30 𝐃𝐢𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐎𝐓𝐏 ━━━━𝐄𝐝𝐥𝐞𝐭𝐭𝐞

|Día 4| ᵘⁿᵃ ᶜⁱᵗᵃ

El cierre de la temporada trece había sido un rotundo éxito, para celebrarlo al igual que la llegada de Sam, el nuevo integrante del trio del brazo de oro, se haría una pequeña celebración en el bosque de Bo.

Según Shelly esa noche habría una lluvia de estrellas, cosa que entusiasmo a muchos de los habitantes de Brawltopia, quien ahora mismo se encontraban preparándose para la gran noche.

—¡¿Alguien ha visto mi vestido?! —Lola se paseaba de derecha a izquierda preguntando por su vestido.

—¿Es éste? —Fang levantó un vestido de tonos muy coloridos.

—¡Ah, claro que es ese! —la actriz se dirigió donde su compañero para recibir la prenda.

Mientras tanto, en otra parte de la ciudad se encontraban los héroes, al igual que todos preparándose para el evento.

—Meg, ¡Deja esas bebidas! —Surge se encontraba corriendo detrás de la morena tratando de hacer que está soltara las bebidas energéticas de Max.

Por otro lado, se encontraban los empleados de la tienda de regalos junto a su jefe.

—Únicamente por esta ocasión pueden salir temprano —habló el jefe mientras miraba con atención una de sus monedas.

—¿Se siente bien? —Colette tocó la frente de la máquina de billetes para verificar si tenía temperatura.

—Claro que sí, tomenlo o dejenlo. Eso sí, mañana tendrán horas extras —finalizó mientras esperaba la respuesta de el par.

La albina no dudó ni un segundo y de inmediato aceptó esa "propuesta justa" de su jefe.

—Supongo que está bien —respondió el gótico.

—Bien, nos vemos en la noche —dicho esto se retiró del lugar, dejando a ambos adolescentes solos.

—¡Vamos, tenemos muchas cosas por hacer! —la chica se levantó del mostrador y se dirigió a la salida siendo seguida por su compañero.

—Realmente no tengo "tantas cosas por hacer" —el chico hizo comillas con sus dedos acción que fue imitada por su bufanda.

—Oh bueno, supongo que soy la única. En fin, ¿Con quién irás a la fiesta de bienvenida? —preguntó.

—¡E-espera, ¿Teníamos que ir con alguien?! —habló alterado y ligeramente ruborizado, nadie le había comentado nada acerca de un acompañante—. Creía que sería con nuestro trío.

—Bueno algo así, Shelly dijo que para el evento que se hará al final de la fiesta de bienvenida podemos llevar un acompañante —aclaró Colette.

—Mierda, ¿Cómo se supone que conseguiré alguien que quiera ir conmigo ahora?

Una sonrisa se dibujó en el rostro de la albina, tenía un plan para evitar que su compañero fuera solo.

—¡Podrías ir conmigo!

El chico enmudeció al instante, ¿Ella lo invitaba a él?

—¿Qué? Creí que tú irías con Spike.

—Jejeje, digamos que Spike no se tomó muy bien el hecho de que entrara a su casa a medianoche para pedirle que fuéramos juntos.

—Entonces, ¿Es una especie de cita? —preguntó algo apenado.

—¡Claro! Bueno, si tú quieres —un tono rosado se hizo presente en las mejillas de Colette.

—Esta bien, nos vemos luego —Edgar acarició la cabeza de su compañera y se retiró.

Más tarde, se encontraban todos los habitantes de la ciudad reunidos en el bosque de aquel hombre águila. Shelly se encontraba hasta el frente junto con Colt y Sam.

—Queridos habitantes de Brawltopia, como sabrán nuestro evento tenía dos fases. La primera fue la calidad bienvenida que le dimos a nuestro nuevo compañero, Sam.

El peliblanco asintió mientras daba una sonrisa.

—La segunda, será la lluvia de estrellas que se podrá apreciar hoy desde aquí. Esperemos que les guste y se diviertan, sin más que decir, comencemos con la segunda parte del evento —finalizó el pelirrojo mientras se dirigía a con su pareja, Shelly.

Poco a poco los habitantes fueron emparejandose, algunos como pareja, otros como amigos solamente y otros tantos para pasar tiempo en familia.

—Ven Edgar, está a punto de empezar —Colette tendió su mano derecha hacia el pelinegro.

Éste aceptó la mano de la albina mientras se dirigían a la cima de una pequeña montaña donde se podía apreciar mejor lo que estaba a punto de suceder.

Pasaron con mucho cuidado entre los brawlers que se encontraban en ese momento tendidos sobre el pasto. Ellos hicieron lo mismo, se recostaron sobre el césped mientras las estrellas comenzaban a pasar sobre el cielo.

—¿Sabes? —susurró el chico—. Me alegra que me hayas invitado.

—No es nada —respondió Colette mientras depositaba un pequeño beso en la mejilla del contrario.