Capítulo 30: ¿Adiós para siempre?

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Capítulo 30: ¿Adiós para siempre?


-¡Otra vez!

-¡No, Calum!

-¡Sí!

El chico apretó el botón y la canción volvió a sonar. 

-¡Los Cubitos Dubi Du, los Cubitos Dubi Du, nos encanta ser Cubitos Dubi Du! ¡Los Cubitos Dubi Du, los Cubitos Dubi Du, todo el día los Cubitos Dubi Du!

Era la décima vez que escuchaba esa canción y ya comenzaba a perder la paciencia. El auto apestaba a humanidad y a adolescentes sudorosos, o sea los chicos. Yo olía a niña limpia, obviamente. Estaba ansiosa por alejarnos del supermercado, en donde habíamos hecho las compras de la semana, y llegar a la casa y bajar de aquella cámara tóxica. A pesar de las ventanas abiertas, yo me encontraba aplastada como sardina en lata contra Ashton y Scott y estaba a punto de morir asfixiada. Cuando la camioneta paró, fui la primera en salir disparada del vehículo, aspirando el aire fresco.

-¡Gracias por escuchar mis plegarias, Dios!-exclamé y me tiré al pasto.

-No seas payasa y ayuda a sacar las cosas de la camioneta.-me ordenó Seth mientras buscaba sus llaves en el bolsillo y mantenía en perfecto equilibrio tres bolsas de plástico, su mochila y su celular en la otra mano. 

Bufé y me acerqué a la cajuela. Quedaban sólo dos bolsas: una de galletas y papas fritas que parecía ligera y otra llena de frutas y verduras que seguramente pesaba media tonelada. Estiré el brazo para tomar la primera, pero alguien se me adelantó y me la arrebató.

-¡Miller!

-¡Greene!-Trent esbozó una sonrisa burlona y levantó las cejas una y otra vez. 

-¡Yo iba a tomar esa bolsa!-la señalé con el dedo índice.

-"Ibas" del verbo "antes sí, pero ya no".-respondió.

Fruncí el ceño y solté un gruñido molesto. 

-De acuerdo, pero si pasa algo le diré a Seth que fue tu culpa.

-Uuuuh, qué miedo.-se mofó.

Tomé la bolsa que quedaba con mucho trabajo y caminé hacia el jardín de la entrada. Cuando llegué ahí, comencé a arrastrarla por el pasto. De repente el plástico se atoró con una rama, haciendo un agujero en la parte inferior. El peso del contenido hizo su trabajo y el material se abrió, haciendo que toda la comida rodara por el suelo.

-¡Emmy!-me regañó Jace.-¡Tenías que haberla agarrado por abajo también para que no pasara eso!

Hice un puchero.

-Estaba muy pesada y Trent no me la quiso cambiar.-señalé al gemelo parado a un lado del auto con cara de desconcierto y la pequeña bolsa en la mano.

-Trent.-lo retó Damen. 

El aludido bufó y me ayudó a recoger las frutas que se me habían caído con enfado. Al terminar nos encaminamos hacia la entrada de la casa, pero nos echamos hacia atrás al escuchar un grito agudo.

-¡Mi bebé!

Una mujer de cabello rojo, algo de sobrepeso y joyas relucientes se abalanzó sobre Caleb, arrojándolo contra el suelo de madera.

-¡LA PUTA MADRE, NOS ESTÁN ATACANDO!-gritaron Trent y Scott al mismo tiempo.

-¿¡QUÉ CLASE DE PALABRAS SON ESAS, JOVENCITOS!?-otra señora bajita, delgada y de cabello castaño salió de la casa.

-¿¡Mamá!?-exclamaron los dos de nuevo.

-Dejen hacer eso, es espeluznante.-solté.

-Vine a verlos, niños. Jeremy me dijo que estaban algo descontrolados y que una pequeña visita de su madre les haría bien.-explicó ella. 

¡En problemas! (Otra vez) [MSHYY #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora