El chico del pupitre ➻ l.s

❄ 016 ❄

✿ Capítulo 16 // nursing. ✿

- Ahí hay un teléfono. ¿Quieres que llamemos por teléfono a tus papás? Tal vez estén buscándote -dijo Louis, caminando al lado del rizado. Abrió las puertas de la oficina del director y señaló el aparato que se encontraba en una de las mesas.

El menor asintió, mientras tocaba su oreja izquierda. Le dolía demasiado. Cada parte de su cuerpo. Se encontraba demasiado débil, y un poco adolorido. Aunque unas horas antes estaba mucho peor.

Louis lo miró mientras este marcaba el número de su casa y... se apenó por él. No pudo evitarlo. Se veía realmente mal. Su oreja sangrando, rasguños por su brazo. Las piernas le temblaban, como también sus labios rosados. Su cabello que días anteriores se veía suave, estaba todo desordenado, que parecía paja. En su ojo izquierdo había una herida, que seguramente mañana lo tendría morado.

¿Quién le hizo eso?

Louis se sintió más mal aún, al pensar que quizás él pudo haberle hecho eso cuando vino por primera vez. Casi lo hace.

- Mamá -la voz de Harry se notó entre-cortada, pero estaba tratando de controlarlo.

- ¿Hijo? ¡Oh dios mío! ¡¿En dónde estás?! ¡¿Estás bien?! ¡Ya van a ser las 2 de la mañana!

- L-lo siento. Estoy en la casa de Niall -mintió, claramente. El pequeño no quería preocupar a la única persona que lo amaba realmente.

- ¡¿Y porqué no me avisaste?! ¡¿Sabes lo cuán preocupada me tenías?! ¡No te costaba nada llamarme!

- Se me olvidó, perdóname. Mañana voy a ir por la tarde, lo prometo.

- Harry... este no es el número de la casa de Niall.

Silencio.

Lo había cachado.

Estaba temblando nuevamente. Buscaba que decirle, o ingeniándose en que mentira decirle. Por nada del mundo le diría que lo habían golpeado y lo habían dejado en el sótano del instituto, encerrado. Que casi muere ahí dentro.

- Su teléfono no funciona, me dijo que se había malogrado. Por eso me dio dinero para llamar desde un teléfono público.

Harry se sentía demasiado mal. Él no mentía. Menos a su madre. Prometió que sería la primera y última vez que lo haría. Todo sea por no preocuparle, ¿cierto?

- Está bien -no sonó tan convincente-. Mucho cuidado, cariño. Por favor. Compórtate bien en casas ajenas. Sé limpio y ordenado. No es tu casa, ya sabes.

- Sí, má. Adiós, vuelvo mañana -estaba a punto de quebrarse la voz, por eso cortó la llamada rápidamente.

Volteó la mirada para fijarse en Louis, pero sorpresivamente este ya no estaba.

¿Lo había dejado?

Comenzó a asustarse. Vio su carpeta en la mesa central. Su horario estaba ahí. Pero no había rastro de Louis.

- ¿L-louis? -tartamudeó.

Esto realmente parecía película de terror. La puerta estaba cerrada. Las luces apagadas, pero el cielo estrellado iluminaban la habitación. Se preocupó y se decidió en abrir la puerta para buscarlo.

Nada.

Todo estaba oscuro.

Le daba mucho miedo estar en la oficina solo, así que salió. Lo buscaría en los salones del instituto. Avanzaba como podía, pues el dolor era demasiado. Ansiaba encontrarlo, no quería quedarse solo.