White Boy// IZZY STRADLIN

25.

-Izzy-

Me sentía muy... ¿Sentimental? No sé que me pasaba pero desde que ella llegó a mi vida me estaba comportando como un marica.

Verla con otros tipos me ponía de los pelos, pero tenía que respetar su espacio hasta que esté lista.

Crucé la calle en dirección a casa, detrás de mí escuché un auto estacionarse, sí, lamentablemente era Dave. Giré para mirarlo fijamente mientras se bajaba de su auto, un ford para ser exactos.

Tocó el timbre y en poco tiempo Emma cruzó el umbral de la puerta, viendose hermosa como siempre, pero algo perdida.

Cruzamos miradas unos 5 segundos, estiré mi ojera con mi dedo índice y modulé la frase "con cuidado", para parecer sobreprotector. Sonrió y desvió la mirada hacia él para que no se de cuenta de que yo estaba ahí.

Ambos subieron al auto y desaparecieron en escasos segundos.

Entré a casa y fuí derecho al baño, necesitaba despejarme y quitarme el olor a muerto de encima. Necesitaba asimilar la situación, abrí la llave con agua tibia y me sumergí en mis propios pensamientos, cosa que casi nunca sucedía. Me encontraba muy ocupado con la banda y mi droga como para pararme a pensar en como me siento y que tendré que hacer en un futuro.

Me sentía raro haciéndolo, pero sabía que me alivianaría de algún modo. Refregué mi pelo con shampoo haciendo masajes suaves
"¿Tendré que alejarme un poco de ella?"
"Definitivamente me mataría por dentro"
"Si me vuelvo a enfocar en la banda puede ser que sea menos duro"
"Pero hacer eso me devolvería a los brazos de las drogas"

Todas las ideas que llegaban a mi cabeza terminaban siendo desechadas, todas me llevaban a ella o a la perdición de las líneas otra vez.

Trataría de estar algo distanciado de ella, no la invitaría a ningún lado solos ni nada por el estilo. Sólo tendría contacto con ella cuando estemos en grupo o en los ensayos cuando nos vieniera a ver.

Salí del baño en una nube de vapor luego de un rato, me cambié y fuí a servirme algo para tomar.

Me encontré a Slash con Duff y un pack de cervezas. Tomé una y me senté junto a ellos en el sillón. Solté aire fuertemente para luego llevarme la lata a la boca.

-¿Qué pasó Stradlin? Se te vé perdido- preguntó Slash girando su cabeza.

-Más bien pensativo ¿Pasó algo con tu enamorada?- acotó el rubio con gracia.

-Creo que... algo así, necesito distraerme.

-No lo digas dos veces, toma tus cosas, nos vamos de fiesta querido- se levantaron ambos de un salto y tiraron de mis brazos para que los siguiera.

Eso era lo bueno de ellos, te ayudaban en los momentos que necesitabas, no de la manera más sentimental del mundo pero colaboraban a su manera.

En menos de 20 minutos nos hayabamos sentados en los sillones de un strip club, pero no de los de siempre. Este era más alejado del centro de Los Ángeles, no era demasiado conocido.

Chicas iban y venían de a montones, con las prendas de ropa más pequeñas que podrías imaginar.

-Aquí flaco, está tu distracción- anunció Slash admirando cada culo que cruzaba con nosotros- Si esto no te ayuda, nada lo hará amigo.

-¿Gracias?- dije algo confundido.

-Para eso estamos viejo, no agradezcas- concluyó Duff, quien se encaminó a la barra para luego traer 3 botellas de diferentes licores- Aquí esta el acompañamiento estrella de la noche, el plato principal lo decide cada uno por su cuenta- rió pícaramente.

(*)

Hace aproximadamente 1 hora que estoy sentado aquí, se me acercaron demasiadas chicas y tetas grandes ofreciendome bailes o cosas tras las cortinas, pero no me apetecía nada.

Compré 1 botella de vodka y me la bajé yo solo para ver si eso ayudaba, cosa en la que no me equivoqué.

Una rubia con un biquini rosa se acercó a la mesa con paso decidido.

-Hey ¿Por qué tan solo?- cuestionó sentandose a mi lado.

-Creo que ya no lo estoy ¿O sí?

-¿Un baile chico?

Asentí con la cabeza a lo que ella rápidamente comenzó a hacer lo suyo. Sentía que la conocía de algún lado pero nada me venía a la mente, la única cabeza que funcionaba era la de abajo.

Toda la situación me llevo a ir con ella a la parte trasera, sacó mi miembro y comenzó a hacer lo suyo, bastante bien para lo poco que podía sentir en ese estado. Cuando levantó la cabeza pude reconocer ese rostro... era Ángela. MIERDA MIERDA MIERDA.

-¿Pero qué carajos?- pregunté enojado levantándome.

-¿Qué pasa? Pense que extrañabas mis dones con la boca, nene- rió parándose.

-No... no, contigo no quiero tener nada que ver, vete a la mierda Ángela.

-Tú me buscaste, aquí estoy.

-No te busqué, te me acercaste como cualquier otra con el fín de sacarme dinero, perra.

Salí rápidamente de la situación, abrochando mi pantalón en el camino. Caminé y caminé hasta llegar nuevamente a casa.

En vez de mejorar, todo se había ido a la mierda otra vez. Soy un idiota.