Capítulo 12

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     Mirándolo sorprendido, Liam sentía como en su interior un revoltijo de emociones se apoderaban de su cuerpo con una rapidez imperiosa mientras el golpeteo de su corazón contra su pecho se volvía cada vez más ruidoso en sus oídos. El susurro de la voz de Theo diciéndole que sus ojos habían brillado al momento en que tocó su marca se repetía una y otra vez en su mente, casi sintiéndose como si quisiera asegurarle de que había escuchado bien y no había sido producto de su imaginación.

Podía simplemente afirmar que su marca, al tratarse de algo que va más allá de lo humano, generaba esa reacción en él de forma inconsciente ante cualquier contacto ajeno que recibiera sobre ella. Todo eso tenía sentido y parecía funcionar perfectamente bien en su propia cabeza hasta que recordaba que hace tan solo unos segundos atrás había presenciado a Theo tener exactamente la misma reacción.

Casi como si eso no fuese lo suficientemente extraño, el hecho de que la suave caricia que Theo había dejado sobre su marca alivió por completo el ardor que había sentido era más sorprendente. No sabía muy bien qué pensar en ese momento, pues la maraña de emociones en su interior trabajando en conjunto con su mente intentando buscar una explicación a todo aquello lo tenían increíblemente desconcertado.

—¿Liam?

Apenas pudo reparar en la voz de Theo llamándolo, por lo que centró su mirada en sus ojos, intentando que la expresión en su rostro no hiciera demasiado evidente lo descolocado que se sentía. Se detuvo unos segundos para analizar la expresión de Theo, quien lo miraba esperando una respuesta. Al notar una leve sorpresa en su mirada grisácea que parecía querer ocultar, no pudo evitar hacerse la pregunta de si el momento también le había afectado de alguna forma.

No respondió al llamado. Sentía la boca seca y las palabras parecían no querer salir de sus labios. Intentaba desesperadamente calmar sus acelerados latidos, sin embargo, al notar que sus cuerpos habían acortado la distancia entre ellos durante los últimos minutos solo hizo a su corazón latir con mayor ímpetu.

—Estás alterado —dijo la quimera con pinceladas de preocupación manchando su rostro. El ambiente que los rodeaba parecía haberse cargado de una extraña tensión que lo hacía sentir ahogado—. ¿Qué sucede?

—No es nada —mintió con voz lenta y pesada cuando logró ralentizar sus latidos, desviando su mirada de los ojos inquisidores de Theo—. Solo estoy confundido.

La mentira era tan evidente que tuvo que morderse la lengua.

—No puede solo tratarse de eso —respondió Theo con una seguridad que hizo que sus músculos se tensaran—. No estás así porque estás confundido. Hay algo más.

—Tus ojos también brillaron, Theo.

Levantó la mirada para observarlo con seriedad, enfrentando la verdad que escapó de sus propios labios mientras sentía su corazón detenerse antes de volver a latir con rapidez. Lo había dicho. No había motivos para seguir mintiendo cuando era evidente que se trataba de algo más grande que solo una confusión.

El silencio que los rodeó, ocupando cada espacio de su habitación después de decir aquello se sintió ciertamente abrumador, y no supo cómo descifrar la expresión que tenía Theo en esos momentos. Lo miraba directamente a los ojos, sin pestañear, y pudo notar cómo el profundo desconcierto ocupó su mirada grisácea y la forma en que su respiración quedó estancada en su garganta por un segundo.

Observó que desvió su mirada de la suya sin mirar en realidad a un punto específico de su habitación, solo dedicándose a asimilar lo que le había dicho. Sabía que estaba buscando con desespero las palabras correctas en su mente y darle una respuesta, pero al igual que le había sucedido a él, parecía no poder encontrarlas.

—¿Qué significa eso? —se atrevió a preguntar la quimera finalmente en voz baja mientras volvía a observarlo con su ceño ligeramente fruncido.

—No lo sé —soltó con sinceridad, negando con la cabeza—. Pero que haya sucedido eso es lo suficientemente extraño como para tratarse de una simple coincidencia.

—Supones que tengo que ver algo contigo y tu marca —dijo después de unos segundos en un tono que a pesar de ser afirmativo, dejaba notar una duda inconfundible—. ¿Eso es lo que quieres decir?

Solo se limitó a mirarlo en silencio y pasó saliva con dificultad.

—No puede tratarse de eso —dijo Theo en un tono que parecía que intentaba convencerse más a sí mismo de aquello que a él, y de alguna forma sintió como su corazón reaccionó ante esto, hundiéndose contra su pecho—. No tengo la marca.

—Pero fue como si reaccionaras a la mía.

Aquellas palabras abandonaron sus labios antes de que él mismo fuese consciente de ellas, así que cuando reparó en lo que había dicho, desvió la mirada. La tensión que había en el ambiente era notable, casi palpable; y los rodeaba con una intensidad que le hacía sentir como si su cuerpo no tuviera la fuerza suficiente para soportar su propio peso.

La idea de que Theo estuviera relacionado con su marca era algo casi imposible de creer. No podía asegurar que fuese él quien tuviera la marca -pues en estos momentos no era así- y que por lo tanto, fuese su ancla; pero la manera en que sus cuerpos parecieron reaccionar al mismo tiempo, como si estuviesen de alguna forma extrañamente conectados por su marca, hizo que realmente dudara de si la idea era tan descabellada como creía.

Sin embargo, tampoco era como si él mismo tuviera a Theo como su ancla. No lo había pensado y tampoco era un hecho. Era evidente que ambos habían empezado a desarrollar un vínculo desde hace un tiempo; y si bien la quimera había podido lograr hacerlo sentir tranquilo en momentos en que parecía que perdería el control y se había empezado a sentir inexplicablemente cómodo con su presencia, pensaba que todo aquello era por la confianza que empezó a sentir estando junto a él.

Estaba seguro de que solo se trataba de eso. O en estos momentos realmente intentaba estarlo.

—Theo, no estoy asumiendo que tú seas quien tenga la marca —explicó, dando un paso hacia él mientras volvía a observarlo. Había tenido la extraña necesidad de corregir lo último que había dicho, sin embargo, decirle aquello no lo había hecho sentir mejor en lo absoluto—. No la tienes y tampoco espero que lo hagas. No serías mi ancla.

—Tampoco serías la mía, Liam —contestó Theo con seriedad, dando un paso hacia él, haciendo que su fornido pecho chocara contra el suyo por un segundo, arrebatándole su siguiente respiración. Tuvo que levantar muy levemente la mirada para seguir viéndolo a los ojos, dándose cuenta de lo cerca que habían quedado sus rostros.

Y de pronto, ahí estuvieron. Dos saltos en los latidos de dos corazones.

Él había mentido.

Theo también lo había hecho.

Por primera vez había escuchado un salto en el latido del corazón de la quimera.

Se miraron sin decir absolutamente nada, conscientes de la profunda verdad que habían expuesto sus corazones. No había forma de negar aquello.

—Te asusta lo que una marca igual a la tuya en mi cuello pueda llegar a significar, ¿verdad? —dijo Theo después de unos segundos en un hilo de voz pero sin dejar de observarlo. Liam se sorprendió al percibir un brillo en sus ojos grisáceos que, a diferencia de otras veces, en este momento sí logró descifrar.

Miedo. Notar los destellos de miedo cubrir la mirada de Theo, hizo que un pequeño escalofrío recorriera por completo su cuerpo.

—Me asusta tanto como a ti.

Mirándolo con su corazón golpeando con fuerza su pecho, Liam observó la forma en que Theo dio unos pasos hacia atrás, observándolo una vez más antes de darse la vuelta y salir de su habitación.

...

Hola!

Disculpen por no haber actualizado antes, nuevamente tenía muchas ideas para este capítulo y no sabía bien cómo plasmarlas😭, espero que les haya gustado el resultado💗

Cualquier cosita pueden dejarla en los comentarios. Muchísimas gracias por sus votos y comentarios! No saben lo feliz que me hace ver el apoyo que recibe la historia♡

Nos leemos pronto!♡

MARCA | ThiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora