Capítulo 13

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     Sus párpados pesaban al igual que el resto de su cuerpo en una sensación casi dolorosa. Sentía su mente cansada, la cual anhelaba algunas horas más de sueño; sin embargo, en las últimas tres horas en las que cerró sus ojos para intentar dormir, el hormigueo que aparecía repentinamente en sus extremidades y pecho hacía que el sueño se desvaneciera casi al instante.

Se sentó sobre su cama y miró la hora en la pantalla de su teléfono, notando que el reloj marcaba las siete y cuarto de la mañana. Cerró sus ojos, y, como en el recuerdo persistente en el que se había convertido, la conversación que había tenido con Theo hace algunas horas atrás apareció por su mente de nuevo, arrebatándole a su corazón sus latidos pausados para transformarlos en unos más rápidos.

Estaba confundido y ciertamente seguía afectado por la situación; además, el calor que se acumulaba en sus mejillas cada vez que recordaba el momento le hacía saber que también se sentía avergonzado por lo que había pasado. Y es que, sus propios sentimientos parecieron burlarse de él al momento en el que expusieron la oculta verdad a través del salto en un latido de su corazón, luego de que la hiriente mentira se deslizara de sus labios de una forma rápida y ágil.

Y lo mismo le había pasado a Theo.

En estos momentos no sabía con certeza cuáles eran sus sentimientos respecto a la quimera; pero el tiempo en el que permaneció despierto fue suficiente para darse cuenta de que iban mucho más allá de una simple confianza y por lo bien que parecían congeniar al hacer equipo. Se trataba de algo profundo que encendía su interior y crecía con una rapidez imposible de detener, llevándose todo de sí de una forma extrañamente agradable.

No sabía como sería su relación a partir de este momento, pues ambos habían ido más allá de los límites que inconscientemente habían trazado y ahora se encontraban en una situación que comprometía a sus corazones.

Intentando centrar sus pensamientos en otra cosa, dirigió su mirada hacia la mesa de noche que estaba a un costado de su cama, observando el collar reposar delicadamente sobre la dura superficie. En silencio, se dedicó a mirarlo. Había algo que extrañamente le llamaba la atención sobre el accesorio que no se sentía del todo bien, pues le ocasionaba esa desesperante sensación de que tenía la respuesta de todo lo que se preguntaba en sus manos pero era incapaz de verla.

Pocos segundos después negó con su cabeza en un intento por deshacer aquel sentimiento, y se levantó de la cama.

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      Unos suaves golpes en la puerta de su habitación lo sacaron de sus pensamientos, por lo que se quedó observándola en silencio por algunos segundos antes de empezar a caminar hacia ella una vez se terminó de colocar correctamente su camisa. Los rastros de cansancio habían abandonado por completo su cuerpo.

Cuando abrió la puerta y se encontró el rostro de Theo, contuvo la respiración por un segundo. Aunque intentaba no hacerlo demasiado evidente, no podía evitar sentirse nervioso con su presencia después de lo que había pasado entre ellos. Algo había cambiado, y ahora se sentía como si su cuerpo reaccionara por sí solo ante Theo, no dándole la oportunidad de que su parte consciente pensara con claridad acerca de cómo actuar correctamente frente a él.

Notó la forma en que la quimera desvió su mirada de la suya. Lo miró con curiosidad, pero solo pudo quedarse de pie frente a él en silencio, esperando a que hablara.

—Liam —lo llamó en voz baja mientras volvía a observarlo. Parecía tener varias cosas que quería decirle, sin embargo, después de unos segundos solo negó con su cabeza antes de volver a hablar—. Me llegó esto al buzón de voz. Se trata de Deaton.

Frunció ligeramente su ceño ante esto y se acercó, interesado. Observó como Theo sacó su teléfono del bolsillo y buscó algo en él. Un sonido entrecortado empezó a reproducirse por unos segundos antes de que la voz apresurada del doctor empezara a sonar.

MARCA | ThiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora