La verdad detrás de todo

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Finalmente había llegado el día libre de Sakura. No es como si no fuesen frecuentes los días que la liberaban del trabajo, esos días aumentaban más y más,seguramente porque Tsunade no tenía ganas de verla de nuevo. Como las veces anteriores, Tsunade envía un agente ANBU que le enviaba un pergamino informando que no tenía obligaciones el día de hoy por lo que podía tomar el día libre. Mejor así, pensó Sakura ya que si se veían podía ser más incómodo. Cada que inevitablemente se veían, trataba de hacer como si no viera la mirada de odio que le lanzaba su antigua maestra, aunque, últimamente esas miradas ya no le afectaban así como también al pasar junto a los aldeanos los susurros de ellos al verla pasar se volvieron sordos. No eran algo que no haya escuchado antes.

En los últimos meses se ha estado acostumbrado a estar sola. Los únicos lugares a donde se atrevía a salir para no perturbar su paz con los chismes fue Ichiraku cuando sabía que no estaba Naruto, a la casa de sus padres que siempre, pase lo que pase, siempre la han amado, un pequeño supermercado -el único que aceptaban que ella compre ahí- y por último, el escondite donde ella ha entrenado secretamente desde que era una gennin. Incluso tal vez ha pasado más tiempo ahí que en el hospital tratando pacientes.

Con cuidado y a paso lento, la chica de pelos rosados caminó por las calles menos transcurridas de Konoha tanto por ninjas como civiles. Gracias a sus largos años de sigilo e impulsado por el repudio de Konoha hacia ella, comenzó a conocer con la palma de su mano cada esquina y recodo de la ciudad hasta dar con puntos en donde casi nadie entraba por fama de ser un lugar de mala muerte o por ser tan viejo y descuidado que no valía la pena pasar por ahí. Y si acaso alguien la viera caminar por ahí, pensaría que paseaba por aquellos lugares para poder salir de su casa y del hospital para no ser repudiada visiblemente. Incluso su trabajo en el hospital fue mermado, solo la llamaban cuando eran operaciones donde la gente estaba inconsciente de que era ella quien hacía la operación. Nadie quería que Sakura Haruno les curara. Sin poder quejarse solo podía obedecer órdenes.

La motivación que la chica una vez tuvo por ser ninja, se ha ido reduciendo a ser más que un trabajo para poder subsistir. Esto se merecía porque nunca supo apreciar lo que tenía enfrente. Tuvo la oportunidad de cambiar lo que una vez fue pero como una tonta no lo supo aprovechar, a excepción tal vez de la propuesta de los ancianos y ser la pupila de la Hokage. No podía decir que la vida es injusta, tuvo la oportunidad de enmendar sus errores, ¡y no solo una vez! pero tonta de ella que cegada por su mundo de caramelo que giraba alrededor de ella que nunca se dio cuenta.

No podía ir al pasado a remendar lo que ahora se arrepiente, aquellos momentos perdidos, las personas que ama que lastimó y alejó de ella. Un claro ejemplo fue Ino por la tonta pelea por Sasuke...

Sasuke.

Después de tanto tiempo, el pensar en él todavía le provocaba una sensación de vacío en el estómago y sus ojos picaban por las ganas de llorar. No lo amaba, no como alguna vez creyó que hizo. Su sangre escocía de ira y culpa por no haber sido lo suficiente fuerte como salvarlo cuando tuvo la oportunidad.

Siempre fue la niña que derramaba lágrimas por todo. Esa niña quedó atrás gracias a los ancianos. La han cambiado... La han transformado hasta no ser la misma chica que todos conocen o más bien conocían. Mucho antes de aquel fatídico día en donde el equipo siete terminó de romperse por completo para nunca volver a ser el mismo. A ojos de los demás tuvo que ser la misma Sakura sonriente, dulce, gruñona y emotiva, pero, en el fondo era más calculadora, fuerte y menos emocional. Los ancianos se aseguraron de hacer eso y sus ex amigos terminaron por lograrlo. Pero como es un secreto que trabaja para los ancianos, solo en misiones en solitario podía dejar salir su actual ser.

Si, ella había acabado la relación con los demás gracias a su equipo. No es que ella les echara la culpa, mas bien ella se culpaba a si misma. Una persona tiene un límite cuando se trata de aguantar lo que otro hace, ella fue más allá en lo que respecta a Naruto. Siempre lo denigró golpeó, regañó, insultó y a pesar de todo, siempre la cuidó, procuró e incluso invitó a citas que ella rechazaba. Conforme fueron creciendo los insultos, golpes y regaños fueron únicamente cuando se sentía preocupada por el aunque muchos no lo vieran así. Eso fue hasta que aquel día que Sasuke murió en manos de Naruto y ella al estar cegada por la ira intentó matarlo.

Mi otra vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora