1.6: No hay finales felices

59 4 14
                                    

     Connor llega al salón de clases, con la libreta de Lizzie en la mano. Caminando molesto hacia ella.
El coloca el cuaderno sobre la banca de Lizzie, viéndola a los ojos con una mezcla de decepción, desesperación, y angustia, —¿Rachel muere?—

     —Eso... no es lo que dice—

     —No, no, no, no. Necesito saberlo. ¿Rachel muere?—

     Lizzie misma lo había escrito ambiguamente, y en el momento no lo pensó mucho, pero ahora le avergonzó decir con firmeza la respuesta, —¿Hay algún problema con eso?—

     —¿"Algún problema"? Lizzie, acabas de matar al único personaje que trataba bien a Isabelle. Creí que ambas serían protagonistas, creí que irían a buscar a Bella, creí que irían al baile. No entiendo, te di mil ideas, pero al parecer no escuchaste ninguna, ¿A dónde quieres que vaya la historia?—

     Lizzie jamás había visto a Connor tan molesto, y tan molesto con ella, tenía miedo de abrir la boca, no quería equivocarse al hablar, así que solo dice una vez más, —No lo sé—

     —Mataste a su hermana—

     —Son solo personajes, Connor. No es la gran cosa, en serio—

     —¡Es demasiado trágico!—

     —¡A veces la vida es una tragedia y no puedes hacer nada al respecto!—

     —Si— Connor la interrumpe, —Si puedes hacer algo al respecto... porque es TÚ historia, y TÚ decides qué escribir—

     Lizzie queda pensativa unos segundos, los pocos alumnos a su al rededor estaban viendo la discusión, pero nadie se atrevió a decir algo al respecto.
El ambiente no eran mas que miradas y susurros, y asombro al escuchar a Connor hablar con tal sabiduría para ser un alumno de Secundaria.

     —Lo siento— Susurra Lizzie.
     Era extraño intentar entender a qué se refería...
"Lo siento, pero no voy a cambiar la historia", o "Lo siento, no debí escribir eso", o "Lo siento, ¿Qué hacemos ahora?", la ambigüedad de su comentario era extraño, pero de cierta manera, admirable, ya que Connor jamás había escuchado hablar a Lizzie de esa manera. En manera de arrepentimiento.
     Él la toma de la muñeca, y la pone de pie gentilmente, sacándola del salón. Después de todo, aún no comenzaba la primera clase del día,

     Connor la lleva afuera y ella se deja guiar, sin gritar ni jalonear, cuando Connor la lleva a las escaleras que deciden al segundo piso y tercer piso del Colegio, —Lizzie, eres una artista— Dice firmemente, poniendo sus manos en sus hombros. Lizzie ni si quiera le dirigió la mirada, estaba viendo el suelo fijamente, —Algo esta pasando—

     —¿Tu crees? Ni si quiera me conoces, solo te acercaste a mi, a hablarme, por lástima—

     —No es así—

     Lizzie finalmente sube la mirada, —Entonces, ¿Por qué insistes tanto en pasar tiempo conmigo?—

     Connor suspira, no sabiendo cómo explicarlo, ya que fue una historia que, por alguna razón, nunca se animó a contarle, —¿Recuerdas el día que nos conocimos? ¿Recuerdas cómo fue?—

     —Si— Dice firmemente, —Al inicio de primer año, en la Biblioteca de la escuela. Yo buscaba el quinto libro de Las Aventuras en Tezkaben, y cuando lo encontré, tu te acercaste a mi corriendo, diciéndome que... también estabas leyendo la saga, y empezamos a hablar de ella...—

     —...y accidentalmente te di un spoiler sobre la traición del Príncipe Lunar...—

     —Si, ¿Cómo olvidarlo?—

     —Me golpeaste en el hombro con el libro—

     —No fue tan fuerte—

     —Pero lo recuerdo. Porque ahora, siempre que estas enojada conmigo me pegas con un libro en el hombro—
Lizzie frunce el ceño, viendo a Connor confundida. Ella nunca lo había notado, pero él si. —Lizzie, ese no fue el día que nos conocimos—

     —Claro que si—

     —Jardín de Niños, Pequeñuelos—

     Una expresión de asombro se mostró en su cara al momento en que Connor menciona el nombre del Jardín de Niños en el cual Lizzie estudió.
¿Cómo...?—

     —Yo era un niño muy tímido, y no me gustaba mi primer nombre...—

     —Pierce. Tu eres Pierce. Connor Pierce. ¿Cómo olvidar un nombre como ese?—

     —...en una clase, nos encargaron llevar un libro de cuentos. Yo lo había olvidado, todos tenían libros excepto yo. Tu llevaste 7 libros, porque no podías escoger solo uno, y compartiste uno conmigo. El Planeta del Tesoro. Gracias a eso, me gusta leer. Lizzie, fuiste tú—

     Lizzie se quedó en shock unos momentos, no recordaba, no lo sabía. No sabía cuánta repercusión tuvo un pequeño y simple gesto de amabilidad.
Una pequeña acción puede cambiar el rumbo de toda una historia. Si ella no le prestaba uno de sus libros en aquel entonces, a Connor nunca le habría interesado la lectura, y por ende nunca hubiera leído la saga de Las Aventuras de Tezkaben, y nunca se hubiera topado con ella en la biblioteca, y nunca se habrían hecho amigos.
La simple idea de no tener mensajes de Connor cada noche para preguntarle por su día, o saludos casuales en los pasillos, o esos "molestos" memes diarios, o chistes rutinarios... era horrible.
Ella jamás había notado lo mucho que lo aprecia, y por primera vez, logró sentir esa perfecta conexión entre ambos, una conexión que siempre estuvo ahí, pero que jamás valoró lo suficiente.

     —Cambié mucho, ¿No?—

     —Ambos cambiamos mucho, supongo que crecimos, supongo que iba a suceder en algún punto de nuestra historia—

     —¿Nuestra historia?—

     —Si— Connor sonríe tiernamente, —Pero está bien. Seguimos aquí. Sigo aquí. Sigo aquí para ti, No importa lo que pase—

     —...después de cómo te he tratado—

     —Hey, ya no pienses en eso. Lo que importa es lo que pasará de ahora en adelante—

     Lizzie asiente con la cabeza, y decide añadir algo,
—Ya no tengo 6 años, ya no tengo 7 libros de cuentos favoritos... ya no tengo ningún libro de cuentos en mi casa...—

     —¿Cómo?— Connor hace un escaneo mental de la habitación de Lizzie, y efectivamente, no recuerda ni un solo libro en los estantes, —¿Por qué? Pero, es que... No, tu... leíste las Aventuras de Tezkaben, tienes los libros, ¿No?—

     —Tengo la saga, la escondo en el patio de la Maestra Debbie—

     —¿Por qué?—

     —Mi padrastro no me deja leer. Mi madre era quien me mostró los cuentos, pero... cuando ella... ehm...— Lizzie cambia el rumbo de la conversación, —...Si mi padrastro descubre un solo libro en mi casa, en mi cuarto, en mi mochila. Algo que no sea sobre Ciencia o Matemáticas... Se volvería loco—

     —Yo, no tenía idea...—

     —Hay mucho que aún no sabes de mi, y que me da miedo que... cuando lo descubras... decidas... irte—

El Club de los Escritores PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora