Epílogo

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Epílogo:

Abracé el peluche de koala que Jace me había enviado desde Melbourne y cerré mi computadora. Había estado viendo las fotos que él me había mandado con su familia desde Australia y los videos de Seth y Damen visitando Tailandia. Me levanté del asiento acolchonado del comedor y acomodé al peluche en la mesa.

-¡Vámonos, Ashton!-exclamé.-¡Vamos a llegar tarde!

Unos segundos más tarde, la puerta del baño se abrió y salió el castaño con el cabello mojado y vestido nada más con unos jeans negros.

-Vístete, mi amor*, no tengo todo el día.-lo apresuré mientras me acostaba sobre la cama y sacaba mi celular.

*Es un apodo, no son novios ni nada.

-¿Y si mejor no nos vamos y nos quedamos aquí?-sonrió él y se acercó a mí.

-¿Qué?

Se acostó sobre mí y empezó a besar mi cuello.

-Ashton, pesas como tres toneladas. Quítate de encima y vístete, por el amor de Dios.-mascullé.

-¿Por qué nunca me sigues la corriente? Te odio.-gruñó él y se levantó para sacar su playera del clóset y ponerse sus zapatos.

Abrí la boca para contestarle, pero en ese momento me llegó un mensaje.

"Güera hobbit, el coche se va en cinco minutos. Si no bajan ahora, se quedan."

Maldito Jake.

Desbloqueé el teléfono y comencé a grabar una nota de voz.

-Ya vamos para allá, Ashton se está...

El chico se levantó corriendo y se lanzó sobre mí de nuevo, gritándole al teléfono.

-¡Emmy y yo nos vamos a quedar besándonos aquí hasta que vuelvan!

-¡Fletcher, ¿qué chin...?!

Y mandó la grabación.

-Idiota.

-Me amas.

Sonrió, me besó la cabeza sonoramente y se levantó.


Temblé de nuevo y me abracé a mí misma. El aire acondicionado del coche estaba al máximo y se sentía como si estuviéramos en el Polo Norte.

-¡Michael, estamos como a menos treinta y cinco grados y me congelo!-protesté.

Antes de que él me pudiera contestar, Luke se pegó a mi lado y me rodeó con sus brazos.

-Yo te caliento, bebé.

¿Bebé?

-Luke, ¿qué...?

Ashton, quien iba al volante, gritó:

-¡Suelta a mi novia, Roberta!

Y dale este pendejo con que somos novios.

-Ashton, yo no soy...

Luke me tapó la boca.

-¡Ella es mi novia, Irwin!

-Tampoco soy tu novia, Lu...

-¡QUE NO LA TOQUES, LUCRECIA!

Rodé los ojos y me crucé de brazos, no dispuesta a intervenir de nuevo en su pequeña pelea de niños.

-Ashtonto, por favor deja de gritarle a Luke como periquito y pon atención en el camino. No quiero morir.-le ordenó Jake.

Quince minutos más tarde, nos estacionamos en la entrada del aeropuerto. Fui la primera en bajar.

-Quítense, voy a ver a mis bebés.-dije, empujando a Mau y a Calum.

-¡Ay, mi pechito!-se quejó Calum, sobándose el torso.

Corrí al interior del edificio y seguí las flechas que indicaban el camino a la sala donde recibiría a los chicos. De acuerdo al reloj, faltaban dos minutos para que llegaran. En mi carrera, choqué con una anciana arrugada y pequeña como una pasa. Cuando me volví para disculparme con ella, me golpeó con su maleta en la cara. Ahora sentía mi mejilla caliente y palpitante. Sin embargo, continué caminando apresuradamente por el lugar, esquivando a las personas que se me atravesaban y saltando sus maletas.

Me acerqué a un empleado.

-Disculpe, ¿el vuelo que venía de Nueva York ya aterrizó?

-Sí, están por aquella puerta.-me señaló.

Le di las gracias y corrí hacia el lugar. Me paré enfrente de la puerta y saqué mi celular, que sonaba sin parar.

-¿Hola?

-¿Recuerdas a tu mejor amigo, el modelo de perfil griego por el cual todas las chicas babean?

Sonreí al escuchar esa voz.

-¡Aaron!

-¿Cómo está mi rubia favorita?

-Mal, te extraño.

Su risa sonó a través del auricular del teléfono.

-Yo también te extraño, pero pronto voy a regresar. ¿Qué tal te fue por Europa? Escuché que te habías ido de tour con los australianos.

-Sí, acabamos de volver. Ahora estoy esperando a...

-¿A mí?

Mis ojos se abrieron como platos al ver la sonrisa de Scott frente a mí.

-¡Scotty!-grité y me abalancé sobre él.-¡Luego te llamo!-le grité al aparato y colgué.

Me separé de él y enseguida salté sobre Caleb, quien me tendía los brazos. Lo llené de besos y apreté extremadamente su torso.

-¡Déjalo respirar, mujer!-gritó Jake cuando él y los demás chicos llegaron jadeantes por haber corrido.

Lo solté y guardé mi celular en el bolsillo trasero, mientras miraba a mi alrededor. No veía a Trent por ningún lado.

-¿Y Trent?-inquirí.

Scott se volvió hacia mí con una cara de tristeza.

-Emmy, Trent no vino.

Mi estómago dio un vuelco, como si estuviera en caía libre.

-¿Qué? ¿Por qué no?

-¡Porque no quería verte, idiota!

Me di la vuelta. Mi chico estaba parado a tres metros, con su mochila al hombro y una maleta negra a sus pies.

-¿Me vas a abrazar o qué?

Sonreí y corrí hacia él, lanzándome sobre él con tal fuerza que ambos terminamos en el suelo. No me importaron las miradas de todas las personas a nuestro alrededor y lo abracé con todas mis ganas. Pegué mi cara a su cuello y aspiré el olor tan familiar de Trent que siempre recordaba y anhelaba. Todas las noches me dormía con la almohada de el gemelo, con la nariz enterrada en ella, aspirando su aroma. Finalmente nos levantamos del suelo, pero continué aferrada a él.

-¿Me extrañaste, rubia?-preguntó él con la misma sonrisa que antes, pero doblemente grande.

Asentí. Él rió y me dio un beso en la frente.

-¿Nos vamos?-preguntó Mau.

-Vámonos a casa.

Y así abrazados volvimos todos a casa.

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¡Hola!

Y así termina este libro. 

Muchísimas gracias por haber leído los dos libros de Mis Seis Hermanos y Yo. De verdad espero que lo hayan disfrutado tanto como yo. 

Como había prometido, voy a continuar escribiendo Steal My Heart y Change Me (si me llega la inspiración). 

Los amo.

Azul xx

¡En problemas! (Otra vez) [MSHYY #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora