30 𝐃𝐢𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐎𝐓𝐏 ━━━━𝐄𝐝𝐥𝐞𝐭𝐭𝐞

|Día 2| ᵃᵇʳᵃᶻᵃʳˢᵉ ᵒ ᵈᵃʳˢᵉ ᵐⁱᵐᵒˢ

—¡Colette, es la última gema! —gritó la escupefuego mientras corría hacia el centro del mapa.

La albina asintió mientras se acercaba con velocidad hacia donde se encontraba el pozo. Usando a los arbustos como aliados pudo llegar y recoger la misma.

—¡La tengo! —rapidamente la guardó en la bolsa donde se suponía que deben estar las gemas—. Edgar cúbreme.

El pelinegro asintió al mismo tiempo que iba donde se encontraba ella, dejando la batalla que peleaba con anterioridad.

—¡No tan rápido! —Buzz se lanzó hacia el par con su ultimate activa, dejándolos a ambos paralizados por el efecto de la misma.

Poco llegó a la ayuda del dinosaurio rescatista, eliminando así al equipo rival, pues aunque Amber trató de ayudar fue inutilizada por la estrella de Otis. Buzz recogió las gemas y procedió a retirarse al lado contrario del mapa.

La partida llegó a su fin después de los respectivos quince segundos, con una victoria para Buzz, Poco y Otis. Más fue una derrota para Edgar, Colette y Amber.

—Una buena partida, perdimos, pero fue buena —la pelirroja chocó el puño con ambos mientras se retiraba con su respectivo trío.

—Bien, ya me aburrí, nos vemos —el chico tomó un rumbo opuesto al lugar de eventos.

—¡Espera, voy contigo! —Colette decidió seguir a su compañero.

—Como sea —finalizó mientras se dirigían a la tienda de regalos.

Durante el camino ninguno de los dos habló, simplemente disfrutaron de la compañía del otro, las palabras sobraban en ese momento.

—¡Al fin llegan! —Griff alzó la voz—. ¡Estuve esperándolos!

Sin contestar nada por miedo a perder sueldo ambos se encogieron de hombros al mismo tiempo que se reacomodaban en sus lugares de siempre.

Edgar se encontraba perdido en sus pensamientos, cosa que Colette notó al instante. No por nada llevaban mucho tiempo conviviendo.

—¿Sucede algo? —apartó su libro dejándolo sobre el mostrador. El contrario negó.

—Normalmente eres así, ya sabes, oscuro y depresivo. Pero ahora se nota a kilómetros que algo te sucede.

—No es nada, en serio Colette, estoy bien.

La albina desvío la mirada mientras creaba una estrategia en su mente para animar a su compañero. No tardó mucho, tuvo una idea casi al instante.

—¡Abrazo! —gritó mientras se abalanzaba sobre Edgar.

Por inercia ambos cayeron al piso, pero ella seguía aferrada al contrario.

—¿Por qué hiciste eso? —preguntó extrañado mientras reacomodaba su bufanda y se levantaba.

—Bueno, te veías mal y quise animarte —le dedicó una sonrisa mostrando sus colmillos—. ¿Estás bien?

Desviando la mirada y ocultando la pequeña sonrisa en su rostro con su bufanda, respondió.

—Estoy mejor —dió una caricia sobre la cabeza de Colette despeinandola en el acto.