~III~

5K 529 34
                                    


—¿Puedo tocarlo?—

—Solo si tú me dejas tocar a tu dragón.—

Laenor miraba con fascinación al animal que aplastaba cangrejos entretenido.

—¿Bruma? No se deja tocar por cualquiera.—

—Oh... Entonces Syrus tampoco se dejará tocar ¿No es así, mata cangrejos?—la princesa miró a Syrus, quien seguía en su mundo destruyendo bichitos.

—Su majestad, debemos hablar de algo.—

Lord Frizz se acercó a la chica, quien suspiró por lo bajo.

—Cada vez que dices eso, termino enojándome contigo.—siguió limpiando aquella espada perteneciente a su padre.

—... Iremos a Red Keep.—

Freyga miró al consejero, sin terminar de entender.

—Dejamos la isla a cargo de los consejeros, no creo que visitar una tierra lejana y ausentarnos más tiempo sea bueno.—miró con mueca de asco el cangrejo masticado que Syrus dejaba en su mano—. Que... Lindo, campeón. Gracias por el regalo.—le sonrió al animal, quien volvió a alejarse emocionado—. Lo siento, Frizz. Pero no confío en que ese grupo de vejetes sea muy bueno gobernando, volvamos cuanto antes.—

—... ¿Y en mi? ¿Confía en mí?—

—Más que en nadie, por supuesto.—

—Entonces permítame cubrirla en el trono, prometo cuidar bien de nuestra gente hasta entonces... pero usted debe ir.—

—Frizz no-

—Su padre se lo dijo ¿Recuerda? Debemos abrirnos al mundo.—el hombre se hincó en una rodilla frente a la mujer—. Pasamos mucho tiempo alejados de todo... Hay que forjar alianzas. Tal vez mi gente siempre ha vivido en la isla y no conocemos nada ajeno a ella pero... su padre siempre quiso que usted se reinsertara en la sociedad.—

Freyga terminó de limpiar aquella espada, dedicándole toda su atención al hombre.

—... Tu artritis va a matarte, buen amigo. Levántate.—sonrió—. No te arrodilles frente a mi.—

—Debía hacerlo aunque sea una vez.—Frizz se levantó con dificultad—. Eres mi reina ahora después de todo.—

Reina...
Ya de por sí era un título que no quería, y ahora que venía acompañado por la muerte de su padre tampoco le hacía mucha gracia.
Pero juró hacer lo mejor por su gente, y abrirse al mundo era algo que su padre siempre había querido.

—... ¿Puedo llevarme a Joseph conmigo?—

~•~

—Entonces... Nunca eligieron reina en tus tierras.—

—No.—

—pero cuando solo estabas tú y una mujer como opciones... Eligieron a la mujer.—

Daemon miró de reojo a la mujer, quien garabateaba algo en un libro.

—... Sí.—

—Entiendo... ¿Puedo hacer un comentario para nada mal intencionado que posiblemente te enoje?—el príncipe rodó los ojos, asintiendo vagamente—. Prefirieron darle la corona a una persona que literal nisiquiera era una opción antes que dártela a ti... ¿Tan mala persona eres?—

—Tal parece que medio King's Landing piensa eso.—finalmente la miró—. ¿Tú qué dices? ¿Soy mala persona para ti?—

—No te conozco para nada.—se sinceró—. Y lo único que sé de ti es que me robaste a Drahar y que fue tu idea usarme de carnada.—Daemon rió entre dientes—. Pero si hay algo que destacarte... Es que lo diste todo en el campo. Y déjame decirte que lo que sea que querías demostrar, lo hiciste.—

~°Danza de Fuego y Hielo (Daemon Targaryen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora