Capítulo 14

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   Liam miraba expectante cada uno de los libros abiertos que se encontraban esparcidos por la amplia mesa de madera, notando los distintos dibujos descoloridos que adornaban las páginas en conjunto con los párrafos que habían alrededor de ellos; sin embargo, sus ojos estaban enfocados en buscar alguna forma parecida al collar que reposaba en una de sus manos.

—Aquí —informó Theo, señalando con su dedo índice un dibujo sobre la hoja. Intentó mantenerse tranquilo, sin embargo, su cuerpo no pudo evitar tensarse ligeramente ante el sonido de su voz.

Después de los momentos -bastante extraños a su parecer- que había vivido junto a Theo, de saber que este se trataba de su ancla y que no se había dado cuenta de ello hasta hace menos de dos horas, hizo que entre ellos se generara un ambiente ligeramente tenso, pero lo suficientemente perceptible como para saber que él no era el único que podía sentirlo.

Era incómodo, y la tensión burbujeaba entre ellos de forma constante y creciente, sin intenciones de detenerse. No podía comprender del todo por qué hoy se sentía particularmente molesto con la presencia de la quimera, pues no había razones para ello; sin embargo, en el fondo sabía que la conversación que tuvieron horas antes había tocado un punto sensible en él.

Le habían dolido las palabras de Theo.

Mason y Corey estaban junto a ellos, ya que luego de comentarles por teléfono todo lo que había dicho Deaton, su mejor amigo le aseguró que en la biblioteca de la escuela habían distintos libros que abarcaban temas del mundo sobrenatural, antiguos cazadores y científicos. Desde que llegaron, intentaba ignorar las miradas inquisidoras que Mason le daba luego de mirarlo a él y a Theo con una clara expresión de sospecha y confusión en su rostro, y supo que no era el único que notaba que algo raro estaba sucediendo entre ellos dos por las miradas cómplices que compartía con Corey.

—Es bastante parecido —mencionó Corey, pasando su mirada del dibujo que mostraba el libro al collar que sostenía en su mano. Se acercó para observarlo con mayor detenimiento, notando las similitudes entre el colgante del collar y la ilustración sobre la página.

Asintió en respuesta, pero antes de empezar a leer los párrafos que acompañaban la ilustración, su mirada detalló lo que parecía ser una especie de mapa en la parte derecha de la hoja, así que se detuvo para observarlo con atención. Frunció su ceño al notar el mismo logo del colgante marcar distintos lugares del mundo, y atrapó su labio inferior entre sus dientes de forma inconsciente.

Esto era más grande de lo que alguna vez se había imaginado.

Bajó la mirada, hasta que una zona particularmente familiar hizo presencia ante sus ojos. Buscó debajo del mapa con rapidez, en donde se encontraban los nombres de las ubicaciones señaladas; hasta que a los pocos segundos observó el nombre de Beacon Hills, y junto a él, unas coordenadas.

No tardó en sacar su teléfono para retratar en una fotografía la página, asegurándose de que las coordenadas fuesen lo suficientemente legibles a través de la pantalla. Levantó la mirada, encontrándose con las miradas interrogantes de sus tres acompañantes, así que guardó su teléfono en su bolsillo derecho antes de hablar.

—Esta organización trabaja en distintas partes del mundo —informó mientras bajaba nuevamente la mirada a la página—. Y una de las ubicaciones señala a Beacon Hills.

Los tres se acercaron interesados a observar la página; sin embargo, a los pocos segundos su vista se desvió a otro punto del gran lugar que conformaba la biblioteca, en reacción a un sonido seco que pudo percibir a lo lejos.

—¿Crees que aún mantengan la misma ubicación? —preguntó Mason, ganándose su atención, por lo que volteó a observarlo—. Quiero decir, este libro es antiguo. Pudieron haber modificaciones en cuanto a los lugares.

MARCA | ThiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora