|Día 6| ᵘˢᵃⁿᵈᵒ ˡᵃ ʳᵒᵖᵃ ᵈᵉˡ ᵒᵗʳᵒ

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Varios días habías pasado ya desde que el par habían formalizado su relación, ahora mismo se encontraban en casa del pelinegro, recostados sobre la cama del mismo viendo algunos programas por televisión

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Varios días habías pasado ya desde que el par habían formalizado su relación, ahora mismo se encontraban en casa del pelinegro, recostados sobre la cama del mismo viendo algunos programas por televisión.

—Que aburrido —exclamó el chico mientras se levantaba del lugar—. ¿Quieres algo de comer?

—Está bien —aceptó la albina quien también trato de incorporarse, cosa que su contrario le impidió.

—Espera aquí, quiero darte un detalle al menos —desapareció por la puerta antes de que sus mejillas comenzarán a tornarse rojizas.

—¡Okey! —su mirada dejó el televisor y se dirigió a su alrededor, el cuarto era muy ordenado a diferencia de como se lo imaginaba.

Sobre un mueble se encontraban algunas fotos de él, sólo algunas pues tenía pinta de no ser muy fotogénico, esto porque en la mayoría había salido únicamente de fondo o con cara de haber sido forzado a sacarse la foto.

Rió al recordar cuando quisieron sacarles una fotografía por haber inaugurado la tienda de regalos, ella de inmediato sonrió e hizo su mejor presentación, Griff solamente puso una pose formal, por otro lado Edgar no había manera de que saliera presentable, pues en algunos momentos salía rodando los ojos, en otra con cara de "mátame" así que tuvieron que hacer varias imágenes para que saliera bien.

Dejó las imágenes de lado y se puso de pie, recorrió cada espacio de la habitación, recordando aquellas veces que había hecho algunos planes para poder entrar y tomar algunas cosas del pelinegro. Jamás pudo ejecutar ninguno, así que se limitó a recoger algunos cabellos suyos que encontraba mientras limpiaba la tienda.

Sobre una silla se encontraba su uniforme al igual que su inseparable bufanda, era raro, muy raro de hecho, verlo sin ella. Una idea surgió en su mente, no se enojaría ¿O sí? Miró en dirección a la puerta mientras oía con detenimiento, ningún movimiento por parte de Edgar.

—Edgar —llamó la albina.

—Disculpa, ¿Me llamabas? —respondió.

—S-sí, ocuparé un momento el baño, ¿Está bien?

—Úsalo, ahí está —finalizó la pequeña conversación.

Tomó las prendas al mismo tiempo que ingresaba al cuarto de baño, dejó sus ropajes de siempre a un lado mientras se ponía las de su pareja, para su suerte le quedaban casi a la perfección. Por último, se colocó la tan conocida bufanda que hacía temblar a más de uno en supervivencia, ésta misma no mostró hostilidad.

—Buena chica… creo —dijo Colette mientras chocaba los cinco con la prenda viviente.

—Colette, ¿Haz visto mi bufanda? —escuchó la voz de Edgar llamándola desde afuera.

—Sí, un momento.

En ese instante dejó la habitación para salir y dar una pequeña vuelta, el pelinegro quedó perplejo, ella era realmente hermosa.

—Bien, ¿Cómo me veo? —un tono rosado apareció en las mejillas de Colette mientras trataba de ocultarlo bajo la bufanda que llevaba.

—Eres... te ves muy linda —soltó al mismo tiempo que sentía sus mejillas arder.

—Gracias, pero... ¡Es tu turno! —dicho esto empujó al chico hasta el lugar donde antiguamente se encontraba ella.

—¿A qué te refieres con-? —miró al lugar donde se encontraban las ropas de Colette—. Olvídalo, ya entendí.

«No puedo creer que vaya a hacer esto» pensó al mismo tiempo que extendía aquellos ropajes tan coloridos, no era su estilo.

«Su sonrisa Edgar, piensa en su sonrisa» pensó una vez más apretando los puños, su chica sería feliz con ésto ¿No? Y lo que él más amaba aparta del color negro y hacerse el incomprendido, era la sonrisa de Colette.

—¿Ya casi? —Colette tocó la puerta.

—En serio, no se en que momento acepté, pero bueno… aquí voy.

La puerta se abrió mostrando al mismo chico de siempre pero con un estilo diferente, eso sí, su actitud parecía seguir siendo la misma.

—¡Te ves genial! —al instante se lanzó a darle un fuerte abrazo, lo cual el contrario correspondió.

—Sabes que lo dices porque somos pareja, ni siquiera me van los colores.

—¡Mentira! Te ves muy bien.

—Espero que me digas la verdad —soltó una pequeña risa—, ni pienses que saldré así en público. Te ves hermosa, pero yo no lo creo.

—Te prometo que esto solo queda entre nosotros —acto seguido depositó un beso corto sobre los labios del pelinegro.

Sé que esto debió haber estado subido ayer 09 de septiembre, pero andaba achicopalada porque mi celular estaba fallando

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Sé que esto debió haber estado subido ayer 09 de septiembre, pero andaba achicopalada porque mi celular estaba fallando.
Afortunadamente sólo fue un fallo del sistema por tanta notificación, ya llegué arreglé y pude escribir el capítulo uWu. Disfrútenlo.

30 𝐃𝐢𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐎𝐓𝐏 ━━━━𝐄𝐝𝐥𝐞𝐭𝐭𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora