Estrechez

Capitulo 23

Levi y Eren eran, de por sí, una amistad sumamente cariñosa. Era muy rara la vez en la que los veías y Levi no estaba acariciando el cuello de Eren, o que el castaño no estuviera sentado en las piernas de Levi. No importa lo que estuvieran haciendo siempre tenían que estar tocándose.

Por eso nadie se mostró sorprendido cuando llegaron caminando, al día siguiente, con las manos entrelazadas.

Eren iba con una sonrisa tímida y la cabeza un poco gacha, saludando en voz baja a quien les hablara. Levi, por su lado, iba mucho más alegre, casi brincando mientras exclamaba "¡hola, lindo día!" a todo el que les pasara por un lado.

¿La razón? ¿Qué, no es obvia?.

Entraron al aula deslumbrando como siempre, las chicas suspirando cuando Levi les sonreía enérgico o cuando Eren hacia una corta y educada reverencia. Siempre sosteniendo sus manos.

Se reunieron con los demás que los esperaban sentados encima de las mesas, Erwin escribía en su celular mientras que Connie y Jean jugaban con un balón de básket, y Hanji estaba sentada encima de Rivialle, sólo descansando su cabeza en el hombro de su novio mientras este le hacía cariñitos en el pelo.

¡Hey, Levi!.-exclamó Jean pasándole la pelota. El azabache soltó la mano de Eren para atajarla-. Hay un partido de baloncesto hoy en la tarde, ¿quieres venir?.-

Suena bien, pero no puedo.-lamentó devolviéndole el balón-. Tendré una cita con Erensito, quizás otro día, amigo.-

Todos los presentes emitieron un baaah de decepción.

Les dije que una vez que se hicieran novios nos dejarían de lado.-dijo Hanji mirándose las uñas-.

¡Oigan, ustedes querían esto!.-rió rodeando el cuello de su novio *novio, ah* con un brazo-. Este niño me prestó su corazón y para ello puso condiciones, yo sólo soy un seguidor cuyo deber es cumplir.-

Yo no te presté mi corazón, tonto.-Eren le codeó, sonriendo-. Siempre fue tuyo.-

Levi lo miró risueño antes de dejar un casto beso en sus labios.

Eres precioso, ¿lo sabías?.-

No más que tú.-susurró besándole de nuevo-.

Connie emitió un ruido de asco.

¡Wacalá! ¡Basta, deténganse antes de que vomite el Nesquik!.-

Eren y Levi rieron alto, el último se acercó a Connie con una mueca traviesa.

¿Qué, pelonsito? ¿Extrañas mis mimos?.-

Cierra la puta boca y aléjate, Levi, o no respondo.-dijo el más bajo, intimidado-.

¡Pelonsitooo!.-el mayor se lanzó a abrazarlo por el cuello, pegándose a él como si fuera una garrapata-.

Connie comenzó a chillar mientras lo empujaba sin éxito.

¡Ayuda, violador! ¡Joder, lunático, suéltame!.-exigió cuando el azabache comenzó a restregarse en su mejilla-. ¡Eren, controla a tu novio, mocoso!.-

A mí no me mires, soy turista.-hizo el símbolo de amor y paz con los dedos antes de sentarse-.

Connie lloriqueó mientras Levi comenzaba a maullar como un retrasado. Todos reían a cantaros hasta que se vieron interrumpidos por un grito incrédulo de Erwin, que miraba su celular como si fuera la cosa más extraña del mundo.

¿Qué pasa, cejas?.-preguntó Rivialle curioso-.

¡Levi, hijo de puta!.-exclamó este, furioso-.

¡Yo qué hice!.-Levi, alarmado, se separó de Connie, alzando las manos inocente-.