❀ Capítulo 12 // schedule. ❀
— ¿Estás seguro que era él, Harry? —su rubio amigo fingía no saber de lo que hablaba el rizado, pero sabía perfectamente que Louis había escrito eso en su pupitre.
— Sí Ni, estoy seguro -mordisqueó su manzana
—. ¿Tú crees —pausó— que estuviera hablando de mí?
— Ahm —nervioso—, y-yo no sé —se rascó la nuca—. Pero no te ilusiones Hazza. Con el poco tiempo que has estado aquí, sabes perfectamente como es.
— Sí, lo sé —hizo puchero.
— Bebé Harold, ya me voy. ¿Has recogido tu horario? —habló mientras se levantaba de la cama. El rizado se tapó la boca con las manos.
— ¡Oh, no! ¡Olvidé hacerlo! —se levantó también bruscamente de la cama, y se puso sus Converse.
Era viernes. Se encontraba en su pieza, de su casa. Niall vino a su casa después de las clases, pero ya había recogido su horario para la siguiente semana, debido a que hubo un cambio.
— Te acompañaría, pero ya sabes como es Maura —tomó su mochila que se encontraba en la cómoda. Harry rió.
— Yo adoro a tu madre —sonrió con ternura, mientras terminaba de atar sus pasadores. Niall asintió, en señal de saberlo. Este se fue luego de unos minutos.
Harry ya listo, se puso una de sus gorros de felpa y tomó sus llaves para disponerse a ir al instituto. Por parte le alegró saber que lo había olvidado, así no haría una larga cola para que le den el horario. Salió de su casa, no sin antes decir un breve "Ya vuelvo, má". Ya en el instituto fue a dirección y estos sin negarse le dieron el horario.
Al salir, pudo distinguir al morocho en el patio central. Pero no estaba el castaño, ni el pelirrojo, sino con otros chicos. Parecía que eran los del equipo de fútbol, y eso no le gustó para nada. Se puso muy nervioso pero siguió caminando cabizbajo, rogando que no lo reconocieran. Pero fue inútil, Zayn si lo reconoció. El morocho caminó hasta él y lo empujó levemente, haciendo que el rizado perdiera el equilibrio y los del equipo comenzaran a reír.
— Pero miren a quién tenemos aquí, al ricitos de oro —la voz del morocho era burlona.
Trató de escabullirse para evadirlo, pero un chico alto y rubio lo detuvo del brazo empujándolo hacia atrás.
— No tan rápido, nenita -se acercó al rizado—. ¿Ya te olvidaste de tu bienvenida?
Harry empezó a temblar. Si antes estaba nervioso, ahora estaba a un borde del ataco cardíaco. Estuvo evitando esto todo esta semana, pero no lo logró.
Sabía que tarde o temprano, lo harían.
— N-no me hagas nada, p-por favor —suplicó, sosteniendo fuertemente su carpeta al pecho.
— Oh, no. Tranquilo —las manos del morocho se dirigieron a su cabello, acariciándolo—. A ti no te haremos nada, ¿verdad, chicos? —ellos asintieron con una sonrisa, pero para nada sincera.
Acto seguido, las manos de Zayn que antes acariciaban el cabello de Harry, ahora la tomaron con brusquedad jalándolo hacia adelante y luego en un tirón lo empujó, haciendo que esta vez cayera al piso fuertemente, y que la carpeta con las hojas que indicaban su horario, ahora estuvieran esparcidas alrededor. Otro chico con cabello negro, las agarró de inmediato y se las arrojó al oji-miel en el aire. Este los volvió a tirar al piso, y empezó a bailar sobre ellos.
— ¡No hagas eso! —suplicó, aún en el piso, mientras trataba de levantarse. Pero otro tipo llegó por atrás y tiró su puño en su mejilla, haciendo que le ardiera terriblemente y cayera nuevamente.
— ¿Por qué no? —contestó fingiendo sorpresa—. Es basura. Al igual que tú.
El chico que golpeó al rizado en la mejilla, ahora lo agarraba del cabello tirándolo hacia atrás, obligando a Harry que mire lo que haría Zayn con su horario. Pero a penas veía, pues su nariz sangraba y sentía un fuerte dolor cerca del ojo.
— Déjalo, Nick. Vamos a tirar esta mierda al coladero.
El chico que se hacía llamar Nick, soltó el cabello de Harry elevándolo hacía adelante sin ninguna delicadeza. Harry estaba muy débil como para hacer algo, pero veía claramente a Zayn. Este tiró su carpeta por rejillas del suelo, con el horario en ellas al interior, para luego irse corriendo con los del equipo.
Como pudo, Harry se levantó y llegó al lugar mirando hacia abajo. Notó como una gota de sangre cayó al interior, pero no le importó. Ahí estaba su horario. Era una ventilación del sótano. Pensó en pedir ayuda al prefecto, o al conserje, pero en este momento se sentía desalentado y solo apretó sus labios tratando de no llorar.
Quería ser fuerte.
Recordó que había una tapa de lámina por la que se podía bajar al sótano. Siempre estaba cerrada con candado, aunque, como las clases comenzaban hasta el lunes, quizá se encontrara abierta. Fue a ver y así era. No había nadie cerca así que levantó la tapa y bajó despacio por las escaleras. Su carpeta había caído en un charco, la tomó y trató de limpiarla. Justo al momento de querer ir de regreso, oyó ruidos y risas por fuera, luego un golpe metálico.
— ¿Ricitos de oro? —escuchó una voz desde afuera— ¿Cómo entraste ahí? Tú sabes que está prohibido.
Su corazón por un momento dejó de latir, y por inercia corrió de regreso.
— ¡No hagan nada, por favor! —gritó.
No hubo respuesta. Subió las escaleras con movimientos torpes, ganándose un corte en la oreja al rozar un tubo, pero no le importó, siguió subiendo.
Tal como se lo había imaginado: Había puesto candado por fuera.
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El chico del pupitre ➻ l.s
FanfictionHarry es un chico tímido y Louis un chico que le gusta escribir siempre en su pupitre. Hasta ahí todo bien. El problema será cuando los dos, sin darse cuenta, decidan sentarse en el mismo pupitre, sólo que estando en diferentes clases. © wond...