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Yibo abrió la puerta de la habitación, y sonrió en cuanto pudo ver el interior.

No era una habitación tan lujosa, pero estaba bien, le gustaba. Se hizo a un lado permitiéndole a Zhan el paso.

— Gracias — dijo en voz baja adentrándose al que sería su cuarto en los próximos días.

Yibo vio a Zhan caminar hacia una de las camas, dejó su bolso frente a esta y lo próximo que hizo fue dejarse caer en el blanco colchón, mientras cerraba sus ojos.

— ¿Te sientes bien? — preguntó dejando las llaves sobre la pequeña mesita que había en la habitación.

— Solo quiero dormir.

— ¿No quieres comer algo antes?

Zhan negó formando un ligero y tierno puchero con sus labios. Esto hizo al mayor dejar ver una pequeña sonrisa fácil.

Dejó su bolso acomodado en una silla para que no estorbe y caminó hacia la cama del pelinegro, y tomó asiento a un lado de este para mirarlo atentamente.

— De acuerdo... ¿Qué sucede?

— ¿Eh?

— Zhan, te conozco lo suficientemente bien, como para saber que algo te está pasando. Nunca te he visto de esta manera, así que estoy seguro de que algo te sucede. 

El menor abrió su ojos y se sentó, haciendo que ambos queden sentados frente a frente.

— Primero, casi perdemos el vuelo, luego la seguridad del aeropuerto nos tienen más de dos horas encerrados en un cuarto haciéndonos preguntas, el auto que se suponía que debía irnos a recoger, no fue. Y ahora, resulta que las habitaciones que había reservado nunca fueron reservadas. Todo este día ha sido un desastre, nada de lo que planifiqué está saliendo bien, y todo esto me frustra demasiado, porque nada sale como yo quiero que salga, se suponía que debía ser perfecto y... Y yo... — sus palabras ya no salían, el nudo que se había formado en su garganta se lo había impedido.

Tenía un ganas de llorar que comenzaba a hacerse presente en sus ojos.

— Y yo todos estos años... Me esforcé por que cada cosa que haga, la haga bien, y al ver que no es así... Yo...

Dejó de hablar, y prontamente sintió unos brazos ajenos rodeandolo en un reconfortante abrazo.

— ¿Sabes qué? En algunas cosas, solo me basta con que hagas el intento, salga bien o salga mal, yo voy a saber que lo intentaste. No todo tiene que ser perfecto Xiao Zhan, a veces solo basta con que lo sea, y ya, eso es suficiente para mí. No está bien que te mortifiques por que las cosas no salgan como tú quieras... No tenemos las habitaciones que querías, está bien, no te culpo por eso. Mira el lado bueno, tenemos una habitación, y una compensación de parte del hotel por el error de la reservación.

— ¿Una compensación? — preguntó Zhan alejándose del abrazo.

Y a Yibo no le pudo parecer más tierno ver el rostro de su secretario, este tenía sus ojitos rojos y al borde de las lágrimas mientras su labios formaban un puchero realmente adorable. Sonrió.

— Podemos ordenar la comida y visitar todas la áreas que nosotros queramos y tenemos barra libre, no nos cobrarán nada, es cortesía del hotel.

— ¿Es enserio?

— ¡Claro que sí! — respondió con una pequeña sonrisa.

Zhan bajó un poco su rostro y está vez una lágrima traicionera cayó gracias al movimiento. Yibo tomó el mentón del con su índice obligándolo a levantar su cabeza. Y con su pulgar se dedicó a apartar aquella lágrima que se atrevió a mojar la suave mejilla del menor.

GHOST ▪︎ [YiZhan] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora