Nana de troles

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Jim se encontraba con Toby frente a una tienda de motocicletas. Ya era el atardecer, y ambos observaban a través del cristal el nuevo modelo de la Vespa que al Cazatroles le encantaba.

- Mira esa belleza. – Comenta Toby.

Jim dejó salir un suspiro antes de responder.

- Vespa 300 GTS Super. Motor Quasar monocilíndrico catalizado de cuatro tiempos. Hmm, ¿puedes imaginarme conduciendo eso? El viento en mi caballo, Clara agarrándose con fuerza a mi espalda...

- Y yo, sentado en el asiento a tu lado.

Jim volteó a ver a su mejor amigo con una ceja bien arqueada.

- Oh. – Toby se dio cuenta. – Te imaginaste a ti y a Clara solos, ¿no?

Su amigo le devolvió una mirada como diciendo, "obvio".

- ¿Cuáles son las posibilidades de que tu mamá te regale una para tu cumpleaños? – Pregunta Toby.

- Solo un poco peor que ganarme la lotería y comprarla yo mismo. – Contesta Jim, con sonrisa triste.

- ¿Cuánto tienes ahorrado?

- Trecientos veintiocho dólares y treinta y dos centavos. Para cuando tenga suficiente, estas cosas se manejarán solas.

La atención de Jim rápidamente fue puesta en un reflejo que vio en la ventana. Era la imagen de un goblin sobre un techo. Jim volteó rápidamente su cabeza hacia esa dirección y vio a la criatura corriendo por el techo, pero lo que más le llamó la atención era que el goblin parecía tener un bebé en sus brazos.

- ¿Qué ocurre Jimbo? – Tobs vio la reacción de su amigo. Por suerte no había visto al goblin.

- Umm... - El Cazatroles pensó rápidamente en una excusa, mientras se pasaba las manos por los bolsillos. - ¡Oh, vaya! No tengo mi teléfono. Debe averse caído por el camino. ¡Espera aquí Tobs! ¡Iré a buscarlo! ¡No debe estar lejos! – Salió corriendo antes de que el gordito pudiera decir algo, y fue tras el goblin.

Mientras Jim perseguía al goblin hasta un callejón, vio que definitivamente este llevaba a un bebé humano consigo. Cuando llegaron al callejón, el goblin estaba a punto de subir por la pared y lograr escaparse de su perseguidor.

- ¡No! ¡No lo harás!

Jim saltó hacia adelante y estuvo a punto de alcanzar al bebé. Desafortunadamente, su pie aterrizó sobre un bote de basura y este hizo que el chico perdiera el equilibro y callera al suelo, golpeándose la espalda.

- ¡Auch! – Lo último que Jim vio fue al goblin desapareciendo con el bebé tras el muro del callejón.

El Cazatroles vio con desanimo hacia arriba. Luego su visión se enfocó en un objeto en el suelo. Era un peluche de animal que se le había caído al bebé. Jim levantó el peluche y lo examinó mientras trataba de averiguar para qué un goblin raptaría a un bebé.

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- Déjame aclarar esto. – Jim se encontraba en la forja del héroe, vistiendo su armadura, entrenando. - ¿Roban bebés para poder reemplazarlos con cambiantes?

- Precisamente, Maese Jim. – Respondió Blinky, viendo desde arriba. – Y para que un cambiante mantenga su apariencia en nuestro mundo, ningún daño debe ocurrirle al niño humano. Le aseguro que no hay lugar más seguro para un bebé que las entrañas de la guardería de las Tierras Oscuras.

- Bueno, es bueno saberlo. – Jim seguía entrenando. – Espera, supongamos que llevaron al bebé a las Tierras Oscuras. ¿No es ahí de donde Gunmar está tratando de escapar?

Trollhunters - Ir por tu cuentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora