Capítulo 7

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Nos subimos al auto y salimos de la casa en mi mente voy pensando

alguna excusa que darle al señor Gregori cuando me regañe por llegar a su casa y


no encontrar a su hija ahí
Conduzco callado, ella mira por la ventana la carretera, de pronto el móvil

de Luz comienza a sonar.


Papá... No, deja que te explique No, no quiero estar en casa, le pedí a

Will que me lleve a la playa...
Puedo oír cómo la voz del señor Gregori resuena a través del teléfono, de

seguro está hecho una furia.


No, papá, no te preocupes Will estará conmigo todo el tiempo. Solo

será un par de horas, no quiero estar en casa necesitaba salir de ahí, entiende por favor


Al parecer el señor Gregori cede ante la petición de su hija porque ella se

despide con un "te quiero, papi" y corta la llamada.


Ya falta poco para llegar hasta la playa desde la llamada del padre de

Luz que no hemos dicho ni media palabra.


Estaciono en la playa y ella se quita las zapatillas de lona dentro del auto se arremanga los jeans y sale a toda velocidad hacia el mar.


Condenada chiquilla... digo por lo bajo me quito los zapatos con

una rapidez digna de un récord y la sigo no puedo separarme de su lado,

menos si de verdad corre peligro.


Siempre me ha gustado el mar, ¿sabes?...dice mientras camina por la

orilla de la playa y una ola le moja los pies.


Sí, se nota...le digo siguiéndola a una distancia donde el agua no me

toque.


Ella sigue así por un buen rato, jugueteando con cada ola que llega a sus

pies, se ve feliz y mucho más tranquila que hace una hora atrás cuando se


encontraba en su casa


Abre los brazos y sonríe ampliamente elevando su rostro al cielo, como si

quisiera que el sol la besara, yo sonrío ante su actitud nunca había visto a


alguien que disfrutara tanto de un día de playa más que a los niños pequeños que llegan por aquí en pleno verano
De pronto, siento que el agua me salpica Luz ha pateado agua en mi

dirección y me ha llegado hasta la cara.


Oye Luz... digo con voz de reprimenda.


Era para que espabilaras, parecías muy distraído..dice sonriendo

traviesa y vuelve a dar pequeños saltos hacia el agua alejándose de mí.


Al verla como sigue jugueteando, me digo mentalmente que sí estaba

distraído, la estaba mirando a ella y una alarma comienza a sonar en mi cabeza
Estoy trabajando y no puedo permitirme una distracción Siempre debo estar observando todo a mí alrededor, siempre atento, por ella.


Me regaño mentalmente y el pensamiento de "fue una muy mala idea

aceptar este trabajo" retumba en mi cabeza.


Veo que Luz camina de vuelta y se detiene frente a mí
¿Ya te cansaste?..pregunto con un poco de ironía.


No, podría estar todo el día aquí, el mar me tranquiliza, pero

El guardaespalda!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora