¡En problemas! (Otra vez) [MSHYY #2]

Capítulo 36: ¿El beso?

(Han pasado mil años desde mi última actualización, así que les pondré lo último que pasó en la historia)

*En el capítulo anterior "Tremmy Day"*

Estaba muy enojada. ¿Que por qué? Yo les contaré el por qué.

-No, niños. Sólo se pueden subir uno por uno.

Era la séptima vez que escuchaba esa frase.

Trent y yo habíamos pasado la última hora recorriendo todo el parque buscando una atracción donde pudiéramos subirnos juntos, pero siempre nos negaban la entrada y nos corrían de ahí.

-¿¡Para qué vinimos a este parque si no podemos subirnos a ni una puta resbaladilla!?-se quejó Trent, con el ceño fruncido.

-No lo sé, Trent. No lo sé.-respondí y me quedé callada, pensando.

Si no nos dejaban subir por las buenas, lo haríamos por las malas.

-¡Mierda!

-Shhh, nos van a descubrir, idiota.

-Tú cierra el pico. Pinche clavo estúpido que se me clavó en la nalga.-masculló entre dientes.

Rodé los ojos y jalé la mano para hacerlo avanzar. El pequeño pasaje de mantenimiento en el cual nos encontrábamos apestaba a caño y a cloro. Habíamos encontrado aquél pasadizo secreto como la única manera de entrar a uno de los toboganes sin ser detenidos por los encargados. Llegamos al final y nos asomamos por las rendijas de la puerta de salida. Para nuestra suerte, no había gente haciendo fila y sólo se encontraba un hombre sentado en una silla alta, vigilando.

-Ok, saldremos a la cuenta de 3 y correremos al principio del tobogán.-dije.

-Tómame de la mano para que no sospechen.-propuso él.

-¡No!-entrecerré los ojos.

-¡Sí, Emmy!

-¡No, Trent!

-¡Caraja madre!-soltó y sin darme tiempo de reaccionar, entrelazó sus dedos con los míos y abrió la puerta de golpe.

Corrimos hacia el inicio del tobogán y nos sentamos rápidamente.

.¡Hey, ustedes dos no pueden...!-comenzó a decir el chico que supervisaba.

-¡ME VALE!-exclamó el gemelo y se impulsó con las manos para adentrarnos en el oscuro tubo frente a nosotros.

Sí, había sido un error haber hecho eso. Y sí, habíamos tenido que ir al hospital.

-No puedo creer lo irresponsables, inconscientes y estúpidos que fueron al hacer eso. ¿Piensan que están hechos de chicle y que son irrompibles? ¡Pues no!

Mercedes nos gritaba a Trent y a mí mientras nos cosían y nos enyesaban. Resultaba que el tobogán por el cual nos lanzamos estaba en estado de reparación, así que no llegaba hasta la alberca, sino que se detenía a la mitad, razón por la cual caímos tres metros hacia el pasto. Ahora yo tenía un esguince en la muñeca, un esguince en el tobillo y un enorme raspón en el trasero. En cuanto a Trent, él había salido mejor parado con sólo un golpe en el trasero y una cortada en el brazo, pues el muy idiota había aterrizado sobre mí. 

-Pendejo.-murmuré en español cuando Trent se burló de mi pie vendado. 

-Tal vez no sepa español,-Seth se inclinó a mi lado, susurrando.-pero sí sé que eso no se dice.