta para ello

Los días pasaban, Mirra había racionado su bebida fría para no morir de sed a la vez que consumía las ultimas raciones, este era el tercer día atrapada en aquella caverna, oculta en la grita, si no salía pronto moriría. Su cuerpo se debilitaba por lo que solía dormir aun que el sonido de una bola de fuego la despertó abruptamente

Al asomarse vio como el Rathalos disparaba a los noios en un intento de caza, funciono ya que uno cayo al suelo de la cueva, tan pronto estuvo muerto el wyvern lo devoro llenando el lugar de crujidos y el sonido de la carne al desgarrarse

Mirra solo podía observarlo, aun era incapaz de volar y sus heridas no sanaban del todo, estaba igual o peor que ella, sin poder nada más que observar trato de dormir nuevamente.

Cinco días habían pasado, el hambre la estaba debilitando, su cuerpo dolía por las gélidas noches y el calor sofocante del día, sus labios se encontraban partidos por la falta de humedad, su agua se había acabado hacia rato a sabiendas que no duraría mucho sin esta, aun que no era la única, nuevamente el sonido de una bola de fuego 

—Estas tan desesperado como yo... a este paso consumirás tus reservas de energía—

Mirra veía como el Rathalos devoraba de dos bocados el cuerpo del noios, aquella comida no compensaba el gasto de energía por usar una bola de fuego sin embargo pocas opciones tenia, su ineficiente cacería le estaba pasando factura debilitándolo cada vez más, al verlo la cazadora empezó apiadarse de él, si no comía adecuadamente moriría

La noche envolvió la caverna con una temperatura que calaba hasta los huesos, Mirra trataba de abrigarse a si misma pero poco podía lograr, pronto noto algo extraño, hacia tiempo que no escuchaba a su "compañero" rondar, deslizo parte de su cuerpo al exterior de la grita tratando de mirar, por suerte el cielo estaba despejado entrando suficiente luz

En medio del lugar, inmóvil se encontraba el Rathalos, no parecía moverse en lo absoluto haciendo que la cazadora se extrañara, con cautela descendió de su escondite acercándose al enorme cuerpo, lo miro con detenimiento hasta que un profundo gruñido la alerto, seguía vivo aunque parecía no tener interés por atacarla

—¿Te diste por vencido?... —

El Rathalos de dio un fuerte gruñido de advertencia, sin embargo Mirra ya no le importaba nada

—¡No eres el único muriendo de hambre!.. yo... ¡yo no pienso morir aquí!... yo...—

Tal vez fuera su desesperación o por que inconscientemente sabia que moriría de todas formas pero bajo la guardia, sus piernas se debilitaron cayendo de rodillas a la arena mientras sus ojos picaban por la falta de lagrimas, sus manos temblorosas cubrieron su rostro tratando de ahogar los sollozos que salían de su garganta, tenia miedo, miedo de no salir de aquel agujero, miedo a no ver a sus compañeros, miedo a morir...

Un llanto sin lagrimas que expresaba su desesperación, su ruptura, tan ensimismada estaba que no noto a tiempo el fuerte jalón de todo su cuerpo, pronto el frio que sentía fue sustituido por una cálida sensación. Con desconcierto miro a su alrededor viendo como era rodeada por el cuerpo del wyvern, más exactamente por la zona del cuello

Entro en pánico pero éste no parecía tener intenciones de atacarla de hecho se encontraba dormido, aprovechando esto trato de zafarse pero su cuerpo no le respondía, su cansancio sumando al calor confortable hicieron que cayera en un profundo sueño

Una reina para el rey de los cielos (Monster Hunter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora