1.9: Charla de Media Noche

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     —No hay tiempo que perder— La princesa Raven se acercó a ambas rápidamente... y al tocar el antebrazo de ambas y cerrar los ojos con fuerza... en un parpadeo, Isabelle sintió un gran mareo... como si todas sus entrañas se revolvieran, y como si su cabeza diera vueltas.
     Al abrir los ojos, ya no estaba en la entrada de su cabaña en medio del bosque.

     Estaba frente a un enorme palacio. Un palacio que solo admiraba en los libros de historia de la pequeña biblioteca de su pueblo. Cada torre contaba con detalles góticos, estructuras afiladas, tonalidades oscuras combinadas con sombras moradas. El estilo del edificio gritaba: Germoor
     El reino de Maléfica.
     —Creo que voy a vomitar— Isabelle intentó mantenerse de pie. El viaje repentino hizo que perdiera el equilibrio, pero Monique se apresuró y la enderezó de nuevo con un brazo.

     —Te acostumbras, no te preocupes—

    —¿Acostumbrar?—

     —Si... a pesar de tener una colección de caballos y cientos de carruajes. A la Princesa Raven le encanta teletransportarse—

     —Odio perder el tiempo. Eso es todo— La princesa dirigió a ambas dentro, les indicó con su mano que cruzaran la gran puerta de entrada, —Pasen, siéntanse como en casa—

     —¿Casa? ¿Es una broma?— Balbuceó Isabelle en voz baja. La "Casa" de donde ella venía, en la que creció, no era para nada similar al lugar frente a ella. Aquel lugar que la dejó boquiabierta no parecía sorprender a Monique.

     —Una vez viví en una cueva con mejor iluminación que tu casa— Dijo Monique a Raven, cruzada de brazos con una sonrisa llena de superioridad.

     —Extrañabas mi castillo, estoy segura— Presumió la princesa, —Sus habitaciones están por acá...— Comenzó a avanzar hacia un largo pasillo lleno de vitrales y tallados en las paredes iluminadas con antorchas de fuego violeta.

     —Un segundo, ¿Dijiste-?— Isabelle hizo una pequeña pausa, un tanto intimidada de hablar con la Princesa directamente, así que se acercó a Monique esperando que ella tuviera las respuestas que necesitaba —¿Dijo habitaciones?—

     De cualquier manera, Raven escuchó, y se adelantó a responderle a Isabelle, —Pero claro. Ninguna amiga de Monique va a pasar la noche es esa sucia y fea cabaña. No te rebajes a su nivel, niña—

     Isa no deseaba pasar un segundo más en ese lugar, menos una noche entera. Ella no pertenecía ahí. Ni si quiera conocía lo suficiente a Monique como para fingir que eran "amigas". Odiaba mentir, y estar rodeada de un ambiente villanezco era estresante.
     Raven y Monique parecían conocerse de toda la vida, y tenerse un cariño y odio peculiar. De igual manera, Isabelle no quería tener nada que ver con eso.

     —En realidad, no quisiera ser una molestia... y... debería volver, porque...—

     —¿Por qué? ¿Mami te esta esperando en casa para la cena? No tienes ninguna buena razón para volver, es obvio que andas por tu cuenta...— Ese fue un golpe bajo para Isa. Tenía tantas ganas de responder algo, de empujarla o de gritarle en su cara, pero también... de hacerse una bolita pequeña y desaparecer de la nada.
     Solo se quedó callada
     —...así que, se buena niña, y acepta mi hospitalidad. No cualquiera tiene la dicha de quedarse en el Castillo de Germoor. Eres una chica muy afortunada—

     Ella no se sentía como "una chica muy afortunada", en realidad, era lo contrario. Si, soñaba con castillos encantados y grandes aventuras cuando era niña, pero una vez que lo vives, es muy diferente a los juegos que existían solo en su imaginación.
     Habían miles de preguntas en su cabeza, ¿Cómo se metió en este lío? ¿Cómo iba a salir de él? ¿Qué quería la Princesa de ella? ¿Podría irse algún día de ese lugar? ¿Era una invitada o una prisionera? ¿O... quizás era una invitada que se volvería prisionera? ¿Por cuánto tiempo más tenía que fingir que no quería salir corriendo por esas puertas?

El Club de los Escritores PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora