Capítulo 17: Relación

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Como Eddie me prometió minutos atrás, me lleva a casa y le invito a pasar.

-Estoy demasiado feliz como para no besarte ahora mismo.

-¿Y qué haces que no lo estás haciendo?

Así, contenemos nuestras respiraciones por escasos segundos y, al separarnos, nos miramos a los ojos con dulzura.

-Creo que he elegido bien.

-T/N...¿por qué yo? -dice preocupado-.

-Porque fuiste el que me hizo sentir especial con tan solo un par de horas. Tengo todas esas joyas de papel en la estantería de mi dormitorio. Tu carta la he metido en un cofrecito de colores dorados y azules que guardaré como un tesoro. Y, preparar una cita tan...común pero a la vez tan increíble...se sintió inolvidable.

Mirándome como si fuera lo más bonito del mundo, me da un beso en la frente y me apretuja en sus brazos.

-Creo que nunca me acostumbraré a esto -me dice-. Jamás gusté de alguien de manera correspondida.

-Yo sí, pero nunca se sintió tan real.

-Otra pregunta...¿cómo fueron las citas de los otros dos?

-Bueno, Steve me llevó a dar un paseo en globo aerostático.

-¿Y Hargrove?

-Digamos que tuve un paseo y no solo en coche.

-Entiendo.

Creo que Eddie está a punto de una escena de celos, pero se detiene al instante cuando recuerda que, hasta hace muy muy poco, no éramos nada.

-Te quiero, T/N.

-Creo que yo también te quiero, Munson.

-¿Crees?

-Acabo de elegirte ante los dos chicos mejor vistos de todo Hawkins; no estás en posición de quejarte.

-Buen punto, linda.

Le digo que se siente en el sofá mientras coloco boles de palomitas en la mesa. Me recuesto a su lado, cubriéndome con la manta que él está usando y me acurruco en su cuerpo mientras la película "Titanic" comienza. Obviamente también hay pañuelos en la mesa.

***

La luz del sol me despierta y me desperezo mientras observo la baba de Eddie cayendo de su boca.

-Eddie, cielo, despierta.

-No quiero nata, gracias.

-No soy una vendedora ambulante de batidos, despierta.

Obedeciéndome, abre sus ojos y se despereza también.

-Buenos días, preciosa. Qué bonitas vistas por la mañana, ¿no? -dice cuando me agacho de espaldas a él para recoger el mando de la televisión-.

-Muy gracioso.

-Prefiero tu cara, la verdad. Es más bonita y deja ver todo lo que ofreces al mundo solo existiendo.

-Ehhh, mis nalgas se sienten ofendidas.

-Puedo pedirlas perdón si te das la vuelta un momento.

Nos reímos y le invito a ir a la cocina a desayunar. Hay una pila de tortitas en la mesa de la cocina y estoy dispuesta y reducir el número de porciones.

-¿Siempre vas así de rápido?

-¿A qué te refieres?

-A que si siempre dejas a tus novios dormir en tu sofá contigo la primera noche de relación -dice antes de meterse un trozo de tortita en la boca-.

-Con que ahora estamos en una relación...

-Espera, ¿no lo estábamos? -dice con la boca llena-.

-Ayer simplemente dije que te prefería antes que a ellos, no que automáticamente fueras mi novio.

Esas palabras le dejan paralizado.

-Es sarcasmo, Eddie. Claro que somos pareja. Pero todavía no lo vayas presumiendo, no nos conocemos tan profundamente.

-Pues vamos a arreglarlo.

-¿Perdona? -digo justo antes de que me coja la muñeca y me lleve junto a las toritas de nuevo al sofá-.

-Bien. ¿Nombre completo? ¿Color favorito? ¿Comida preferida? ¿Artista que no puedes para de escuchar?

-A ver: T/N Byers Hopper. Me gustan todos pero me agrada mucho el azul. Arroz blanco. Metallica. Ahora tú.

-Eddie Munson, no tengo segundo apellido ya que mi tío nunca me comentó nada. Adoro el negro. Me muero por las aceitunas. No paro de escuchar AC/DC.

-Concuerdo en todo. Estamos demostrando que lo de que los polos opuestos se atraen no siempre es cierto.

-Bien. Siguiente pregun-

Un fuerte ruido nos interrumpe. Viene del jardín trasero.

Salimos casi de la mano por lo asustados que estamos y nos encontramos con la escena más indescriptible de mi vida entera.

Stuck in your mind - Eddie/Billy/Steve y T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora