Estando de pie frente a una de las ventanas de su habitación, Liam observaba el collar dorado sobre la palma de su mano derecha, su mirada curiosa estando concentrada en la pequeña figura colgante. El lugar estaba siendo iluminado únicamente por la luz tenue que entraba a través de las ventanas, la cual era proporcionada por la luna en aquella oscura noche y que le daba contrastes azules al lugar.
Aunque su mirada estaba concentrada en el colgante, sus pensamientos viajaban una y otra vez al momento en el que Theo lo cubrió con su cálido abrazo. Siendo sincero consigo mismo, aquella acción lo había tomado por sorpresa debido a que se trataba de un gesto totalmente inusual en la quimera, pero sabía que lo había hecho para expresar su propia gratitud. Aún así, estaba levemente extrañado por la forma en la que el recuerdo le robaba su siguiente respiración, trayendo consigo una calidez que se expandía por todo su pecho mientras alteraba los latidos de su corazón al recordar lo correcto que se había sentido.
Sin embargo, todo aquello lo atribuía al hecho de que una vez más confirmaba que Theo había cambiado para bien.
Casi como si fuese consciente de lo que pasaba por su mente en esos momentos, pudo escuchar los latidos pausados de la quimera a unos cuantos pasos detrás suyo. Se dio la vuelta para observar la esbelta figura de Theo apoyada contra el marco de la puerta; y solo se quedó en silencio mientras llevaba hacia el fondo de su mente sus pensamientos anteriores.
—¿Por qué no duermes? —preguntó Theo con voz calmada—. Es tarde y por tu cara parece que no has dormido hace meses.
—Gracias por recordarme lo deplorable que me veo —respondió sarcásticamente mientras una pequeña sonrisa se asomaba por sus labios para después bajar la mirada y enseñarle el collar en sus manos, dando unos pasos hacia él—. No lo sé, sigo pensando en esto.
Ante lo último que dijo, sintió como su propio corazón dio un brinco. No estaba mintiendo del todo pero tampoco es como si estuviese diciendo la verdad; sin embargo, no estaba en sus planes decirle a Theo que había estado pensando durante los últimos diez minutos en el dulce recuerdo del abrazo.
Era extraño y confuso.
Theo solo lo observó en silencio, y en ese momento deseaba que no haya notado el salto de su corazón. Su mirada se centró en su rostro y pudo percibir los destellos de agotamiento resaltar en sus ojos grisáceos. Sabía que estaba tan cansado como él y que sus cuerpos anhelaban conseguir unas horas de sueño, pero al parecer ambos habían decidido estar frente al otro alrededor de la una de la madrugada.
—Cuando empecé a convertirme, aquel hombre pareció asustarse —recordó repentinamente antes de que la quimera pudiese decir algo, dándose cuenta de que no había comentado aquello en el auto—. En ese momento dejó de atacarme y simplemente se fue. Fue extraño.
—Lo tomaste por sorpresa y sintió miedo —respondió Theo en un susurro que escapó de sus labios—. Sabía que no podría pelear contra ti.
—No lo sé, pero por alguna razón siento que sospechaba lo que soy —comentó dudoso—. Y el comenzar a transformarme solo confirmó sus sospechas. Fue como si ese hubiese sido su plan desde el inicio a pesar del miedo que podría llegar a sentir; golpearme lo suficiente para provocar la transformación. Pero... ¿por qué haría algo como eso?
Theo solo lo miró en silencio con una expresión pensativa, pareciendo analizar sus palabras para encontrar una respuesta.
—En el auto mencionaste que el hombre dijo que querían acabar con algo —habló con lentitud—. Y si tienes razón en lo que acabas de decir, puede que todo esto involucre a los seres sobrenaturales de Beacon Hills. Por algo quiso provocar tu transformación. Buscaba confirmar algo.
Se quedó en completo silencio, sintiendo de repente su garganta seca. Recordó entonces que cuando ingresaron a la casa, intentó buscar en Internet la existencia en Beacon Hills de un logo igual o parecido al del colgante, pero no tuvo éxito. No encontró nada.
—¿Crees que todo esto se trate de algo contra nosotros? —preguntó, profundizando su ceño inconscientemente—. Si es así, ¿por qué simplemente se fue y no siguió atacándome?
—Probablemente porque no podía —respondió Theo con una seriedad que casi lo hizo estremecerse—. Su plan solo era llevarse al otro chico. No esperaba que lo interrumpieras.
Bajó su mirada al collar en su mano, soltando un pesado suspiro antes de guardarlo en uno de los bolsillos de su pantalón de pijama. Apretó sus labios en una mueca, sintiendo el peso que llevaba en sus hombros tomar una fuerza dolorosa.
—Lo resolveremos, Liam —aseguró Theo después de que ambos permanecieran en silencio, por lo que levantó su mirada para observarlo, sintiendo la necesidad de aferrarse a sus palabras.
—Se supone que debo protegerlos —dijo en un susurro, empezando a sentirse algo abrumado—. La manada confía en mí para hacerlo y no lo estoy logrando.
La culpabilidad azotó contra su cuerpo al instante, dejando una sensación en su sistema casi devastadora.
—No puedes protegerlos de algo que apenas conoces. Nadie puede hacerlo —dijo Theo, mirándolo—. Pero lo importante es que estás haciendo todo lo posible por resolverlo. Estás esforzándote, y estoy seguro que eso es motivo suficiente para que la manada siga confiando en que harás un buen trabajo.
Liam sintió como las palabras de Theo calaron en lo profundo de su ser, trayendo consigo una calidez que lo cubrió por completo.
—Solo no quiero y no dejaré que más gente inocente siga saliendo lastimada por esto —murmuró—. No es justo para ellos.
—Tampoco dejaré que vuelvan a lastimarte a ti.
Su corazón se detuvo por completo, arrebatándole su siguiente oportunidad de respirar. Miró a Theo directamente a los ojos, sintiendo la forma en que sus palabras causaron estragos en su interior. Así como las palabras habían logrado detener los latidos de su corazón, las emociones que había empezado a experimentar por las mismas hicieron que este mismo comenzara a golpear contra su pecho a un ritmo rápido y constante casi al instante, dejándolo desestabilizado.
Era evidente lo que había causado Theo en su interior como para querer ocultarlo ahora. Sabía que él era consciente del cambio que generó en sus latidos.
Una sensación parecida al ardor hizo presencia en su cuello, justo donde la marca se encontraba, lo que lo sacó de su ensimismamiento. Llevó su mano al lugar, extrañado. Con la punta de sus dedos acarició la piel caliente con el fin de aliviar el ardor, pero este parecía no tener intenciones de abandonarlo.
—¿Duele? —preguntó Theo en voz baja mientras se acercaba a él, pasando la mirada de su rostro a su cuello.
—No. Solo arde.
A los pocos segundos retiró su mano de su cuello cuando vio la de Theo acercarse al lugar. Se estremeció al solo sentir como la punta de los dedos de la quimera apenas hicieron contacto con su piel. Cuando finalmente acarició el lugar, trazando la silueta de la marca con lentitud, su piel caliente pareció arder en llamas a medida que se erizaba por completo.
Se miraron sin decir absolutamente nada, y Liam notó como un destello amarillento cubrió la mirada grisácea de Theo por unos escasos segundos antes de desaparecer por completo, casi como si quisiese ocultarse de él. Un suspiro abandonó sus labios cuando sintió que el ardor se iba desvaneciendo a medida que los dedos de Theo se alejaban de su piel, deshaciendo el contacto.
—Tus ojos —dijo Theo en apenas un murmuro con su voz repentinamente ronca, por lo que lo miró con la interrogante formándose en su cabeza mientras intentaba recuperarse de todo lo anterior.
—¿Que hay con ellos?
—Brillaron cuando toqué tu marca.
...
Hola!
Qué les pareció?
Muchas gracias por sus comentarios y votos. Siempre agradezco pero nunca es suficiente JAJSJA😭 En serio gracias!
Espero les haya gustado el capítulo y les esté gustando la historia en general. Saben que cualquier cosita o duda pueden dejarla en los comentarios. Nos leemos pronto!♡
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MARCA | Thiam
Fanfiction"Algunos seres sobrenaturales reciben una marca especial en su cuello. Si esta llega a aparecer, significa que la vida les quiere hacer saber algo: han encontrado a su verdadera ancla". Liam Dunbar ahora es responsable de proteger Beacon Hills. Cuan...