Capítulo 50: FLORENCE Y DAISY

188 12 6
                                    

Despierta con un quejido de molestia al escuchar las vibraciones de su celular y aquella luz que le hace fruncir la respingada nariz, nota por la ventana que aún no ha amanecido, no entiende el porque su despertador suene tan temprano, pero no, no es su despertador, es una llamada de Adam...
- Ad... - murmura somnolienta,

- estoy abajo... - puede escuchar desde el otro lado, Daisy sale de esa cama, una playera es lo único que lleva, observa por la ventana de su sala y lo ve de pie frente a un taxi...
- ya bajo... - dice aún con sueño y corta, toma su abrigo de lana, pantuflas y desciende a prisa, abre y él y su sonrisa lo iluminan todo, se abrazan y el taxi parte...
- casi las tres de la mañana... ¿Sucedió algo?... - pregunta ella mientras suben los escalones,
- te extrañé... mamá se fue a Boston...y decidí que quiero pasar mi domingo contigo... - responde cuando ingresan, ella toma su mano y lo ingresa a su habitación, él deja su bolso en el sofá,
- ¿puedo usar tu regadera? No tardaré...

Daisy afirma con la cabeza, Adam toma algunas cosas de esa mochila y sale, todo con cuidado pues Brenda duerme...

Ella se quita ese abrigo de lana e ingresa a su cama, aún tibia y lo agradece, hace espacio para él y vuelve a dormitar, algunos minutos pasan, Adam ingresa, ya lleva unos pantalones para dormir y una camiseta, seca su cabello lo mejor que puede y después de verla un poco ingresa debajo de esa colcha, ella abre los ojos...
- hueles bien... - dice bajo, Adam besa su frente...
- tú también... ¿Me extrañaste?...

- mucho... Pero te esperaba mañana ¿todo está bien?... - pregunta mientras comienza a sentir sus manos acariciar sus muslos y brazos...

- sip... - menciona, no quiere decirle de su encuentro con Deborah, dejó todo muy claro...

Sonríe cuando nota que Daisy tiembla, continúa con esas caricias, un beso suave acompaña a estas, un beso dulce que acompaña a sus manos que se percatan de que ella está desnuda...
- Ad... Brenda... - murmura ella mientras el calor comienza a gobernar y tomar su piel...

- no haremos ruido... No mucho... - responde y sus labios se mueven y mojan los de ella, sus dedos se deleitan con esos senos, cada respiración comienza a ser pesada, en segundos él le quita la playera, también se desnuda y comienza a bajar dejando besos y mordidas en su cuello, ella niega..
- Ad... Brenda... - insiste... sin embargo se va perdiendo en el placer que siente, en su lengua, su aroma, su calor...

Daisy gime cuando su centro recibe esa boca, él se cubre con la sábana, la cama no es muy amplia, pero conocen la posición ideal, hicieron el amor en varias ocasiones sobre esta, trata de que sus quejas sean bajas, él lame entre sus pliegues, escucharla lo enciende... Sonríe, descubre la sábana que lo cubre e intensifica esos movimientos de su boca...

- te... odio... - murmura ella con bastante trabajo, su piel comienza a generar ese sudor, ese brillo que a la luz de esa ventana es sensual, su clitoris es presa, no es fácil el no quejarse, al contrario... Daisy trata de apartarse, Adam gruñe y la sostiene, la somete con sus brazos, ella cierra los ojos y se deja hacer, se abre a él,
- no pares... - es un murmullo que es escuchado, sus caderas se mueven y ella sujeta su cabello, el orgasmo invade cada parte de su cuerpo, se tensa y un pequeño grito que cubre con una mano, Adam continúa y bebe de su humedad, sube luego besando, adora su piel húmeda, su aroma... La penetra y esa queja la cubre su boca, su movimiento es profundo y lento, el sonido del choque de esa cama es algo que él prefiere evitar y trata de contenerse, el frote de su sexo en ella es simplemente delicioso, se miran mientras pasa...
- lo quiero fuerte... - murmura Daisy... Adam la besa y se incorpora junto a ella, sin dejar de penetrarla, la apoya contra un muro e inicia, es fuerte y sus movimientos arrancan quejas que cubre él con sus besos, sonríe, se aparta para verla, Daisy muerde su labio inferior, la aparta de esa pared y sujeta de una manera en la que sus sexos chocan, de pie él en medio de esa habitación, ella abrazada a su cuello, otro orgasmo es lo que obtiene...

RENACER Donde viven las historias. Descúbrelo ahora