El nuevo equipo siete

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Desde la entrada de la oficina principal, Sasuke, Sakura y Renji aguardaban al momento en que Lady Tsunade les llamara para ser presentados. Algunos ninjas que pasaban les miraban con cautela al ver a tres personas con postura erguida enfrente de la puerta, sin embargo, aquellas miradas no se detenían más que un par de segundos. Los guardias estaban postrados lado a lado de la puerta y es usual que la Hokage tenga reuniones de este estilo con ANBU.

Gracias a la máscara, Sasuke podía mirar de reojo a Sakura sin tener que ser muy discreto. La misión de los ancianos había sido muy cruel incluso para alguien descrito por los demás como insensible. Por supuesto que él también quiere venganza contra los ancianos por el modo que mueven los hilos detrás de escena, pero hacer que la gente odie a Sakura, hacerla parecer muerta para reintegrarse en el equipo como una persona diferente era caer bajo.

Si hay algo que Sasuke puede decir -aunque no en voz alta-, es que nunca odió a su equipo. Aunque realmente quiso hacerlo para conseguir su venganza, nunca lo logró, solo escondió sus sentimientos en lo profundo de su odio para que no se vea obstaculizado. Una vez que se enteró de lo que hicieron los ancianos fingió ganar su confianza para entrar a su unidad secreta.

Nunca esperó que al entrar en el selecto grupo se enterara de que Sakura está con ellos. No podía comunicarse o aparecer frente a ella sin salir impune ante los ojos de los ancianos así que tuvo que aguardar hasta que le dijeron que iba a ser su compañera. Sabía que iba a estar enojada y claro que lo estuvo, cada que intentaba hablar con ella, lo evadía, iba a entrenar o hacía cualquier cosa para evitarlo. Poco a poco pudo romper sus barreras, en el fondo era como un animal herido que solo tenías que ir ganando su confianza.

Por desgracia, esa confianza no estaba ayudando. La Sakura que conocía estaba desapareciendo con una alarmante velocidad, las conversaciones se volvían más cortas, las sonrisas eran más fugaces y la chispa en sus ojos iba desapareciendo conforme pasaban los días. Aunque no le agradaba mucho Renji, a regañadientes ambos hicieron las pases por el bien de Sakura, han intentado por todos los medios que la vieja Sakura no desaparezca, el hecho de que regresen al equipo siete le producía cierta incertidumbre. Conocía los sentimientos de Sakura por Naruto, por tal razón no sabía si estar con él podría tener un efecto positivo o que la Sakura que ellos conocen desaparezca dejando un cascarón vacío.

Casi toda la noche anterior Sakura se la pasó detrás de la puerta negra, cuando salió, tanto Sasuke como Renji que aguardaban afuera la vieron pálida como un cadáver, con grandes ojeras bajo los ojos y las piernas apenas podían sostenerse en pie.

Al menos tenía una pequeña chispa de esperanza de que todo saldrá bien cuando vió su ojo crispar un poco cuando les anunciaron su nueva misión. Tal vez aún hay tiempo para salvar el corazón de Sakura.

Iban a ser presentados al mundo como Sakuna y Susuke.

Al escuchar que podían pasar abrieron la puerta.

Ahora ya no son nadie


Por un minuto, nadie en la sala dijo una sola palabra. Naruto se quedó inmóvil viendo a los tres chicos que les rodeaba un inquietante aura, en especial de los dos chicos con máscaras. Tsunade, Kakashi, Shizune y Sai se quedaron a la expectativa.

La puerta fue tocada un par de veces hasta que de ella se asomó una persona.

—Siento la tardanza, me tomó un tiempo reunir a los demás —dijo Shikamaru dando un paso dentro de la habitación. Sus agudos ojos no pasaron por desapercibidos la consternada mirada de Naruto y los tres extraños.

Su equipo, el de Neji y el de Kiba entraron. Todos notaron a las tres personas pero decidieron guardar silencio sabiendo que muy probablemente se les iba a mencionar.

Mi otra vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora