30 𝐃𝐢𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐎𝐓𝐏 ━━━━𝐄𝐝𝐥𝐞𝐭𝐭𝐞

|Día 3| ʲᵘᵍᵃⁿᵈᵒ ᵒ ᵛⁱᵉⁿᵈᵒ ᵖᵉˡⁱᶜᵘˡᵃˢ

Hoy era un peculiar día lluvioso en Starr Park, para su suerte de todos los habitantes de Brawltopia este estaba a horas de culminar. La mayoría estaban en sus casas por los motivos del clima y algunos otros jugueteaban bajo la lluvia.

El par de adolescentes se encontraban a punto de cerrar la tienda de regalos, el día no fue muy provechoso pues casi nadie se pasó por el lugar. El punto bueno era que ya estaban por irse a casa.

—¡Listo! —Colette terminó de acomodar unos estantes.

—Bien, entonces vámonos —ambos chicos salieron a las afueras de su lugar de trabajo, mientras ponían llave a éste.

—¡Está lloviendo! Qué suerte que traje mi paraguas —en ese instante la albina sacó una sombrilla verde con la cara de aquel cactus que tanto seguía.

Volteó a ver a su compañero, este se encontraba serio con las manos en su bolsillo. Era evidente que había olvidado su paraguas o definitivamente no pensó en traer uno.

—Uhm, bueno… puedes tenerlo —la chica le extendió el objeto con una gran sonrisa, cosa que tomó por sorpresa al gótico.

—¿Es broma y qué harás tú? También puedes enfermarte si vas a casa con este clima. No lo aceptaré.

—¡Vamos! Yo quiero dártelo, mi casa está muy cerca de aquí, no tendré problema en llegar —rió nerviosa.

—No tienes remedio ¿Verdad? —resignado ante su compañera tomó el paraguas—. Pero tú vendrás conmigo.

—¡Está bien! —tras esa respuesta, el par emprendió su camino bajo la lluvia. Llevaban varios minutos caminando, cosa que sorprendió a Edgar pues según Colette, su casa estaba muy cerca.

—Dijiste que tu casa estaba cerca.

—Oh bueno… quizás mentí un poquito —volvió a sonreír.

—Pudiste enfermarte.

—Creeme no me pasará nada… ¡Aquí es! —se detuvieron frente a una hermosa casa pintada con los colores favoritos de Colette.

—Esta bien —le devolvió el paraguas—. Supongo que me voy.

La lluvia no cesaba su intensidad, al contrario incrementó más pero está vez había algunos truenos, el chico no tenía en sus planes irse a casa con ese clima, pero sabía que su compañera tenía un gran corazón, no era capaz de dejarlo ir.

—¡Claro que no! Ven, pasa que no muerdo —rió un poco—. Ni en broma te dejo que vayas a tu casa y mucho menos así.

—Acepto tu invitación —sin ninguna especia de resignación aceptó la invitación de la chica.

—Disculpa el desorden —retiró varios objetos tirados por el piso y alguno que otro peluche de Spike—. Listo, puedes sentarte aquí en lo que pasa la tormenta.

Palmeó el sillón en el que ella se encontraba sentada al mismo tiempo que encendía la televisión.

—Gracias —se sentó a un lado de ella.

En la televisión se encontraba una película, la protagonista era Lola, se veía interesante a decir verdad.

—Vuelvo en un momento —Colette se levantó y se dirigió a la cocina, donde comenzó a preparar palomitas. En unos minutos volvió a reunirse con el pelinegro en la sala.

—¡Traje palomitas!

—Gracias de nuevo, Colette —finalizó mientras de recargaba en el respaldo del sofá al mismo tiempo que veían aquella película muy entretenida.