Capítulo 31: ¿El lugar más feliz del mundo?

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Capítulo 31: ¿El lugar más feliz del mundo?


Odiaba los funerales. Odiaba a la gente vestida de negro, las olorosas flores, el pasto del cementerio recién cortado y húmedo por el rocío matutino. Odiaba el horrible silencio en el que se sumían todos cuando caminaban entre las lápidas en dirección al féretro donde estaba el chico al que alguna vez amé.

Tyler.

Mi ex-novio ahora yacía dentro de aquella caja de madera, reluciente y adornada con flores. Se encontraba apoyada en el soporte de metal que la mantenía suspendida sobre el hoyo donde sería depositada. Habían tres filas de sillas blancas a cada lado del ataúd para los familiares y los amigos del difunto. Había un sacerdote frente al ataúd, listo para oficiar la misa de despedida. Me sequé una lágrima bajo mis lentes de sol negros y apreté aún más fuerte el brazo de Trent a mi lado. Los tacones que llevaba se hundían ligeramente en el pasto, así que me costaba un poco caminar.

-Debiste haberme escuchado cuando te dije que te cambiaras de zapatos.-murmuró Seth al ver mi paso torpe.

Me quedé callada y continué andando hasta llegar a las sillas. Del lado derecho iba la familia y del lado izquierdo iban los amigos, así que tomamos asiento en la primera fila a lado de Alix, Sienna, Aaron y algunos otros compañeros de Tyler. La noche anterior había sido su velorio, pero me había negado a ir, pues quería conservar en mi memoria la imagen del chico vivo y sonriente y no pálido y demacrado dentro de su ataúd. Frente a nosotros estaba la señora Andrews, llorando desconsoladamente la muerte de su nieto, rodeada de su familia y con un pañuelo en la mano. Me sentí mal por la anciana, pues ahora que ya no estaba el chico tendría que vivir sola en su gran mansión.

La misa comenzó y por todas partes se escuchaban quedos sollozos mientras el padre bendecía el ataúd y rezaba por el alma del chico. Cuando el sacerdote lo indicó pasaron algunos presentes a dar un pequeño discurso acerca de lo que significó Tyler para ellos. Aaron, Sienna y Alix pasaron juntos, pero las chicas estaban tan tristes que el único que fu capaz de pronunciar más de dos oraciones sin romperse a llorar fue el castaño.

-También quisiera invitar a Emmy Lou, la novia de Tyler, a darnos unas palabras.-dijo la señora Andrews cuando ella terminó de hablar.

De inmediato me tensé en mi asiento. No quería subir a hablar, no tenía nada preparado para decir.

-Vamos, yo te acompañaré.-susurró Trent a mi lado y me hizo levantarme y caminar hasta el pequeño pedestal.

Tragué saliva, sin saber qué decir.

-Señora Andrews, quiero que sepa lo mucho que amé a su nieto como mi novio y que todavía lo seguí amando como un amigo cuando terminamos.-la mujer asintió agradecida.-Tyler fue uno de mis primeros amigos cuando llegué aquí hace tres años. Recuerdo todos los chistes malos que hacía, las veces que nos mandaban a la dirección por estar jugando "Gato" en clase, la fastidiosa forma en la que solía despertarme tirándose sobre mí y haciéndome cosquillas.-suspiré y me mordí la parte interior de mi mejilla para aguantar las lágrimas. Miré hacia el féretro.-Lamento haberte dicho todo lo contrario la última vez que te vi, pero te quiero, Tyler.

Comencé a llorar sobre el hombro de mi hermano, quien me guió de vuelta a nuestros lugares. Luego de algunas palabras más, el sacerdote dijo:

-Si alguien quiere dejar algo sobre el ataúd antes de que sea enterrado, ahora es el momento.

Varias personas se levantaron y dejaron flores, cartas, fotografías, etc. Me separé del brazo de Trent y me levanté en silencio. Me saqué el anillo dorado en forma de corazón que me había dado Tyler en nuestro tercer aniversario y lo deposité entre todas las flores.

¡En problemas! (Otra vez) [MSHYY #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora