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Siento que este no es el momento para decir lo que quiero decir.

— Lo que tengas que decir, solo dilo. Está bien.

Me gustas Xiao Zhan... Yo-yo ayer, planeaba decírtelo pero-

La risa del pelinegro fue lo que lo hizo parar de hablar.

— Lo sé... Ya me lo habías dicho — completó levantando su mirada al rostro sin expresión del castaño. Nuevamente, rió bajo.

— ¿Y-ya te lo había dicho?

— Después de tres años de que me contrataras, siempre que bebías me lo decías. También decías que no te gustaba el no poder hablar de otra cosa conmigo que no sea trabajo... Y ahora que digo esto, aprovecho para decir que hablar de trabajo, era la única manera que tenía para escapar de la incomodidad del momento...

— ¿Es... Es enserio? — Zhan asintió levemente. — ¿Por qué no recuerdo nada? — susurró para sí mismo pero esto llegó a los oídos del menor.

— Cuando bebes demasiado tiendes a olvidar todo lo que sucede en el lapso de tiempo en el que no estás en tus cinco sentidos.

Yibo asintió, y ambos se sumieran en un silencio algo incómodo para el mayor.

— Yibo — llamó Zhan haciendo que la mirada del castaño se fijará en él. — Tú tamb-

— ¡Zhan-ge!

El pelinegro se sobresaltó volteando a mirar a su costado.

— ¡Xiao You! — regañó a la fantasma a su lado.

— ¡Ti-tienes que llamar a una ambulancia!

— ¿Ambulancia? ¿Para qué? — preguntó con su celo fruncido.

— ¡Tu abuelo!

Y eso fue suficiente como para que Zhan le prestara más atención.

— ¡Dijo que comenzó a dolerle el pecho, le faltaba el aire, y por un momento se quedó mirando a la nada y solo se me ocurrió venir contigo!

Rápidamente Zhan tomó su teléfono levantándose del sofá para salir de la oficina.

Yibo al no entender nada, solo pudo seguirle el paso, viendo cómo Zhan hablaba por teléfono dando la dirección de la casa de su abuelo mientras caminaban hacia el estacionamiento.

— En este momento estoy en camino.

Zhan finalizó la llamada y al llegar al estacionamiento corrió hacia su auto siendo seguido por Yibo.

— Xiao You — llamó encendiendo su auto.

— Estoy aquí.

Xiao Zhan miró por el retrovisor hacías la parte trasera notando a la fantasma allí.

— ¿Cuánto tiempo tiene desde que dijo que le empezó a doler el pecho?

— A-ah, no lo sé yo, vine en cuanto noté que su mirada se perdió.

El pelinegro no respondió poniendo en marcha su auto. A todo Yibo solo podía mirar y nada más, apenas y se atrevía a preguntar, porque si no supiera que Zhan podía ver y oír cosas, lo consideraría un completo loco, pero algo estaba sucediendo y el rostro de preocupación del menor se lo hacía saber perfectamente.

En todo el camino nadie dijo nada, era un completo silencio en un auto en movimiento. En cuanto comenzaron a acercarse a la antigua casa del abuelo Xiao, notaron a una ambulancia afuera, la puerta de la casa abierta y un paramédico en la entrada. Rápidamente Zhan estacionó su auto y salió de él para correr hacia el interior de su viejo hogar, pero no siquiera alcanzó a entrar cuando vio a los paramédicos salir con una camilla y con su abuelo en ella.

GHOST ▪︎ [YiZhan] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora