De Canadá a Los Ángeles, mucha diferencia entre un pueblo y la gran ciudad. Conoceré muchas personas nuevas que arruinaran o mejorarán mi vida, no lo sé, hasta quizás pueda cumplir mi sueño. Lo único que sé es que ese chico es mi destino, estoy segu...
Terminé de alistarme. Miré mi figura en el espejo desde todas las perspectivas posibles para asegurarme de que todo estaba en orden. Me alegró ver el resultado del look, me sentía muy linda, era simplemente hermoso.
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Por último me puse mis preciadas botas militares negras, para completar el outfit. Era una bomba.
Escuché el timbre y salí a ver quién era. Al abrir la puerta me encontré a Tommy, recargado sobre la pared con un ramo de rosas, lo peculiar de estas es que en el centro tenían una cajetilla de cigarros Malboro, mis favoritos desde hace tiempo, este hombre sabía lo que me gustaba, mierda.
-Estas.. wow no sé como aceptaste estar conmigo, que suerte la mía, carajo- tomó aire mientras revisaba mi cuerpo de arriba a abajo- esto es para tí, vas a estar genial.
Tomé el ramo entre mis manos, acerqué mi rostro a él para sentir el magnífico olor de las rosas.
-Gracias lindo, mis favoritos- lo tomé del cuello para besarlo con ganas, se salvó de que no me haya puesto labial aún, si no su boca sería un desastre al igual que la mía.
El beso fue tomando intensidad hasta que dí paso a su exigente lengua para juntarse con la mía, para comenzar a juguetear y a enredarse con esta. Tomó mi trasero para recargarme y así subirme a la mesa.
-Tommy... tenemos que irnos se hace... tarde- comenzó a depositar besos por mi cuello haciendo que pierda el aliento. Lo tomé del rostro para juntar nuestras miradas- Vamos, luego del show veo si dejo que continúes con lo tuyo.
-Diablos, esperame que voy al baño entonces princesa, tú ve de los chicos, nos vemos allí, déjame las llaves yo cierro- solté una risa tímida al escuchar eso, era bastante sincero.
Acepté y me marché a casa de los Guns, crucé la calle y entre por la puerta principal, la cual se encontraba abierta. Todos estaban yendo de un lado a otro.
-¿Qué tal chicos? Veo que estan algo inquietos, ya tenemos que irnos ¿Me ayudaran a ensayar un poco?
En eso todos se reunieron rápidamente en la sala.
-Sabía que te quedaría bien, pero no tan bien cariño, wow- soltó Axl riendo.
-Tiene razón estas hermosa Emm, no puedo creerlo- corrió a abrazarme Erin- te lucirás esta noche sin dudas.
-Bueno tampoco la pongan nerviosa, le va a doler el estómago- comentó Steven desde el sillón.
-¿Por qué le dolería el estómago?- preguntó confundido Duff.
-¿No les pasa? Que se ponen nerviosos por la presión de los demás y...¿Les da ganas de cagar?- todos lo miraron confundidos- Okey me doy cuenta que soy el único, mejor me voy- con eso último se retiró por la puerta. Todos estallamos en carcajadas, ese momento fue muy raro.
