❄ 010 ❄

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— Joder Louis, ¿puedes decirme que coño te pasa? —habló el moreno, con cierta frustración en su voz.

— ¿Ah? ¿De qué hablas? Cállate, y sigue limpiando.

— ¡No! Hasta que me digas porque no le diste su paliza a Harr...—el castaño lo interrumpió.

— ¡No —pausó— digas-ese-nombre!

Zayn suspiró exaltado ,revoloteando su cabello.

— ¡Es que estoy muy confundido del porque no le diste su paliza! ¡Tú no haces solo una advertencia, Louis!

— Porque no quise, ¿contento? —habló, tratando de calmarse. Ya le estaba irritando la voz de Zayn. Tomó una bolsa de basura, y botó la basura del recogedor.

— No, contento, no. ¿Cómo quieres que esté contento? ¡Tu reputación!

— ¡Ya cierra la maldita boca! —botó exasperado la escoba de sus manos, y acto seguido tomó la cajetilla de cigarrillos que se encontraba en una silla.

— ¡Hey! ¿A dónde vas? No me dejes limpiando esto... —el sonido de la puerta cerrándose fuertemente, lo hizo callar— solo —susurró.


Al salir del gimnasio, el castaño revoleó los ojos por la irritable actitud de Zayn, ¿qué coños le pasaba? Salió del instituto, que por cierto, ya estaba vacío, porque los alumnos se habían ido hace horas.

Pero no, no fue a casa. Se aproximó al callejón más cercano para por fin poder estar solo. Fumando tranquilo. Se recostó en una de las paredes, y botó una gran bocanada de aire, esparciendo el humo en su delante formando un perfecto anillo.

Frunció el ceño, al ver una figura por su delante, pero no se le veía el rostro, debido a la oscuridad que se manifestaba. Esa figura fue avanzando, inquietando al oji-azul. Luego su rostro se formó en irritación, y molestia por ver quien era.

— ¿Qué mierda quieres, Liam?

— Hey, no deberías hablarle así a tu futuro hermanastro, eh.

Eso fue la gota que rebalsó el vaso, pues en un brusco movimiento tomó a Liam del cuello y lo acorraló en la pared, haciendo que este respire dificultosamente.

— Nunca más vuelvas a mencionar eso, ¿me entendiste? —contestó entre-dientes y lo soltó. Liam empezó a toser por la falta de aire, para luego reír un poco— Dime a que has venido.

— Tranquilo —acomodó su camisa—, solo quería preguntarte si conocías al tal Harry.


Louis se quedó perplejo ante su pregunta, y sintió un cosquilleo por su abdomen.

Harry le hizo sentir cosas raras, al momento de mirarlo.

Por eso la advertencia.

No quiso que lo volviera hacer, lo hacia sentir... vulnerable.

No quiso volver a sentir lo mismo.

No quiso volver a cometer el mismo error.


— ¿Te quedaste mudo, o qué?

— Háblame bien, idiota —mascullo—. No lo conozco, ¿por qué?

— ¿Ah sí? Pues esas miraditas que se dieron, ¿qué fue?

— ¿De qué hablas? Solo es un gilipollas de mierda que perdió el bus, y se puso a correr como cabra tras él, golpeando mi ventana. ¡Nada más! ¿Te gusta acaso?

— No —alzó los hombros—. Solo que me pareció raro que no lo hayas golpeado.

— Otro imbécil con la misma mierda —revoleó los ojos—. Si haz venido a hablarme de ese marica, estoy ocupado —alzó los cigarrillos, mostrándolo— ¿sí?

— ¿Por qué le dijiste que no te mirara? —ignoró su comentario— ¿Acaso sentiste maripositas en el estómago? —soltó una sonora carcajada.


Louis abrió los ojos como plato, y sintió como se le empezaba a hervir la sangre.

¿Maripositas?

¿Esas eran las cosas raras?


El chico del pupitre ➻ l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora