Pov: HarryLas llamas verdes consumieron mi cuerpo después de lanzar los polvos Flu, Segundos después salí en otra chimenea en el caldero chorreante.
Tratando de recuperar el equilibrio me apoye en una silla que estaba frente a mi, tuve que sacudir un poco mi cabeza para dispersar las náuseas que se generaban en mi, aún no me acostumbraba a viajar por estos medios.
Después de estar como nuevo caminé hacia la parte trasera del pub donde había una enorme pared de ladrillos que separaba el pub del resto del callejón, sacando mi varita con la punta de la misma comencé a golpear los ladrillos en la secuencia correcta que había visto varias veces usar cuando había venido al callejón.
Unos momentos después los ladrillos comenzaron a moverse dando así la vista al callejón, lleno de personas de todo tipo. Magos y brujas yendo y viniendo de hacer sus compras o simplemente familias pasando un día agradable en el callejón.
Con paso firme comencé a caminar hacia mi destino tratando de pasar desapercibido de cualquier persona que me pudiera reconocer.
A la distancia podía ver la majestuosa construcción que era el banco. Inmenso, hecho de mármol blanco sin ningún rastro de suciedad ni desgaste alguno en su estructura y sus inigualables decorados de oro que gracias a los rayos del sol lo hacían parecer como si el banco brillará.
Al acercarme al banco pude ver a dos duendes custodiando la entrada. En uno de los laterales su icónica frase que te aseguraba una muerte lenta y dolorosa.
Con un asentimiento de cabeza salude a ambos duendes de la entrada quienes me analizaron un momento con su mirada antes de responder mi saludo. A paso firme entre al banco yendo en busca de algún duende desocupado, no me fue difícil encontrar uno puesto que el banco estaba casi vacío.
Así fue como me acerque a un duende que estaba lo más alejado de los demás clientes para mi buen gusto. Note que el duende estaba ocupado pesando en su balanza lo que parecían ser dos trozos grandes de esmeraldas.
Sin querer ser irrespetuoso espere a que el duende terminará su trabajo, un minuto después el duende pareció terminar por lo que levantó su mirada hacia mi.
– Buen Día – Saludé con voz calmada y amable, el duende al igual que los de la entrada me vio por unos segundos antes de responder – Buen Día señor Potter, lo estábamos esperando – Dijo el duende con su voz aguda y fría mostrando sus dientes de aguja.
– ¿Puedo saber el motivo de mi llamado? – No pude evitar preguntar – En un momento se le informará todo. Porfavor, detrás de mi – Dijo el duende bajando de su lugar y comenzando a caminar hacia un extremo del banco.
Sin querer hacerlo esperar lo seguí con paso firme manteniéndome detrás de él a una distancia corta pero prudente.
El duende me llevo por un pasillo donde a los extremos habían varias puertas elegantes hechas de oro, casi al final del pasillo una enorme puerta hecha de oro fue abierta por el Duende.
– Espere aquí. En un momento se le atenderá – dijo el duende seriamente para ingresar a la habitación. Como el duende había dicho me quedé a la espera de que me llamaran pensando en el motivo de mi citación.
Un par de minutos después el duende nuevamente salió de la habitación dirigiendo su mirada a mi.
– El director Gringots y el gerente de cuentas WolfClaw están listos para recibirlo – indico el duende haciéndose a un lado para que pudiera ingresar.
Asentí en agradecimiento dando un paso decidido entrando a la habitación. Mis ojos estudiaron todo el alrededor de la habitación.
Era una gran oficina hecha de cuarzo con decorados de oro, en las paredes habían algunos cuadros de duendes colgados los cuales me observaban con atención.
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𝙵𝚊𝚕𝚜𝚊 𝙸𝚍𝚎𝚗𝚝𝚒𝚍𝚊𝚍
FanficLa vida de Harry Potter desde su primer año estuvo llena de dolor, muerte, sangre, engaños y manipulación. Toda su vida fue una montaña rusa de tragedia y falsa felicidad. Cansado de todo dolor y sufrimiento decide huir de lo que se piensa es su des...