CAPÍTULO 10 : EL TRANVÍA DE DÉLINO. EMPIEZAN LOS PROBLEMAS.

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Ni uno solo de los ocho sabía dónde estaba la Torre de Mantenimiento. Estaban desamparados en la puerta del Hospital. No tenían lugar donde ir y aunque era conscientes que se encontraban dentro del cuerpo de un tal Edgar, Délino poseía el día y la noche por lo que era fundamental encontrar un lugar en el que cubrirse durante la oscuridad, ya que podía ser peligroso permanecer fuera durante la noche.

El sol empezaba a ponerse y no tenían lugar donde dormir. Lo único que se les ocurrió fue tomar el tranvía que había frente el Hospital. Se acercaron y miraron el letrero que ponía: "Línea 1 destino Desierto de Délino".

Abajo del letrero había un mapa bastante amplio que cubría toda la marquesina de la parada que detallaba con precisión toda la ciudad de Délino y el recorrido que realizaba el tranvía desde el inicio hasta el final.


El tranvía describía un recorrido que atravesaba toda la ciudad. Primero en las afueras comenzaba su ruta en el Cementerio de la ciudad. A menos de un kilómetro llegaba al Hospital, muy cerca alcanzaba toda la zona de los museos de la ciudad. Por lo menos debería de haber ¿unos quince?

A continuación accedía recorriendo unos kilómetros a la ciudad de Délino, empezando por el hermoso Paseo de Délino. De acera ancha y con un carril , este paseo recorría en circular toda la ciudad. Si escoges este paseo podrías tener una experiencia maravillosa de la ciudad.

Mas tarde llega al Centro de Délino. Epicentro de esta maravillosa ciudad.

Saliendo de la parada del centro, el tranvía abandona la ciudad y avanza hacia el gran complejo deportivo que da nombre a la ciudad. Gran Estadio de Délino.

Privilegiadamente , a menos de un kilómetro del estadio, se encuentra la playa. El tranvía no es menos, así que también llega allí. Todo el habitante que quiera tomarse un día relajadamente en el mar solo tiene que coger el tranvía hasta la parada "Playa de Délino".

Y ya por último se encuentra el Desierto de Délino, ¿a menos de un kilómetro de la Playa? Cuesta entenderlo ...

Ni si quiera la guía del tranvía podía explicar con coherencia por qué había un desierto tan próximo a una zona con abundante vegetación. Pero lo más sorprendente es que el tranvía avanza dos paradas más, pero el mapa se ve borroso y el destino del tranvía marca claramente que es el Desierto. ¿Qué serán entonces esas dos paradas de más?

— Bueno chicos, ahí aparece el tranvía destino el desierto — Anunció con voz firme la profesora.

— ¿Cómo vamos a pagar el viaje profesora?

— Pues no lo sé. No tenemos nada de dinero. Aunque dudo que nos sirviese dinero real dentro del cuerpo de un niño.

— Profesora, ¿de qué hablas? — Preguntó Zaid.

— Esta ciudad no es real, estamos dentro del cuerpo de un joven y nuestra misión es alcanzar la Torre de Mantenimiento para accionar un botón y eliminar la sustancia inhibidora de la pubertad, ¿no lo recuerdas?

— ¡Qué graciosa es usted, Dania!

— ¡Eres tonto Zaid! — le dijo Emma —. Dania está en lo cierto. No sé por qué te ríes.

— Bueno, bueno. Ya está bien la broma. ¿Continuamos nuestra excursión? — dijo Zaid.

— Profesora — susurró Bruno a su oído —, yo creo que Zaid habla en serio. Me parece que se piensa que estamos de excursión. Es consciente de que hemos salido del Internado, pero parece que se piensa que estamos en el mundo real y se ha olvidado de la misión.

Igual la amnesia era contagiosa y Eduardo se la pegó a Zaid. No había otra explicación de porqué estaba confundiendo la realidad.

Todos entraron al tranvía. Dania estaba angustiada porque no sabía cómo iba a pagar los ocho viajes. Tampoco estaba tranquila llevando a Zaid en ese estado. Igual lo mejor hubiese sido haberlo llevado de vuelta al hospital para que estudiasen esa distorsión de la realidad que tenía.

Para el beneficio de Dania, el viaje en el tranvía era totalmente gratuito, lo que eliminaba toda preocupación de que pudieran echarlos. ¡O multarlos!

No obstante seguía preocupada por Zaid. Atrajo a todos los chicos - excepto Zaid – y les indicó que deberían de seguir el juego a Zaid. Si este pensaba que estaban en el mundo real de excursión, así lo pensaría el resto.

En cuanto pudiesen, volverían al hospital para que lo ingresaran.

Secretos de DélinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora