Universo alterno donde nada es lo que parece...¿Crees en las reencarnaciones?
-Ken-Chin... Yo ya estoy vacío...- Siempre despertaba con ese extraño sueño en el que perdía algo o alguien seria más fácil de decir.
Desde que tuvo un poco de conciencia...
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No era gracioso, la tarifa de ese elegante restaurante por la noche era particularmente cara, sin contar todo lo que podían llegar a gastar, si lo podían pagar, por supuesto, pero iba a ser un considerable golpe a la economía de esa semana. Las luces tenues y los candelabros de cristal, las miles de flores en un tono blanco negro y las mesas de cristal hacían al lugar un sitio sacado de una de esas revistas de diseño de interiores que jamás podrías pagar.
Decir que estaba furiosa era poco, dos días, dos malditos días en los que su mellizo se desapareció y no había rastro de él, inclusive llamó a Izana molesta y este explicó que no había vuelto al departamento desde hace dos días, aunque no sabía si creerle o no.
"Izana es la tapadera de Mikey".
Recuerda la frase del mayor de sus hermanos, si Izana los quería muchísimo a los tres, pero en especial había una relación con Mikey diferente. El peli-blanco se encontraba de frente a ella junto con el peli-negro de cabellos cortos contando mentalmente, se supone que hoy Mikey le daría el plazo para el negocio con los Kawata y hora que no aparecía, si los gemelos se presentarán en este momento todo se iría al carajo. Ella no sabía cómo lidiar con Nahoya, el mayor la veía como una potencial rival y su establecimiento está muy bien como para un negocio, a su suerte Keisuke estaba también ahí en la mesa de negocios.
La cena iba a llevarse a cabo en uno de los restaurantes más prestigiados de Tokio y ya casi estaban en hora, tomaba un trago grande a su copa mientras Shinichiro intentaba calmarla. Juraba y perjuraba que si su idiota hermano menor no llegaba en menos de diez minutos el mismo iba a dejarlo sin un quinto yen, el mayor de los Sano paso la vista por las mesas, había gente de todo tipo y la verdad en su mayoría debían ser ricos egocéntricos como ya estaba acostumbrado a tratar.
Su vista se encajó en una coleta a espaldas a él, era llamativa y un instinto le prometió que la forma tras la silla. Sacudió la cabeza, de nuevo están perdiéndose en sus pensamientos cuando las manos de Emma golpearon levemente la mesa.
—Suficiente... — habló soltando un suspiro— Izana llámalo de nuevo... No se lo voy a perdonar si se atreve a faltar.
—No contesta el teléfono, Emma... —No se alteraba, genial estaba por darle un ataque e Izana estaba ignorándolo completamente.
—Baji... — pidió auxilio al otro.
—No, la verdad no he hablado con el y no me contesta tampoco...lo siento querida Emma —Negó levemente, estaba algo cansado. Ese día había sido particularmente largo y solo había hecho un espacio para ir con la familia a cerrar su negocio, él y Nahoya se llevaban particularmente bien y por eso Emma lo quería en esa mesa.
—Voy a matar a ese pedacito de...
Justo cuando estaba hablar sintieron una presencia en la parte posterior de la elegante mesa, la rubia pensó lo peor, faltaba que los gemelos llegarán y su hermano no estaba ahí, ni modo tiempo de sacar sus dotes actriz, pero no. Todos se quedaron estáticos, todos menos Baji quien mostraba una sonrisa mientras tomaba un poco de su trago. La cara de los hermanos Sano podía concursar en una revista de gracia y vergüenza... Quien pensaría que dos de ellos eran modelos.
