Emma seguía dando vueltas a lo que vio en la habitación de Lisa.
¡No había muebles! Eran un montón de libros que juntados de forma minuciosamente estudiada, conseguían simular la estructura de lo que convencionalmente sería un mueble.
Exceptuando la cama, todo estaba hecho con libros. Incluso había una estantería cuyas patas eran libros y cuyo contenido era ... ¡Libros! Sonaba extraño, pero así era. Almacenaba libros en una estantería hecha con ... ¡libros!
Emma se puso a calcular y en esa habitación podría haber más de mil libros de diferentes tamaños, ya se explicaba porqué faltaban tantos libros de la biblioteca.
No pudo evitar preguntar a la autora de aquella obra — porque no podía ser considerado otra cosa—. Así que agarró a Lisa del brazo y le suplicó que le mostrase su habitación de nuevo.
— ¿Así que has cotilleado mi habitación? — dijo Lisa algo molesta.
— Nooo, para nada.
— Sí, bueno. Ahora dime la verdad al completo.
— Vaaaaleee. Cuando salí del aula durante la lección de literatura, vi la puerta de tu habitación entreabierta, y ya sabes cómo soy. No pude evitar entrar.
— Vaya por Dios — respondió Lisa mientras colocaba su mano en la nuca y soltaba risas pícaras —. Venga Emma, entra y te hago un tour por mi habitación.
Emma accedió a esa preciosidad de habitación, no se podía etiquetar de otro modo que preciosa. El habitáculo desprendía un aura místico, se podría decir que era una habitación zen.
Lisa le enseñó a Emma su posesión más preciada. Era un libro donde explicaba qué querría hacer ella si saliese del Internado.
Le encantaría tener una tienda de café y té decorada a base de libros. Como en su habitación pero a gran escala. ¡Una tienda entera!
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Secretos de Délino
Misterio / SuspensoChicos de doce años de un internado apartado de la civilización se van a adentrar en una misión para salvar a la humanidad de su desaparición. ¿Qué pasa? No hay registros de que los niños inicien su pubertad. No obstante, no está todo perdido. Una o...