Los rayos del sol la despertaron, podía sentir como este quemaba su piel, en un inicio no entendía que hacia en ese lugar hasta que su mente recordó lo sucedido, inmediatamente se levanto a la vez que sacaba su cuchillo en una posición de ataque, su corazón estaba latiendo a mil tratando de entender por que no había sido devorada
Enfrente de ella se encontraba el Rathalos, aun si estaba debilitado se mostraba imponente aun si solo miraba el cielo sobre ellos, suavemente bajo su cabeza para mirarla sin rastro de hostilidad alguna
Sorpresivamente cargo contra ella más rápido de lo que se esperaría de un animal debilitado, sin poder evitarlo termino encima de la cabeza del wyvern pero éste no hizo amago de tirarla, de hecho parecía que esa era su intención, Mirra no entendía que sucedía pero vio como la alzaba lo más que podía, noto de inmediato que podía usar su eslinga para tratar de salir pero aun era demasiado alto
Antes de tan siquiera intentarlo fue bajada para rápidamente ser lanzada hasta lo más alto por el Rathalos
"¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!"
Había sido demasiado repentino pero tenia que aprovechar la oportunidad, al ser arrojada había alcanzado la altura suficiente para asegurar la garra al borde del agujero y una vez lo logro fue jalada por la misma hasta la libertad.
El sol del yermo le dio la bienvenida quemando su piel aun que eso no le importaba, era libre, una carcajada nacida de la incredulidad resonó por todo el lugar, lo había logrado.
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El Rathalos miro nuevamente al cielo, no era necesario que ambos perecieran en aquel lugar por lo que juntando sus ultimas fuerzas trato de lanzarla fuera del agujero, por suerte ella lo había logrado sin embargo se sentía demasiado cansado, no tenia la energía para disparar alguna bola de fuego por lo que no podría conseguir alimento, ahora solo le quedaba esperar su muerte. Con pesadez se recostó en la arena extendiendo su adolorida ala, que extraño ¿Por que le había salvado la vida en un inicio? ah, estaba demasiado cansado para recordarlo.
El atardecer pinto el cielo de tonos anaranjados, la temperatura empezaba a bajar pero esta vez su cuerpo no era capaz de mantenerse caliente, pronto el frio empezaría afectarle pero de algún modo lo había aceptado, aun a si trato de acurrucarse en un intento de protegerse pero antes de caer dormido una voz conocida llamo su atención
—¡Ey, Rathalos! ¡Traje comida!—
Mirra empujo el cuerpo del kestodon al agujero, no tardo mucho en escuchar como este golpeaba el suelo, al asomarse suspiro de alivio al ver que el wyvern seguía con vida y más aun que tenia fuerzas suficientes para comer, traer la comida la había cansado por lo que se sentó a descansar, recordaba como había sido su viaje de regreso al campamento, una vez llego comió las raciones que aun quedaban y se curo las heridas, una vez mejor tomo la decisión de ayudar a quien la ayudo, sonaba una locura pero ya habían sido dos veces que le había salvado la vida, se lo debía
—¡Mañana te traeré otro, procura recuperar esa ala!—
Como respuesta un gruñido, aquello lo tomo como una afirmación. En la mañana empezó su cacería, por suerte había traído más armas aparte de gran espada, esta vez utilizaba una catana con elemento trueno que le ayudo contra un kestodon macho aun que el problema fue arrastrarlo hasta el agujero, con constancia y paciencia logro llevarlo a su destino
—Llego la comida—
Una vez ahí procedió a empujarlo, con esa cantidad de carne debería llenarlo hasta la noche, aun que esta vez le tocaba a ella comer, con facilidad instalo su parrilla mientras colocaba una pieza de carne ahora venia lo más difícil que era no quemarla, el primer intento fue un fracaso
Mirra podía escuchar un débil gorgoreo, al mirar dentro del agujero le pareció ver que el Rathalos se estaba riendo de ella, talvez fuera su imaginación por lo que se centro en intentarlo nuevamente, su segundo intento fue nuevamente un fracaso y esta vez estaba claro que el wyvern se estaba riendo
—¡Tu ni siquiera puedes cocinar!—
El Rathalos solo desvió la mirada mientras devoraba el kestodon ignorando el comentario. Mas tarde, la cazadora empezó a buscar un lugar para asentarse, el campamento se encontraba muy lejos del área por lo que ir y venir se estaba volviendo tedioso, en su búsqueda encontró un agujero pequeño donde algunas hormigas entraban, al asomarse vio como una liana decencia hasta el fondo
Habiendo visto de antemano su alrededor, era lo mejor que habia encontrado hasta el momento, por lo que darle un vistazo no seria tan malo. Ya adentro, noto que era más grande de lo que aparentaba, incluso había un pequeño arrollo subterráneo junto con el espacio suficiente para un campamento, una vez regresara notificaría el hallazgo a la comisión, por lo pronto empezó sus propios arreglos para volverlo habitable
Fueron necesarios varios viajes pero poco a poco tomo forma de un campamento, durante su remodelación observo un camino de hormigas que se perdían tras una pared, al acercarse noto un leve corriente de aire, su curiosidad tomo el mando haciendo que golpeara la pared varias veces hasta que esta cedió, del otro lado estaba la grieta donde estuvo anteriormente
Termino de expandir para poder entrar a la grieta cómodamente, ahora tenia la posibilidad de vigilar al Rathalos o en todo caso, ir a buscar su arma perdida. Fue en el octavo día cuando termino el campamento, suspiro de alivio ya su cuerpo le dolía pero era tolerable
"¿Que estará haciendo?"
Se asomo por la grieta, al mirar lo vio notablemente tranquilo lo que se estaba volviendo común últimamente, su teoría era que trataba de descansar para curar su ala pero, Mirra sabía que aquel proceso sería muy lento por que tomó una decisión arriesgada, ella lo curaría
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Una reina para el rey de los cielos (Monster Hunter)
RomanceEntre los primer wyverianos se susurra una leyenda, una terrible maldición que fue impuesta a un cazador quien cegado por su ambición atacó sin reparo a un dragón anciano. Mirra, una joven cazadora, quien a pulso se ha ganado el reconocimiento del c...