Capítulo 11: Amistad

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-No tenías suficiente con traer al chico más mujeriego del pueblo a casa y encima hay otros dos -me dice Jim al sentarse a mi lado, cuando llego a casa con mi hermano menor-.

-Papá, puedo explicarlo...

-No queremos explicaciones. Estarás encerrada en casa lo que queda de semana.

Eso es mucho tiempo sin salir, teniendo en cuenta que me encanta ir a respirar el aire de fuera. Estamos a Martes, así que son cinco días sin salir. Me mato.

Suerte la mía que en mi habitación tengo un teléfono y así me puedo comunicar con el mundo exterior.
Mi puerta se abre de un momento a otro.

-Will, ¿qué haces aquí?

-No quería que pasaras tus cinco días de prisión sola, así que he traído tus snacks favoritos y el tablero de Dragones y Mazmorras.

-Creo que tuve demasiada suerte contigo en mi vida.

-Créeme que podría haber sido mejor.

-No estoy de acuerdo con eso, pero como no quiero discutir, calla y juguemos.


Pasamos una tarde alucinante. Realmente me gusta pasar tiempo con Will.

Obviamente aviso por teléfono a Steve, Eddie y Billy que no se les ocurriera visitarme; no quiero pasar cinco años encerrada en mi casa.

Lo días pasaron rápido y el Lunes llega, afortunadamente. Solo quiero respirar oxígeno que estuviera en el ambiente, no el que entraba por mi ventana.

Caminando por primera vez en días por la calle principal, me encuentro con el peor panorama que pude ver en mi vida: Steve lleno de moratones y Billy con sus nudillos rojos.

-¿¡QUERÉIS PARAR Y EXPLICARME QUÉ COJONES ESTÁ PASANDO!?

Me miran y automáticamente recomponen sus posturas para lucir mejor, aunque tampoco mejora su aspecto, pero es gracioso ver cómo se quieren ganar mi confianza con encanto.

-T/N -empieza Steve-, estábamos debatiendo amablemente...

-Sí, vuestros puños son muy amables con el otro. ¿Motivo?

-Simple. Tú -dice Billy como si nada-.

-¿Perdón?

-Sabemos perfectamente que tienes un debate interno sobre decidirte con quién vas a salir y todo eso. Estuvimos haciendo lluvia de ideas con Eddie y como Billy me copiaba...-dice Steve en tono inocente-.

-Mi primera pregunta es...¿acaso a alguno de vosotros os cae bien Eddie?

-No, pero como también es tu pretendiente...-añade Billy, con obviedad-.

-Mira, hemos hecho un grupo de WhatsApp y todo -dice Steve con una gran sonrisa de niño, enseñándome un grupo llamado "T/N nuestra diosa"-.

-Parecéis niños recién entrados en la pubertad.

-Pero es que...

-No, basta. Parezco su madre en vez de su amiga.

-Amiga, por poco tiempo...-Billy, como habitualmente, me guiña el ojo-.

-Bueno, Billy, como por mi castigo nuestra cita se tuvo que retrasar, la haremos mañana. Prepara todo. No me conformo con poco -esta vez guiño yo el ojo-.

-Sabes cómo seducir, linda. Lo tendré en cuenta.

Steve rueda los ojos y se va, despidiéndose de mí con un beso en la mejilla, aunque estoy segura de que si Billy no hubiese estado delante, me habría dado un beso como Dios manda, en toda mi boca de cotorra.

Me despido también de Billy pero solo con un abrazo, que aprovecha para rozar mi piel todo lo posible.


Cuando estoy a pocos metros de la puerta de mi casa, veo a alguien apoyado en el marco de la misma: Eddie.

-Eddie, ¿qué haces aquí?

-¿Qué tan mal te han hablado de mi esos pichas bravas?

Eso me causa risa y él sonríe. Me gusta su sonrisa.

-No te preocupes, nada de lo que me digan va a cambiar mi forma de verte.

-¿Y cómo me ves?

-¿Cómo quieres que te vea? -digo intrigada-.

-No querrás que responda a eso, ¿cierto? Porque, si respondo, igual me llevo una cachetada por imbécil.

-Pero eres mi imbécil favorito.

Esas palabras provocan en mí una sensación nueva. Un sentimiento que comienza a florecer. Y que una vez que empieza solo una cosa lo puede parar.

Stuck in your mind - Eddie/Billy/Steve y T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora