Luz...
No puedo creer lo que acabo de escuchar de los labios de Will luego de de todo lo vivido, él decide marcharse
de mi vida sin más, dejando mi corazón roto en mil pedazitos.
Entro en la mansión con un dolor en mi alma que se mezcla con una enorme
rabia que comienza a brotar en mi sangre. ¿Tan equivocada estaba con él? ¿Tan ciega me tenía el amor que no me di cuenta de que él no sentía lo mismo?
Subo el primer peldaño de la escalera que lleva hacia mi habitación, pero me
detengo de golpe necesito hablar con mi padre ya que me imagino y presiento
que él tiene mucho que ver con la actitud de Will, me dirijo casi corriendo apresuradamente hasta la biblioteca y entro en ella sin siquiera tocar a
la puerta, mi padre está hablando por teléfono y levanta sus ojos desde los
papeles que están en su escritorio y dirige una mirada sorprendida hacia mí.
Yo le sostengo la mirada mientras me voy acercando hasta el escritorio el le
dice a quien sea que está al otro lado de la línea que luego le llamará y cuelga
el teléfono
―Luz, hija ¿Qué pasa? ¿Te encuentras bien? ―pregunta y se pone de pie ante
mí.
―¿Qué hiciste, papá? ¿Qué le dijiste a Will?
―Yo solo hablé con él, hija no entiendo tu actitud.
Trato de respirar hondo, porque tengo un gran nudo en mi garganta y mi
respiración se ha agitado no quiero comenzar a llorar, no en este momento
cuando tengo que saber de boca de mi padre qué ha sucedido con Will debo
tranquilizarme me digo mentalmente y aprieto con fuerza mis manos formando dos puños que expresan la ira que llevo en mi interior.
―¿Qué fue lo que le dijiste? Él era otra persona al salir de aquí dime, papá.
―Hablamos sobre ti…
―¿Y? ―le pregunto entre dientes
―Bueno, yo ya sospechaba el interés que sientes por Will. Y le comenté que se alejara de ti que tú y él no tienen nada en común…
―¿Y qué te hace pensar eso? No sabes nada de mí ni de él.
―Sé lo que tengo que saber, hija. Él es un hombre que no te conviene para
nada tú eres Luz Cross mientras que él es solo un policía mal pagado. ¿Crees
que serás feliz con él?
No puedo creer lo que escucho de la boca de mi padre ni siquiera puedo
imaginarme aquella conversación.
―Papá, yo amo a ese hombre. ¿Es que no entiendes eso?
―Luz por favor no seas patética, eres joven, no sabes nada del amor lo que tú sientes es solo un capricho, es como si tuvieras un juguete nuevo que estrenar de que juegas un rato y luego te
aburres y lo dejas en un rincón
―NO. Lo que siento por Will es más profundo es como un fuego ardiente que ilumina mi vida, haciéndome sentír completa y feliz me hace sentir segura en cada abrazo que recibo de Will me siento protegida, amada, reconfortada. Cada vez que lo veo siento que revolotean mariposas en mi estómago y mi corazón empieza a latir bastante rápido por él y...
Veo que mi padre traga en seco y luego rodea su escritorio para llegar a
pararse frente a mí.
Me mira fijamente y puedo notar algo extraño en su mirada.
―¿Y te has preguntado si él siente lo mismo por ti?
Aquella pregunta es como una cachetada, nunca habíamos hablado tan abiertamente de nuestros sentimientos con Will pero sé que él siente algo estoy completamente convencida
―No lo sabes, ¿verdad? ―pregunta ante mi silencio―Bien déjame contarte que
él no siente ni una pisca de amor por ti.
―¡No puedes saber eso!
―Hija, le he dicho lo mismo que te estoy diciendo a ti, él no puso objeción
alguna a mis palabras ni siquiera peleó conmigo, solo aceptó su paga y se
fue. ¿No crees que si él te quisiera tan solo un poco abría luchado por ti?
Me quedo petrificada siento a mi corazón latir en mis oídos lo que me ha
dicho mi padre me vuelve a herir como una espada en el centro de mi corazón.
Pienso en Will y en que en algo mi padre tiene razón si él de verdad me
amara no hubiese salido de la casa casi sin hablarme, si él de verdad sintiera
algo por mí, hubiera enfrentado a mi padre no puedo creer lo tonta que he
sido, me enamoré de quien no sentía nada por mí y lo peor es que me hizo
pensar que entre nosotros si existía algo que podría contra todos.
No puedo evitar soltar las lágrimas de mis ojos. Y volver a la realidad es frustrante.
No puedo creer que estuviera tan ciega y enamorada que no me di cuenta de los reales sentimientos de Will
―Hija ―dice mi padre poniendo sus manos en mis hombros―, Quiero que te recuperes bien, quiero que hagas un viaje, a la ciudad que tú quieras sí
quieres estudiar fuera del país te apoyaré cien por ciento, quiero que solo pienses en ti y solo en ti.
―¿Crees que es así de fácil, papá? No soy de las que huyen de los problemas.
―Pero irte de aquí por un tiempo te hará muy bien Luz, dime que al
menos lo pensarás.
Me quedo mirando al hombre frente a mí, al único hombre que nunca me ha
fallado, el único que me ama incondicionalmente .
No le digo nada me separo de él y me giro sobre los talones para comenzar a
caminar en dirección a la puerta de la biblioteca.
―Lo siento, hija ―dice mi padre cuando tengo la mano en el pomo de la
puerta.
―Yo también, papá ―digo con la voz que indica que voy a llorar― Yo
también.
Salgo de la habitación y corro por la casa hasta llegar a las escaleras, subo
los escalones de dos en dos y luego llego a mi habitación cierro la puerta tras
mi espalda y me deslizo por la puerta hasta quedar sentada en el piso.
Ahora sí me permito llorar con ganas nunca pensé que una desilusión doliera tanto en el corazón. ¿Qué voy a hacer ahora?
¿Y si mi padre me mintió? La pregunta se formula en mi mente abriéndose
paso entre los pensamientos de tristeza. Pero de inmediato me respondo que
no si así hubiera sido, entonces Will me habría comentado algo, él no me quería, nunca lo hizo. Solo disfrutó de lo que se le entregaba tan fácil mente, soy una total y completa inútil y ahora la que sufro soy yo.
Pensé que, luego de todo lo sucedido, tendría un poco de felicidad podría
vivir mi amor con Will pero los sueños no siempre se hacen realidad.
Sigo llorando y de pronto siento dos golpes en la puerta, es Clara al otro lado y me pregunta cómo estoy y si necesito algo.
―Solo quiero estar sola, déjame en paz. ―le digo un tanto grosera.
―Luz, cariño déjame entrar, hablemos ―me pide ella con ternura.
―No. Ya te dije que quiero estar sola. Vete ya.
―No puedo irme cuando sé que estás ahí adentro llorando quizás y pueda
ayudarte.
― No, no quiero hablar, no puedes ayudarme, nadie puede hacerlo soy una estúpida que se enamoró del hombre equivocado.
―¿Will? ¿Will es el hombre equivocado?
―¡Ni lo nombres! No quiero escuchar su nombre nunca más en mi vida.
Clara se queda callada y yo sigo llorando, de rabia, de tristeza que pasa si mi padre tiene razón no puedo
creer que me esté pasando esto mi vida se ha vuelto en una verdadera
telenovela.
Primero lo de mi tío y ahora Will… Ah Will, ¿por qué me tuve
que enamorar de ti?
―Luz ―Clara vuelve a hablarme―, no sé lo que tu pienses, pero yo se que
Will siente algo por ti, pude notarlo siempre, desde los primeros días que
estuvo aquí.
―No, Él no siente nada solo vino hoy a buscar su paga y me dejó sin darme más explicaciones. ¿Qué significa eso?
―No sé, no entiendo su actitud…
―Yo tampoco, y ahora déjame sola, no quiero hablar más de él, solo quiero
estar sola si necesito algo te avisaré.
―Está bien ―dice ella y puedo oír sus pasos que se alejan por el pasillo.
Me levanto del piso y camino hasta mi cama, agarro mi almohada y hundo mi
rostro en ella ahogando así el grito que suelto quiero que este dolor pase
pronto, quiero irme a dormir y despertar mañana sin sentir nada. Volver a mi vida, pienso que quizás no sea tan mala idea lo de hacer un viaje.
No soy de las que le den la espalda a los problemas, pero todo lo que me ha
pasado en estas semanas me tiene agotada, necesito cambiar de aire.
Creo que debería pensar en irme por un tiempo mañana buscaré un lugar en el
mundo al cual ir y en donde permanecer unos meses, lejos de todo y de todos.
Lejos de Will y espero que el cambiar de paisaje, cambien también mis
emociones y pensamientos.
Me acerco a mi mesa de noche y saco el frasco de pastillas para dormir, saco
dos píldoras, de seguro que dormiré hasta muy bien, si duermo no pienso y el dolor disminuirá un poco.
―¿Por qué nos hiciste esto, Will? ¿Por qué no puedes amarme?
Me meto en la cama y cierro los ojos esperando que el medicamento no se
demore en hacer efecto y me transporte al mundo de los sueños, ha pasado un
rato y puedo notar que mis párpados se hacen cada vez más pesados.
―Will te amo…―digo antes de caer en un pozo negro donde no existe nada, donde no se siente nada, donde deseo con todas mis fuerzas dejar de sentir y sufrir por un amor no correspondido.
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El guardaespalda!
Teen Fiction"Cuando ya no resta nada por dar. La pasión es lo que nos saca adelante"